Malos augurios
El mundo se encamina a una recesi¨®n a¨²n peor que la crisis de 2008, y eso puede acabar matando a m¨¢s gente que el propio agente infeccioso
![Dos transe¨²ntes pasan frente a la Bolsa de Nueva York en 2008, a?o de comienzo de la Gran Recesi¨®n.?](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/34G57U53RAZ6YOWHF2VGABRMR4.jpg?auth=63572a1d43d2c9cc9fea179ad670ccf2fa5a21c4e6032d5b2e535bfa35296909&width=414)
Pese a los denodados y admirables intentos de pol¨ªticos y medios por atisbar siquiera un fot¨®n de luz al final del t¨²nel pand¨¦mico, es casi imposible interpretar la situaci¨®n de una manera optimista. Los datos no se avienen. Mientras escribo esto, la contabilidad me escupe a la cara mil muertos en Espa?a, diez mil en el mundo y el desasosiego de la incertidumbre, porque no sabemos calcular cu¨¢ndo ni c¨®mo acabar¨¢ la parte biol¨®gica de esta crisis. Los economistas, por su parte, tienen un notable talento para cuantificarlo todo, pero sus n¨²meros nos hunden m¨¢s a¨²n en la depresi¨®n, y digo depresi¨®n en el doble sentido de la palabra. El mundo se encamina a una recesi¨®n a¨²n peor que la crisis de 2008, y eso puede acabar matando a m¨¢s gente que el propio agente infeccioso. Estamos en problemas. Muy graves.
El mundo entero se mueve hacia el tipo de restricciones que hemos adoptado en Italia y Espa?a. Los PIGS tenemos raz¨®n por una vez
Sabemos que las medidas rigurosas que han tomado Roma y Madrid, y cada vez m¨¢s gobiernos del entorno, se basan casi enteramente en la experiencia china. Pero ese experimento natural que han vivido los dragones asi¨¢ticos tambi¨¦n nos da muchas pistas de lo que van a penar nuestras econom¨ªas. Durante los dos meses que Pek¨ªn ha impuesto la cuarentena a Wuhan y su provincia (60 millones de habitantes) y otras regiones afectadas, la producci¨®n industrial china se ha desplomado un 14%, las ventas un 21% y la inversi¨®n un 24%. Es probable que el PIB de China se haya reducido entre un 10% y un 20% respecto a los dos primeros meses del a?o anterior. Las medidas econ¨®micas anunciadas por los Gobiernos occidentales implican unas inyecciones de liquidez superiores a las de la crisis de 2008, esa que hasta ahora denomin¨¢bamos ¡°La Gran Recesi¨®n¡±. Qu¨¦ ingenuos somos. La Gran Recesi¨®n siempre ser¨¢ la pr¨®xima.
Los datos cient¨ªficos no hacen m¨¢s que empeorar las cosas. Una investigaci¨®n del Imperial College de Londres ¡ªla ciencia brit¨¢nica sigue en buena forma pese a sus gestores pol¨ªticos¡ª calcula que el coronavirus matar¨¢ a medio mill¨®n de brit¨¢nicos y a dos millones de estadounidenses si se le deja fluir libremente. Ese libre flujo del virus fue la idea inicial del primer ministro brit¨¢nico, Boris Johnson, que por fortuna est¨¢ reculando en los ¨²ltimos d¨ªas, como tambi¨¦n lo est¨¢ Donald Trump. La ciencia ha obligado a estos dirigentes a adoptar unas medidas t¨ªmidas de aislamiento que podr¨ªan recortar la mortalidad a la mitad, y tambi¨¦n ha dejado claro que son insuficientes. El mundo entero se mueve hacia el tipo de restricciones que hemos adoptado en Italia y Espa?a. Los PIGS tenemos raz¨®n por una vez.
No sabemos cu¨¢nto tiempo vamos a estar enclaustrados, pero desde luego no van a ser dos semanas, ni seguramente dos meses. Esto va para largo, y de momento no hay razones para el optimismo.
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