Por qu¨¦ el coronavirus es m¨¢s peligroso para los ancianos

La pandemia de coronavirus que tan r¨¢pidamente se est¨¢ expandiendo afecta duramente a los ancianos. Datos obtenidos del brote inicial en China y m¨¢s tarde de Italia muestran que los infectados menores de 60 a?os corren un riesgo bajo ¨Caunque no nulo¨C de fallecer a causa de la Covid-19. Curiosamente, los ni?os peque?os no parecen experimentar un riesgo mayor de sufrir complicaciones graves debido a la enfermedad causada por este nuevo coronavirus, en contraste con lo que ocurre con otros virus, como la gripe estacional.

Sin embargo, las estad¨ªsticas se vuelven m¨¢s desalentadoras a medida que los pacientes envejecen. Mientras que los pacientes entre 60-70 a?os tienen un 0,4% de probabilidades de fallecer, los de 70-80 tienen un 1,3%, y los mayores de 80, del 3,6%. Aunque no parezcan unas probabilidades de muerte muy elevadas, en el actual brote que est¨¢ experimentando Italia, el 83% de quienes sucumbieron ante la infecci¨®n de Covid-19 ten¨ªa m¨¢s de 60 a?os.

Para el cuerpo de una persona muy joven puede ser un reto controlar la infecci¨®n porque simplemente no est¨¢ habituado a la tarea. A medida que madura, el sistema inmune adaptativo aprende a reconocer los pat¨®genos

Por lo tanto, el nuevo coronavirus SARS-CoV-2, que causa la Covid-19, es un pat¨®geno muy serio para los mayores de 60 a?os. Mientras siga difundi¨¦ndose, este grupo de m¨¢s edad seguir¨¢ corriendo el riesgo de enfermar gravemente y morir.

?Qu¨¦ es lo que hace que virus como este suponga mayor riesgo para los mayores? Se cree que se debe a los cambios experimentados por el sistema inmunitario humano a medida que envejece.

Las herramientas del cuerpo para luchar contra las infecciones

En la vida diaria, el cuerpo experimenta un bombardeo constante bacterias, hongos y virus que nos enferman, los pat¨®genos. Un cuerpo humano es un lugar maravilloso para que estos organismos crezcan y prosperen, proporcion¨¢ndoles un entorno agradable, c¨¢lido y con muchos nutrientes.

Ah¨ª es donde entra en acci¨®n el sistema inmunitario. Es el sistema de defensa del cuerpo contra este tipo de invasores. Antes incluso de nacer, el cuerpo empieza a producir dos tipos especializados de c¨¦lulas sangu¨ªneas, linfocitos B y linfocitos T, capaces de reconocer los pat¨®genos y ayudar a bloquear su crecimiento.

Durante una infecci¨®n, los linfocitos B pueden multiplicarse y producir anticuerpos que se adhieren a los pat¨®genos y bloquean su capacidad de diseminarse por el cuerpo. La funci¨®n de los linfocitos T es reconocer las c¨¦lulas infectadas y matarlas. Juntos componen lo que los cient¨ªficos denominan el sistema inmunitario ¡°adaptativo¡±.

Es posible que su m¨¦dico le haya hecho alg¨²n an¨¢lisis para comprobar los niveles de gl¨®bulos blancos. Sirve para medir si tiene m¨¢s linfocitos B y T de lo habitual, presumiblemente porque est¨¢n luchando contra una infecci¨®n.

Las personas muy j¨®venes no tienen demasiados linfocitos B o T. Para su cuerpo puede ser un reto controlar la infecci¨®n porque simplemente no est¨¢ habituado a la tarea. A medida que madura, el sistema inmune adaptativo aprende a reconocer los pat¨®genos y a manejar estas invasiones constantes, permiti¨¦ndonos luchar contra la infecci¨®n de manera r¨¢pida y eficaz.

Aunque los gl¨®bulos blancos son potentes protectores para los humanos, no bastan por s¨ª solos. Por suerte, nuestro sistema inmunitario tiene otra capa, denominada respuesta inmunitaria ¡°innata¡±. Todas las c¨¦lulas tienen su propio sistema inmunitario en miniatura que les permite responder directamente a los pat¨®genos con m¨¢s rapidez que la que hace falta para movilizar la respuesta adaptativa.

A medida que envejecemos, las respuestas del sistema inmunitario innato y el adaptativo cambian. Los monocitos de los individuos mayores producen menos interfer¨®n en respuesta a la infecci¨®n viral

La respuesta inmunitaria innata est¨¢ preparada para lanzarse sobre tipos de mol¨¦culas que, por lo com¨²n, se hallan en bacterias y virus, pero no en las c¨¦lulas humanas. Cuando una c¨¦lula detecta estas mol¨¦culas invasoras, desencadena la producci¨®n de interfer¨®n, una prote¨ªna antiviral. El interfer¨®n desencadena la muerte de la c¨¦lula infectada, limitando la infecci¨®n.

Otras c¨¦lulas inmunitarias innatas, llamadas monocitos, act¨²an como una especie de portero celular, libr¨¢ndose de todas las c¨¦lulas infectadas que encuentran y enviando se?ales a la respuesta inmunitaria adaptativa para que se ponga en marcha. El sistema inmunitario innato y el adaptativo pueden funcionar juntos como una m¨¢quina bien engrasada para detectar y eliminar pat¨®genos.

Los sistemas inmunitarios m¨¢s viejos son m¨¢s d¨¦biles

Cuando un pat¨®geno invade el cuerpo, la diferencia entre la enfermedad y la salud se convierte en una carrera entre la velocidad a la que dicho pat¨®geno es capaz de expandirse en su interior y la rapidez con la que la respuesta inmunitaria es capaz de reaccionar sin causar demasiados da?os colaterales.

A medida que envejecemos, las respuestas del sistema inmunitario innato y el adaptativo cambian, modificando este equilibrio. Los monocitos de los individuos mayores producen menos interfer¨®n en respuesta a la infecci¨®n viral. Les resulta m¨¢s dif¨ªcil matar las c¨¦lulas infectadas y transmitir se?ales a la respuesta inmunitaria adaptativa para que se ponga en marcha.

La inflamaci¨®n cr¨®nica de bajo grado que por lo com¨²n se produce durante el envejecimiento tambi¨¦n merma la capacidad de las respuestas inmunitarias innata y adaptativa para reaccionar contra los pat¨®genos. Es algo similar a acostumbrarse a un ruido molesto con el tiempo.

Con el envejecimiento, la reducci¨®n de la ¡°capacidad de atenci¨®n¡± de la respuesta inmunitaria innata y la adaptativa hace m¨¢s dif¨ªcil que el cuerpo responda a la infecci¨®n viral, dando ventaja al virus. Los virus pueden aprovechar la tardanza del sistema inmunitario en responder y hacerse r¨¢pidamente con el cuerpo, provocando una enfermedad grave y la muerte.

El distanciamiento social es vital para las personas vulnerables

Dada la dificultad que las personas mayores tienen para controlar la infecci¨®n viral, la mejor opci¨®n es, de entrada, que eviten ser infectadas. Y ah¨ª es donde la idea del distanciamiento social adquiere importancia, en especial en lo referente a la Covid-19.

La Covid-19 est¨¢ causada por un virus respiratorio que se contagia principalmente a trav¨¦s de la tos, que puede extender diminutas gotas de saliva que contienen virus. Las gotas m¨¢s pesadas caen r¨¢pidamente al suelo; las gotas muy peque?as se secan. Las gotas de tama?o intermedio son las m¨¢s preocupantes, porque consiguen flotar en el aire m¨¢s de un metro antes de secarse. Estas gotas pueden ser inhaladas y penetrar en los pulmones.

Mantener una distancia de al menos metro y medio de otras personas ayuda significativamente a reducir la oportunidad de ser infectado por estas gotitas de aerosoles. Pero sigue existiendo la posibilidad de que el virus contamine las superficies que la persona infectada haya tocado o sobre las que haya tosido. En consecuencia, la mejor forma de proteger a los ancianos vulnerables y a las personas inmunodeprimidas es mantenerse alejados de ellas hasta que el riesgo desaparezca.

Brian Geiss es un profesor asociado de microbiolog¨ªa, inmunolog¨ªa y patolog¨ªa en la Universidad Estatal de Colorado y recibe financiaci¨®n de los Institutos Nacionales de Salud.

Este art¨ªculo se public¨® originalmente en The Conversation en ingl¨¦s.