La amalgama de la realidad
Dos exdirectores de la PDI que renuncian por posibles hechos de corrupci¨®n son situaci¨®n con altas implicancias pol¨ªticas
La vida pol¨ªtica chilena est¨¢ cada vez m¨¢s hecha de amalgamas. En efecto, todas las semanas, y a menudo varias veces a la semana, estallan esc¨¢ndalos de todo tipo, desdibujando el rumbo del Gobierno: asesinatos crueles, secuestros de alta connotaci¨®n p¨²blica, reuniones privadas de diputados, senadores, ministros y empresarios en casa de un lobista que ¨Cpara la sorpresa de todos¨C se transforman en un problema pol¨ªtico, esc¨¢ndalos pol¨ªticos y financieros a repetici¨®n (a modo de ejemplo, el caso Democracia Viva), declaraciones rimbombantes (desde la necesidad de retomar la batalla cultural por parte de los partidos oficialistas hasta la petici¨®n de que las Fuerzas Armadas se involucren en la producci¨®n de una sensaci¨®n de inseguridad) son solo ejemplos de la imposibilidad de ejercer control por parte del Gobierno sobre su propia agenda.
Pero esto no es todo. La realidad que le toca al Gobierno administrar y transformar es un magma volc¨¢nico formado por hechos de distinta naturaleza que, cuando se acumulan en poco tiempo, producen la sensaci¨®n de un Gobierno desbordado. A menudo, el origen de este magma no es el Gobierno, sino hechos que por la v¨ªa de la agregaci¨®n ponen en jaque tanto a los gobernantes como a sectores esenciales del Estado.
Pues bien, es precisamente eso lo que se ha producido en los ¨²ltimos d¨ªas. A partir de peritajes a un celular de un connotado abogado implicado en un esc¨¢ndalo (conocido como caso Audios) sobre supuestos pagos a funcionarios del Servicio de Impuestos Internos y de la Comisi¨®n para el Mercado Financiero, la investigaci¨®n detecta otra situaci¨®n, distinta de este esc¨¢ndalo. Es as¨ª como la revisi¨®n de los whatsapp del abogado Luis Hermosilla permiti¨® descubrir filtraciones de una investigaci¨®n en curso por parte del mism¨ªsimo director de la Polic¨ªa de Investigaciones (PDI), Sergio Mu?oz. Este caso no tard¨® en transformarse en un esc¨¢ndalo de proporciones, ya que la filtraci¨®n de informaci¨®n desde el celular de Mu?oz al celular del abogado Hermosilla se refer¨ªa a indagatorias que afectan a otro exdirector de la Polic¨ªa de Investigaciones, H¨¦ctor Espinosa, quien es investigado por lavado de activos. Como era de esperar, Sergio Mu?oz renunci¨® a su cargo tras haberse reunido con la ministra del Interior y, horas despu¨¦s, con el presidente Gabriel Boric.
Dos exdirectores de la PDI que renuncian por posibles hechos de corrupci¨®n son situaci¨®n con altas implicancias pol¨ªticas, ya que Chile se encuentra en medio de una importante crisis de seguridad p¨²blica. Todo indica que el celular del abogado Hermosilla es un terror¨ªfico dispositivo de comunicaci¨®n, dada su enorme red de conexiones pol¨ªticas (y estatales, puesto que la Contralora subrogante Dorothy P¨¦rez ¨Ccuarta autoridad del Estado¨C se habr¨ªa reunido con una de las implicadas en el caso Audios).
Se trata de situaciones que no guardan relaci¨®n entre s¨ª, pero que al amalgamarse producen una sensaci¨®n de desborde del Gobierno por una realidad que es dif¨ªcil de encausar.
Pues bien, esta sensaci¨®n bien podr¨ªa agravarse mediante otras amalgamas: desde el descubrimiento de otras situaciones irregulares registradas en el celular de un abogado hiper-conectado hasta la eventual formalizaci¨®n del General Director de Carabineros, Ricardo Y¨¢?ez, en el marco de otra causa, que nada tiene que ver con los dos hechos previamente se?alados.
Qu¨¦ duda cabe: que dos exdirectores de la Polic¨ªa de Investigaciones sean acusados de delitos graves y el jefe de la polic¨ªa uniformada sea sindicado por una fiscal como responsable jer¨¢rquico de violaciones a los derechos humanos durante el estallido social de 2019, pone cuesta arriba el desaf¨ªo de enfrentar la crisis de seguridad p¨²blica.
Lo que esta realidad desbordante ense?a es la creciente dificultad comunicacional de los gobiernos de Chile en promover el programa con el cual el presidente fue elegido. Es tal la cacofon¨ªa que es producida por hechos que se van agregando y acumulando en el tiempo, que todos los partidos pol¨ªticos debiesen moderarse en su actuaci¨®n, tanto oficialistas como opositores. Gobernar es comunicar, sin dudas. Pero para que eso ocurra, se requieren de condiciones sist¨¦micas de posibilidad que rara vez estar¨¢n reunidas.
Las amalgamas constituyen, tal vez, la peor de las pesadillas en una era gobernada por el rumor, la desinformaci¨®n y las noticias falsas. El problema es que estas amalgamas, en las que se conectan sin relaci¨®n l¨®gica situaciones escandalosas de distinta naturaleza, ser¨¢n cada vez m¨¢s frecuentes cuando las modernas tecnolog¨ªas de la comunicaci¨®n lleguen a niveles (hasta ahora desconocidos) de sofisticaci¨®n, afectando a sociedades completas. Es m¨¢s: cuando la amalgama incluya noticias falsas en combinaci¨®n con hechos verdaderos, es el estatuto de la verdad el que se encontrar¨¢ comprometido.
Si la realidad desbordante de las cosas sigue este curso, es la democracia y su vida p¨²blica las que pagar¨¢n las consecuencias. Cuando eso ocurra, ser¨¢ demasiado tarde.
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