Miguel Ni?o, el profesor agredido a patadas por un alumno en Chile: ¡°A¨²n tengo miedo de que me vuelvan a pegar¡±
El 4 de octubre la justicia declar¨® culpable de lesiones graves al estudiante, entonces de 17 a?os, que le desfigur¨® el rostro. ¡°Nunca imagin¨¦ el nivel de violencia que pod¨ªa haber en las escuelas¡±, dice a EL PA?S
Cuando Miguel Ni?o R¨ªos (49 a?os, Paipa, Colombia) trae a su memoria el 30 de octubre de 2023 a¨²n no logra esclarecer la escena por completo. Pero hay algo que el profesor de matem¨¢ticas s¨ª recuerda a la perfecci¨®n: el dolor. Un dolor en la cara que se sinti¨® como si lo hubiesen golpeado con un gran bal¨®n de metal. Recuerda tambi¨¦n la sangre, mucha sangre que corr¨ªa por su nariz. Tampoco olvida su llanto desconsolado.
Eran alrededor de las nueve de la ma?ana y, en el Liceo Centro Educacional Municipal San Ram¨®n, en la zona sur de Santiago de Chile, Miguel Ni?o estaba reunido con un alumno de 17 a?os y su madre, adem¨¢s de la psic¨®loga, la trabajadora social del colegio y el jefe de la Unidad T¨¦cnica Pedag¨®gica. El adolescente, que cursaba segundo medio, estaba en una situaci¨®n acad¨¦mica cr¨ªtica: ten¨ªa cuatro asignaturas con un promedio rojo, presentaba una inasistencia reiterada y un mal comportamiento en clases.
En esa reuni¨®n, junto a los otros trabajadores del establecimiento, Ni?o, quien era el profesor jefe del alumno, explicaba que era muy alta la probabilidad de que el adolescente repitiera el curso. Hasta ese momento llega la memoria del profesor colombiano. D¨ªas despu¨¦s de ese 30 de octubre, fueron otros los que le relataron el resto de la jornada.
Tras la cita, Ni?o se levant¨® de su asiento para volver a dar clases. De pronto, el estudiante le dio un pu?etazo por detr¨¢s y lo bot¨® al suelo. Luego, lo pate¨® varias veces directamente al rostro. Despu¨¦s, vino la sangre y el llanto.
Desde el colegio lo trasladaron r¨¢pidamente en una ambulancia a una cl¨ªnica en el sector oriente de Santiago. El diagn¨®stico: fracturas abiertas en el tercio medio de la cara. El 8 de noviembre lo operaron y para reconstruir su rostro los cirujanos le pusieron m¨¢s de 20 tornillos y seis placas met¨¢licas. El profesor estuvo hospitalizado hasta el 17 de noviembre, y el estudiante fue expulsado del liceo.
La agresi¨®n a este profesor no es un caso aislado. Seg¨²n informaci¨®n de la Unidad de Estad¨ªsticas y Estudios de la Superintendencia de Educaci¨®n, en 2023 se registraron 441 denuncias por maltrato a miembros adultos de la comunidad educativa en todo el pa¨ªs. Hace casi una d¨¦cada, en 2014, las denuncias llegaban a 166. Y esa es solo un artista de los problemas de convivencia escolar que se han agudizado en los ¨²ltimos a?os. Un estudio de Acci¨®n Educar, una fundaci¨®n dedicada a la investigaci¨®n de pol¨ªticas p¨²blicas, se?ala que en 2023 las denuncias por problemas de convivencia escolar (maltrato a estudiantes o adultos, discriminaci¨®n y situaciones de connotaci¨®n sexual) que llegaron a la Superintendencia de Educaci¨®n, alcanzaron su m¨¢ximo hist¨®rico, subiendo un 58% en una d¨¦cada: si en 2014 hubo 7.828 en 2023 llegaron a 12.369.
¡°Siento que algo muri¨® en m¨ª¡±
En un sill¨®n de su casa, ubicada en el sector norponiente de Santiago, donde vive con su pareja, su hijo, sus suegros y su cu?ado, Ni?o explica a EL PA?S con voz calma y pausada: ¡°En la cl¨ªnica, aparte del dolor, empec¨¦ a sentir tristeza, impotencia y rabia. Lloraba much¨ªsimo porque esas fracturas no fueron producto de un accidente, sino que se hicieron con intenci¨®n¡±.
Y agrega: ¡°La parte de la recuperaci¨®n f¨ªsica ha ido bien, pero, la parte psicol¨®gica e interna es un altibajo¡±. Despu¨¦s del incidente se ha tratado con psiquiatras y psic¨®logos, le han dado licencias m¨¦dicas y en marzo de 2024 volvi¨® a las aulas, pero en otro colegio. ¡°En el nuevo trabajo intent¨¦ dejar de lado el episodio de la agresi¨®n, pero segu¨ªa teniendo angustia (...) A¨²n tengo miedo de que me vuelvan a pegar y el hecho de f¨ªsicamente darle la espalda a mis alumnos me aterra¡±.
La pareja del profesor, Elizabeth Soto, tambi¨¦n profesora de matem¨¢ticas, y con la que tiene un hijo de cuatro a?os, fue quien decidi¨® llevar el caso a la justicia. ¡°Cuando pas¨® una semana desde el accidente de Miguel me di cuenta de que no hab¨ªa pasado nada y tampoco nadie de la directiva del colegio nos llam¨®, solamente colegas me preguntaron c¨®mo estaba ¨¦l¡±, dice sentada sobre el respaldo del sill¨®n, detr¨¢s de su pareja.
Este viernes 4 de octubre el sexto tribunal oral de Santiago dio su veredicto y el alumno, hoy de 18 a?os, result¨® culpable de las lesiones graves. El fiscal de delitos violentos de la zona sur de Santiago, Rodrigo Chinch¨®n, pidi¨® una sanci¨®n de dos a?os de internaci¨®n en r¨¦gimen semicerrado y el pr¨®ximo 14 de octubre se leer¨¢ su sentencia.
¡°Este hecho nos cambi¨® la vida totalmente. Sentir que un miembro de la familia quiz¨¢s no va a regresar a la casa es complicado. Mi se?ora tambi¨¦n ha sido una v¨ªctima de esto, ella sigue en un tratamiento psicol¨®gico y psiqui¨¢trico. A mi hijo tambi¨¦n se le alter¨® su vida (...) Siento que algo en m¨ª ya no est¨¢, algo muri¨®¡±, dice el profesor.
Ni?o dice que los profesores en general tienen mucho temor a denunciar: ¡°Hay miedo a una represalia de la parte directiva porque no conviene que un colegio est¨¦ en entredicho. Tambi¨¦n hay verg¨¹enza de que se sepa que te agredieron porque estar en el ojo p¨²blico es duro, no es algo grato¡±.
Cuenta que a pedagog¨ªa por vocaci¨®n. En Colombia hab¨ªa estudiado t¨¦cnico en enfermer¨ªa y administraci¨®n de empresas. En 2012 se radic¨® en Chile y sac¨® ingenier¨ªa industrial, pero sent¨ªa que algo le faltaba. ¡°Me di cuenta de que me encantaba aprender y explicar lo que aprend¨ªa. De hecho, en la universidad mis compa?eros me dec¨ªan: ¡®T¨² tienes una cosa de profesor¡¯. Y, s¨ª, me gustaba ense?ar y se me hac¨ªa f¨¢cil¡±, comenta. Despu¨¦s de conversarlo con su pareja, se inscribi¨® en la carrera de pedagog¨ªa en la Universidad Andr¨¦s Bello: ¡°Estaba fascinado con las tem¨¢ticas¡±, dice. En 2019 egres¨® como profesor en educaci¨®n media con especialidad en matem¨¢tica.
Ya en sus primeros a?os ejerciendo la profesi¨®n, se dio cuenta que el ambiente era complicado: ¡°Una cosa es lo que te explican en la academia sobre el aprendizaje, la labor del profesor y uno sale con mucha ilusi¨®n. Pero, cuando ya ingres¨¦ al aula, era un mundo totalmente distinto. Te enfrentas a alumnos que no quieren prestar atenci¨®n, que no respetan las normas, alumnos que se enfrentan contigo. Empec¨¦ a notar lo que era la agresi¨®n verbal y psicol¨®gica¡±.
Ni?o relata tambi¨¦n que una alumna, enfurecida tras llamarle la atenci¨®n, volte¨® su escritorio y su computador termin¨® en suelo. Otro estudiante, cuenta, le escupi¨® su chaqueta. ¡°Nunca imagin¨¦ el nivel de violencia que pod¨ªa haber en las escuelas ni tampoco la poca importancia que tiene el profesor para los alumnos¡±, comenta.
Conversando con otros profesores, ahond¨® en la que puede ser una de las ra¨ªces de la violencia escolar: ¡°El sector donde viven los alumnos es muy violento. Hay mucha influencia de pandillas y del narcotr¨¢fico. Tambi¨¦n, muchos tienen familias desintegradas, sin un pap¨¢ presente o con alguno de sus padres metidos en las drogas. Todo eso hac¨ªa que los ni?os se comporten as¨ª, pero igual me segu¨ªa cuestionando por qu¨¦ ya no era apreciado ir a aprender. Uno les explicaba que esto era un futuro, que esto les pod¨ªa cambiar la vida, pero era complicado¡±.
A pesar de ese 30 de octubre, de la sangre y el llanto, Ni?o sigue viendo su futuro en la sala de clases: ¡°Me gusta lo que hago y ahora me toca integrar todo lo que me pas¨® a mi proyecto de vida. Quiz¨¢s transite a otras ¨¢reas como la educaci¨®n superior¡±. Y a?ade: ¡°No puede ser que mi vida y mis ilusiones se destruyan por esto¡±.
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