La extra?a fascinaci¨®n de la izquierda chilena por Rusia

Hace algunos d¨ªas atr¨¢s, el presidente Gabriel Boric se refiri¨® a la postura que una parte de la izquierda, comunista y frenteamplista, ha adoptado ante la invasi¨®n de Rusia a Ucrania. La postura del presidente Boric no puede ser m¨¢s clara: es una invasi¨®n sin justificaci¨®n alguna, que no responde a moldes ideol¨®gicos, sino a intereses imperiales. En las palabras del presidente: ¡°El hecho de que un pa¨ªs con un ¨¢nimo imperialista, expansionista, invada otro violando de manera flagrante el derecho internacional y pretenda que normalicemos la apropiaci¨®n de territorio es algo sencillamente inaceptable y por lo tanto tenemos que levantar la voz y decir: ¡®Esto, no¡¯¡±.

No es primera vez que se hace patente esta fascinaci¨®n por Rusia. Con ocasi¨®n del discurso del presidente Zelenski por zoom ante el Congreso pleno chileno en abril de 2023, todos los diputados comunistas y frenteamplistas se restaron de participar. ?C¨®mo explicar lo que mucho se parece a lo que el soci¨®logo Pierre Bourdieu llam¨® una ¡°hysteresis¡± de los habitus, esto es un desfase entre las condiciones que originaron una cierta percepci¨®n de la realidad y la profunda transformaci¨®n de esas mismas condiciones? Efectivamente, buena parte de esta fascinaci¨®n se explica por el efecto don Quijote: su continuaci¨®n de la lucha en contra de molinos de viento en circunstancias que la guerra termin¨® explica en gran parte este error de percepci¨®n. Pero tambi¨¦n responde a un ¨¢nimo anti-imperialista que solo ve en la pol¨ªtica mundial los intereses de los Estados Unidos, como si no hubiese imperialismo ruso y chino con el que hay que lidiar.

As¨ª las cosas, por razones sumamente confusas e ignorantes de la orientaci¨®n ideol¨®gica del gobierno de Vladimir Putin (de comunista nada, de ultra-conservador todo), una parte de la izquierda chilena se opone a cualquier tipo de apoyo a Ucrania argumentando su tradicional lucha anti-fascista. Esto se ve lamentablemente reflejado en las palabras del destacado arquitecto comunista Miguel Lawner, compa?ero de c¨¢rcel de mi padre, quien acaba de amalgamar recuerdos de su pasado familiar con una interpretaci¨®n de un conflicto que est¨¢ tensionando el fr¨¢gil equilibrio global entre varias potencias y candidatas a serlo. De pasada, critica sin fundamentos a la pol¨ªtica exterior del presidente Boric. Calificar al gobierno ucraniano de Zelensky como nazi no solo es falso, es delirante: el partido nazistoide Svoboda no supera el 10% de los votos, y el partido comunista ucraniano que se afana en afirmar que el r¨¦gimen de Zelensky es nazi apenas alcanza el 3,88% de los votos.

Es muy temerario atar el futuro de una parte de la izquierda a la ret¨®rica nacionalista y revolucionaria de un r¨¦gimen. La fascinaci¨®n por Rusia no es el ¨²nico ejemplo al que se puede acudir. Algo parecido ocurre con el r¨¦gimen cubano, el que atraviesa por una grave crisis econ¨®mica que impide suministrar bienes esenciales a su poblaci¨®n (desde papel higi¨¦nico hasta alimentos), lo que no se explica solo por el bloqueo impuesto desde hace d¨¦cadas por Estados Unidos. Rehuyendo todo tipo de cr¨ªtica de fondo al papel que juega el gobierno cubano sobre su propia crisis, la fascinaci¨®n por la revoluci¨®n permanece inc¨®lume.

No muy distinto es el caso del apoyo irrestricto del partido comunista al r¨¦gimen de Venezuela, en un momento especialmente delicado para las relaciones diplom¨¢ticas entre Santiago y Caracas. Hace tan solo tres meses atr¨¢s, el presidente del partido comunista Lautaro Carmona descart¨® considerar ¡°a mucha honra¡± el gobierno de Nicol¨¢s Maduro como una dictadura, y hace apenas dos semanas dijo confiar en la limpieza de las elecciones en ese pa¨ªs.

No es un error comparar la perplejidad del para entonces diputado Gabiel Boric ante el apoyo comunista al r¨¦gimen venezolano en 2020 (¡°no tengo duda que el PC en el futuro se va a arrepentir de haber apoyado la situaci¨®n de Venezuela¡±) con su sorpresa por hacer de Rusia ¡°una fuente de referencia de la izquierda en el mundo¡±. Seg¨²n el presidente, es este ¡°malentendido hist¨®rico¡±que impide entender a Putin como ¡°aliado con las fuerzas de ultraderecha¡±.

No se puede argumentar cualquier cosa a cualquier precio para reafirmar una identidad de izquierda a contrapelo de la realidad. El presidente Gabriel Boric ha esgrimido argumentos normativos para explicar por qu¨¦ Ucrania es v¨ªctima de una agresi¨®n por Rusia, lo que debiese ser evidente. El apoyo pol¨ªtico y popular a esta dimensi¨®n de la pol¨ªtica exterior chilena es considerable. Lo que no queda claro es por qu¨¦ Rusia produce tanta fascinaci¨®n en una parte de las izquierdas. Francamente, es incomprensible.

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