Otras verdades inc¨®modas
Mucho se ha dicho que la izquierda y el progresismo s¨®lo se preocupa de la redistribuci¨®n pero descuida el crecimiento, mientras que la derecha, tolerante y hasta promotora de la desigualdad, justamente pone el foco all¨ª
El pasado mi¨¦rcoles 8 de enero se realiz¨® el encuentro ¡°2025: un pacto por el crecimiento¡±. Organizado por ICARE, el evento cont¨® con la participaci¨®n de representantes empresariales y pol¨ªticos, convocados a abordar la problem¨¢tica del magro crecimiento econ¨®mico que exhibe el pa¨ªs. Fueron invitados a exponer el ministro de Hacienda, Mario Marcel; el ex presidente Eduardo FreiRuiz-Tagle; los presidentes y presidentas del Frente Amplio, el Partido Socialista, la Uni¨®n Dem¨®crata Independiente, Renovaci¨®n Nacional y Republicanos; y los economistas Oscar Landerretche, Ignacio Briones, Raphael Bergoeing y Andrea Butelmann. Estos ¨²ltimos hablaron en grupo, con una ponencia colectiva titulada ¡°Hacia un pacto de desarrollo. 13 verdades inc¨®modas para una agenda de reformas radicales¡±. Vale la pena prestarles atenci¨®n.
Ya desde el t¨ªtulo, la presentaci¨®n de estos economistas abre una discusi¨®n m¨¢s amplia que la propuesta como encuadre por ICARE. Al poner el foco en el problema del desarrollo, y no s¨®lo en el crecimiento ¨Ccuesti¨®n que por cierto abordan-, habilitan una conversaci¨®n que ha costado instalar: el debate sobre el desarrollo y el camino que nos permitir¨ªa, por fin, alcanzarlo. No es el enfoque habitual en este tipo de eventos y, por lo mismo, es un gesto que, desde las izquierdas y el progresismo, debemos saludar.
Que Chile crece poco es una verdad matem¨¢tica, pero en la discusi¨®n p¨²blica las causas del estancamiento est¨¢n lejos de ser abordadas con la profundidad que se requiere. Columnistas de todo el arco pol¨ªtico, pero, para ser justos, sobre todo de la derecha, atribuyen el mediocre desempe?o de nuestra econom¨ªa a determinadas medidas, como la reforma tributaria impulsada en el segundo gobierno de la presidenta Michelle Bachelet, a trabas burocr¨¢ticas (la ¡°permisolog¨ªa¡±), a la falta de certeza jur¨ªdica para las inversiones o a la fragmentaci¨®n e ineficacia del sistema pol¨ªtico. Abundan tambi¨¦n los nost¨¢lgicos de ¡°los a?os dorados¡± del crecimiento, incapaces de reconocer las particulares condiciones globales que permitieron esas tasasque hicieron de Chile el ¡°jaguar de Am¨¦rica Latina¡±. Revuelo causaron, en este sentido, las afirmaciones del ex presidente Frei jact¨¢ndose de que su gobierno ¡°sobraba la plata¡±.
Landerretche, Briones, Bergoening y Butelmann, no caen en estos vicios y buscan respuestas en la pol¨ªtica comparada.Espec¨ªficamente, comparan a Chile con Irlanda y se preguntan por qu¨¦ un pa¨ªs que en 1960 ten¨ªa un PIB per c¨¢pita similar al nuestro, hoy es seis veces superior a nosotros en ese indicador. La diferencia est¨¢, sostienen, en la existencia de un proyecto de desarrollo claro, a la largo plazo, y de una institucionalidad encargada de elaborarlo, monitorearlo y evaluarlo. Proponen, siempre siguiendo el ejemplo irland¨¦s, un Consejo Econ¨®mico y Social tetrapartito (Estado, trabajadores, empresas y universidades)encargado de elaborar un pacto por el desarrollo. Por cierto, suena bien.
Este pacto por el desarrollo, sostienen Landerretche, Briones, Bergoing y Butelman, debiera enfrentar las ¡°13 verdades inc¨®modas¡± que, de acuerdo a su diagn¨®stico, constituyen las trabas que impiden que Chile lo alcance. En el listado se pueden hallar cuestiones de muy distinta naturaleza, desde la ineficiencia del Estado hasta la informalidad laboral, pasando por la corrupci¨®n y la permisolog¨ªa. Ciertamente, podr¨ªamos discutir acerca de cada una de estas trece verdades, pero conced¨¢mosles el punto: cada una de ellas apunta a problemas reales que deben ser atendidos. Sin embargo, llama la atenci¨®n la ausencia de otras, para nada novedosas, que han sido se?aladas por respetables acad¨¦micos nacionales y extranjeros, como causas de nuestro desarrollo frustrado.
Por qu¨¦ nuestro itinerario no ha sido el de Irlanda o el de Corea de Sur, para sumar otro caso ejemplar, es una pregunta que varios economistas, cientistas pol¨ªticos y analistas de la sociedad chilena se han hecho, pero algunas de las respuestas que han llegado a establecer no se escuchan con frecuencia en los foros empresariales, y tampoco fueron tomadas en cuenta por este grupo de economistas. Cuestiones como la alta concentraci¨®n econ¨®mica, el desinter¨¦s del empresariado chileno en la inversi¨®n en ciencia y tecnolog¨ªa, la aversi¨®n de la derecha pol¨ªtica a un rol de direcci¨®n estrat¨¦gica por parte del Estado en materia de desarrollo econ¨®mico, son algunos de los problemas advertidos por una vasta literatura especializada.
Ninguna de estas verdades, bastante inc¨®modas por lo dem¨¢s, fue considerada por Landerretche, Briones, Bergoing y Butelman.
Mucho se ha dicho que la izquierda y el progresismo s¨®lo se preocupa de la redistribuci¨®n pero descuida el crecimiento, mientras que la derecha, tolerante y hasta promotora de la desigualdad, justamente pone el foco all¨ª. Siendo honestos, ni derecha ni izquierda en Chile tienen resuelto el problema de c¨®mo crecer en las condiciones concretas del presente, que no son las de los a?os noventa. C¨®mo crecer dado el nivel de desarrollo tecnol¨®gico actual, dado el complejo escenario geopol¨ªtico en que estamos insertos, son cuestiones sobre las que debemos abrir un amplio di¨¢logo social.
Lo que s¨ª est¨¢ claro, es que desde la izquierda y el progresismo debemos retomar la preocupaci¨®n por el desarrollo, por la creaci¨®n de riqueza, por la innovaci¨®n, por la modernizaci¨®n social, econ¨®mica y cultural. Estos idearios fueron propios de nuestra tradici¨®n y fueron la base de los proyectos que se propusieron construir la base material, econ¨®mica, para que las grandes mayor¨ªas, y no solo unas pocas familias, pudieran gozar de la riqueza socialmente producida.
Si volvemos a esas preocupaciones, seguiremos sumando verdades inc¨®modas, pero seremos capaces de proponer un camino que le devuelva a las y los chilenos, sobre todo a las capas medias y sectores populares, la confianza de habitar en un pa¨ªs que tiene futuro, riqueza y bienestar para todos.
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