Un estudio calcula que el colapso de los ecosistemas se producir¨¢ a partir de 2030 si no se act¨²a

Los efectos del cambio clim¨¢tico sobre la biodiversidad ser¨¢n abruptos y ocurrir¨¢n en solo 10 a?os. Es la conclusi¨®n de un estudio que se publica este mi¨¦rcoles en la revista Nature a partir de un an¨¢lisis masivo de 30.652 especies terrestres y marinas. La aparici¨®n de este umbral es lo que m¨¢s ha sorprendido a Alex Pigot, investigador del Centro de Biodiversidad y Medio Ambiente de University College de Londres y principal autor del trabajo, que imaginaba una evoluci¨®n m¨¢s gradual y tard¨ªa.

Los investigadores han creado unas proyecciones din¨¢micas en el tiempo que van de 1850 a 2100 para responder a dos escenarios posibles: por un lado, el que ocurrir¨¢ si se reducen las emisiones de gases de efecto invernadero; por otro, lo que pasar¨¢ si no se act¨²a. Este ¨²ltimo camino llevar¨ªa al colapso de los ecosistemas y los oc¨¦anos ser¨¢n los primeros en sufrir el golpe antes de 2030. Luego, para 2050, el efecto se expandir¨¢ a los bosques y a latitudes m¨¢s altas. Adem¨¢s, si el calentamiento global alcanza los 4?C, el 15% de las comunidades estar¨¢n expuestas a condiciones dr¨¢sticas y muchas especies no sobrevivir¨¢n, seg¨²n datos del estudio.

Pigot sabe que es imposible parar el mundo, pero cree que no es demasiado tarde para retrasar este impacto tan inquietante que se ensa?a particularmente con los tr¨®picos. Ganar tiempo es la clave y reducir las emisiones de gases a efectos invernadero, la principal soluci¨®n. Estos dos gr¨¢ficos lo ilustran:

Tiempo para adaptarse

?Por qu¨¦ es esencial retrasar algo inevitable? ¡°Para aplanar la curva¡± y as¨ª controlar mejor la situaci¨®n y evitar la "cat¨¢strofe¡±, dice Pigot. ¡°Es como lo que pas¨® con el nuevo coronavirus. Vemos todo de lejos creyendo que no nos afectar¨¢, cuando en realidad puede llegar en cualquier momento¡±, subraya.

Fernando Valladares, del departamento de Biogeograf¨ªa y Cambio Global del Museo Nacional de Ciencias Naturales, se une a este discurso y asegura que, aunque la situaci¨®n es seria, hay m¨¢rgenes de reacci¨®n si se reducen las emisiones y se gana tiempo. Es importante dar un espacio de adaptaci¨®n a las especies frente a las nuevas condiciones t¨¦rmicas que van a afrontar. ¡°Aunque vayas perdiendo el partido, si tienes tiempo, puedes cambiar de estrategia en los dos ¨²ltimos minutos y ganarlo¡±, compara.

Es hora de pasar del diagn¨®stico a definir e identificar acciones que permitan manejar ese cambio que, claramente, se va a producir

Javier Benayas, catedr¨¢tico de la Universidad Aut¨®noma de Madrid

Los s¨¦siles, organismos que no se pueden mover, son los m¨¢s amenazados, ya que est¨¢n condenados a vivir en un mismo lugar que sufrir¨¢ transformaciones. Los reptiles y los anfibios, tambi¨¦n son muy vulnerables por su reducida movilidad en general y por vivir en condiciones muy estables. Los m¨¢s resistentes son las aves y los mam¨ªferos, con mayor movilidad y una mejor capacidad de reacci¨®n y tolerancia t¨¦rmica.

¡°Es cierto que la trayectoria que llevamos es terrible: vamos hacia un colapso de los ecosistemas, a una p¨¦rdida de miles de especies. Pero, ?qu¨¦ ganamos si lo posponemos? Pues que haya suficientes cambios en la evoluci¨®n y suficiente diversidad gen¨¦tica para que toleren nuevos climas¡±, a?ade Valladares. El experto tambi¨¦n conf¨ªa en la evoluci¨®n de la sociedad y en una tecnolog¨ªa m¨¢s eficiente en los pr¨®ximos a?os que generen una menor huella ambiental.

El tiempo ayuda, pero no asegura nada, ni para bien ni para mal. El an¨¢lisis del comportamiento natural de los animales se divide en dos: el realizado y el potencial, es decir, el que se puede ver a lo largo de la historia previa y el que se puede proyectar. Sin embargo, es imposible tener certezas sobre la reacci¨®n de las especies frente a estos acontecimientos abruptos. ¡°El historial del ser humano, por ejemplo, muestra que vive m¨¢s y mejor en zonas de clima templado, pero eso no significa que no pueda adaptarse a condiciones dr¨¢sticas, a 40?C bajo cero¡±, explica Valladares.

Es cierto que la trayectoria que llevamos es terrible, vamos hacia un colapso de los ecosistemas. Pero, ?qu¨¦ ganamos si posponemos? Pues que haya suficientes cambios en la evoluci¨®n y suficiente diversidad gen¨¦tica de las especies para tolerar nuevos climas

Fernando Valladares, investigador del MNCN - CSIC

Para Miguel ?ngel Olalla, profesor de Ecolog¨ªa de la Universidad Rey Juan Carlos, las capacidades de adaptaci¨®n son limitadas en estos horizontes temporales. El especialista en vertebrados explica que ¡°las especies tienen una fuerte inercia filogen¨¦tica por mantener los nichos clim¨¢ticos de sus ancestros. Es muy dif¨ªcil romper en tan solo 30 a?os una barrera que en muchos casos se ha mantenido durante millones de a?os y que impide ampliar la tolerancia t¨¦rmica de las especies en tan poco tiempo¡±.

Adem¨¢s, no todas las especies tienen las mismas tolerancias t¨¦rmicas. Por ejemplo, los reptiles y anfibios, como ectotermos, no generan calor end¨®geno y dependen demasiado de la temperatura ambiente, de ah¨ª su mayor vulnerabilidad especialmente en los tr¨®picos. La desaparici¨®n simult¨¢nea de muchas especies implica la p¨¦rdida irreversible de una serie de servicios ecosist¨¦micos. ¡°Este estudio ofrece una evidencia abrumadora. Podr¨ªan producirse colapsos masivos de biodiversidad. Lo m¨¢s importante es que estos umbrales ya se han detectado y podemos anticipar una respuesta inmediata. Con eso, demuestran que no hay que esperar a 2100 para reaccionar¡±, asevera.

Curar el planeta, ya

La pr¨®xima etapa de Pigot es hacer lo mismo con plantas e insectos y Olalla est¨¢ convencido de que el patr¨®n no cambiar¨¢ mucho. Pese a la necesidad de verificaci¨®n, Javier Benayas, catedr¨¢tico en ecolog¨ªa en la Universidad Aut¨®noma de Madrid, opina que hay que pasar a la acci¨®n porque ya hay suficientes estudios cient¨ªficos sobre la desaparici¨®n de especies en las pr¨®ximas d¨¦cadas, tanto los que concluyen que ser¨¢ gradual como los que dicen que ser¨¢ dr¨¢stica.

El paso prioritario ahora, seg¨²n aclara, no es tanto invertir el tiempo en hacer m¨¢s diagn¨®sticos de las enfermedades que amenazan el planeta, si no investigar para encontrar soluciones y medicinas para curarlas. ¡°Es hora de pasar del diagn¨®stico a definir e identificar acciones que permitan manejar ese cambio que, claramente, se va a producir¡±, concluye.

Puedes seguir a Materia en Facebook, Twitter, Instagram o suscribirte aqu¨ª a nuestra newsletter.