¡®Play it again, Ben¡¯

Ben Brereton no canta ni una frase del himno nacional. Tampoco conoce el estribillo del himno del Mundial del 62, ¡°T¨®cala, m¨¦tete, remata¡±, de Los Ramblers (touch it, get in, finish it, Ben). Las dificultades que tuvo para adaptarse al calor y al idioma en Villarreal, el cuadro que lo llev¨® desde el Blakburn Rovers a la Liga, se replican ahora en la selecci¨®n chilena, donde el flamante entrenador, Ricardo Gareca, lo convoc¨® a ¨²ltima hora a la n¨®mina que enfrentar¨¢ a Albania y Francia en amistosos, obviando sus problemas para entender el espa?ol.

Iniciado en las divisiones menores del Manchester United y el Stoke City, Brereton fue tempranamente citado a la selecci¨®n inglesa en su condici¨®n de goleador. Pero en el 2019 decidi¨® atender el llamado de la Federaci¨®n Chilena para sumarse a La Roja, que pese a haber quedado eliminada del Mundial de Rusia, manten¨ªa un alto nivel competitivo.

Naci¨® en Inglaterra de madre chilena, y descendiente de una familia que hab¨ªa iniciado el negocio de la loza hogare?a en Penco, una ciudad sat¨¦lite del gran Concepci¨®n, Ben encaj¨® sin problemas en el equipo debido a la ausencia de delanteros que llenaran el vac¨ªo dejado por Eduardo Vargas, uno de los anotadores hist¨®ricos de Chile.

Pero los malos resultados, las obligaciones defensivas que le asign¨® Eduardo Berizzo y el paladar futbol¨ªstico de Gareca revirtieron la situaci¨®n. En la primera convocatoria del Tigre fue reemplazado por Eduardo Vargas, quien atraviesa por un mal momento en el Atl¨¦tico Mineiro. Pero las lesiones revirtieron la situaci¨®n y lo subieron, a ¨²ltima hora, a la escuadra.

Brereton, tras un frustrante paso de seis meses en el Villarreal, fue cedido a pr¨¦stamo al Sheffield United, colista de la Premier, donde se reencontr¨® con el gol y con el idioma. Tema no menor, pues Gareca esgrimi¨® como una de las razones de su decisi¨®n inicial ¡°el escaso conocimiento del espa?ol¡±, del jugador. Y a?adi¨® que ¡°ha tenido tiempo suficiente para aprender y me gustar¨ªa ver una disposici¨®n a ese respecto¡±. Pese a los profesores en Espa?a y a la convivencia con sus compa?eros chilenos durante casi tres a?os, los avances son escasos.

En 1950, un caso similar tuvo final feliz. Jorge Robledo, hijo de un ingeniero chileno y madre inglesa, se radic¨® desde peque?o en Inglaterra tras la crisis del salitre. A la muerte de su progenitor, el f¨²tbol se convirti¨® en su pasi¨®n en Barnsley, desde donde fue fichado por el Newcastle.

Goleador y figura en Las Urracas, anot¨® el gol del triunfo ante el Arsenal en la final de la FA Cup en 1952, inmortalizado en el dibujo de John Lennon que se convirti¨® en la portada del ¨¢lbum ¡°Wall and Bridges¡±. Cuando los ingleses decidieron no convocarlo a la selecci¨®n en 1950, Chile aprovech¨® la ocasi¨®n y fue como titular a la Copa del Mundo en Brasil. Sin hablar una gota del idioma.

Tal fue el encantamiento de Robledo con la selecci¨®n, la idiosincrasia y el idioma, que en 1953 inici¨® un mot¨ªn para lograr la libertad de acci¨®n en Newcastle y poder firmar por el m¨¢s popular de los equipos chilenos, Colo Colo. Fue campe¨®n, anot¨® 84 goles y se retir¨® en O¡¯Higgins, que hab¨ªa formado un cuadro estelar con el apoyo de la Minera Braden. Muri¨® en Chile, hablando un correcto castellano.

Dicen que a los ingleses les cuesta aprender nuevos idiomas porque todo el mundo aspira a hablar ingl¨¦s, considerada lingua franca. O que, como carecen de fronteras terrestres con el resto de Europa, no hay mezclas ling¨¹¨ªsticas. Mientras tanto Ben, en el fondo de la Premier, deber¨¢ aprovechar estos d¨ªas que le cayeron del cielo para convencer al t¨¦cnico de su af¨¢n por adaptarse, incluso idiom¨¢ticamente. Para seguir jugando en un mundo nuevo por las eliminatorias y la Copa Am¨¦rica. En otras palabras, para aspirar al big dream.

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