El misterio de los humanos que sobrevivieron a la mayor erupci¨®n de la historia para desaparecer despu¨¦s
Hace 74.000 a?os, el estallido del volc¨¢n de Toba produjo un enfriamiento global al que los humanos de la ¨¦poca sobrevivieron. Sus genes, sin embargo, est¨¢n casi ausentes en las poblaciones actuales
Hace 74.000 a?os, en el norte de la isla de Sumatra, se produjo uno de los mayores estallidos volc¨¢nicos de los ¨²ltimos dos millones de a?os. El volc¨¢n de Toba lanz¨® al espacio toneladas de ceniza que se han podido identificar en lugares como Tanzania, a 7.400 kil¨®metros de distancia, y liber¨® miles de millones de toneladas de di¨®xido de azufre que provocaron un invierno volc¨¢nico. Testigos de hielo recogidos en Groenlandia indican que en esa ¨¦poca se produjo un descenso brusco de las temperaturas y un cambio clim¨¢tico que enfri¨® el planeta durante el milenio siguiente.
Aquel cataclismo se ha empleado para explicar algunos datos que no cuadran cuando se trata de reconstruir la expansi¨®n de los humanos modernos por el mundo. Hace m¨¢s de 100.000 a?os, ya hab¨ªan llegado a la regi¨®n de Oriente Medio, donde se produjeron cruces con los neandertales, y hace m¨¢s de 75.000 estaban en el sur de la India. Sin embargo, los genomas de los actuales habitantes del planeta sugieren que todos venimos de un ancestro com¨²n que abandon¨® ?frica para conquistar el mundo hace 70.000 a?os. La erupci¨®n volc¨¢nica y el enfriamiento posterior, con sus consecuencias sobre la vegetaci¨®n y la alimentaci¨®n de los humanos de aquel entonces, estar¨ªan detr¨¢s de una reducci¨®n dr¨¢stica de la poblaci¨®n humana, que se habr¨ªa quedado en unos pocos miles de individuos.
En el tiempo de la erupci¨®n de Toba, grupos humanos prosperaron en lo que hoy es Sud¨¢frica comiendo marisco
Recientemente, un art¨ªculo publicado en la revista Nature Communications ha aportado datos que reducen la importancia del estallido de Toba en el desarrollo de la humanidad. En el yacimiento de Dhaba, en el norte de la India, se han encontrado herramientas de piedra parecidas a las que empleaban los humanos que viv¨ªan en ?frica en el mismo periodo antes de la erupci¨®n de Toba. Pero esa misma tecnolog¨ªa continu¨® presente en los estratos que corresponden al periodo posterior a la explosi¨®n. Los habitantes de aquella regi¨®n, relativamente pr¨®xima al volc¨¢n, sobrevivieron y mantuvieron su tecnolog¨ªa y su forma de vida durante milenios despu¨¦s del cataclismo. Sin embargo, otros inconvenientes les hicieron desaparecer mucho despu¨¦s, porque sus genomas est¨¢n pr¨¢cticamente ausentes entre los actuales habitantes de la regi¨®n.
An¨¢lisis de los ¨²ltimos a?os tambi¨¦n parecen descartar la idea de un invierno volc¨¢nico causado por el estallido de Toba. Un trabajo publicado en la revista PNAS en 2013 encontr¨® f¨®siles de las mismas especies por encima y por debajo de la capa de cenizas provenientes del volc¨¢n indonesio y depositadas en el lago Malaui, en ?frica Oriental. El enfriamiento sucedi¨®, pero los efectos no fueron dram¨¢ticos para los seres vivos de aquel tiempo. Estudios posteriores tambi¨¦n han descartado que hubiese una reducci¨®n de la vegetaci¨®n en esta regi¨®n africana. Un trabajo publicado en Nature en 2018 aseguraba incluso que en lo que hoy es Sud¨¢frica los asentamientos humanos incrementaron su poblaci¨®n despu¨¦s del estallido en Toba, en parte aliment¨¢ndose del marisco que pod¨ªan pescar en la costa.
La continuidad de las herramientas de piedra, que tambi¨¦n se ha visto en otro yacimiento en el sur de la India, en Jwalapuram, tiene un problema. La t¨¦cnica utilizada en su elaboraci¨®n, conocida como Levallois, fue empleada durante miles de a?os por los Homo sapiens, pero tambi¨¦n por los neandertales. Stanley Ambrose, antrop¨®logo de la Universidad de Illinois (EE UU) y padre de la teor¨ªa de la cat¨¢strofe de Toba, ha mantenido en Science que sin restos f¨®siles asociados a las herramientas es imposible decir qui¨¦n las elabor¨® y ha sostenido que podr¨ªan ser miembros de una antigua oleada de humanos modernos o una especie de hom¨ªnidos arcaicos.
La aparici¨®n de nuevos f¨®siles, que en los ¨²ltimos a?os ha permitido dibujar una mapa de las migraciones humanas cada vez m¨¢s complejo, tambi¨¦n ayudar¨¢ a reconstruir con mayor precisi¨®n lo sucedido en torno a la erupci¨®n de Toba y podr¨¢ desvelar el destino final de aquellas bandas de cazadores y recolectores que acabaron aniquilados por retos de la vida en la Edad de Piedra menos estrepitosos.
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