El indescifrable origen de la primera obra de arte
Unas manos pintadas en una cueva de Timor Oriental aumentan el misterio sobre d¨®nde y cu¨¢ndo surgieron las primeras expresiones art¨ªsticas de nuestra especie, cuenta el prehistoriador Marcos Garc¨ªa-D¨ªez

Todav¨ªa recuerdo uno de los primeros amaneceres en playa Jaco, en la aldea de los Pitileti, en Tutuala, en el extremo este de Timor-Leste, hoy un pa¨ªs independiente que ha pasado por no pocas vicisitudes.
A¨²n no ser¨ªan las 6 de la ma?ana de un mes de julio. Estaba sentado sobre una roca de la estrecha playa viendo el horizonte y el silencioso amanecer cuando Pedro Morais, que hab¨ªa sido telegrafista durante la ocupaci¨®n portuguesa y con el que pod¨ªa entenderme en portugu¨¦s (su lengua materna es el Fataluko), se me acerc¨® y me dijo se?alando: all¨ª nace todo. Estuve un buen rato charlando con ¨¦l. El me explicaba que todo surgi¨® all¨ª, en aquel intenso horizonte. All¨ª y en ese momento se forj¨® una relaci¨®n de amistad entre ambos.
El arte prehist¨®rico es un mensaje condensado que desaf¨ªa intencionalmente el tiempo
Hab¨ªa ido a Tutuala en una expedici¨®n a documentar arte rupestre. Figuras en abrigos y cuevas que asignamos al primer arte, el arte prehist¨®rico. Los prehistoriadores reconocemos en estas im¨¢genes una muestra de la creatividad humana para construir s¨ªmbolos y lanzar mensajes, e incluso una de las primeras formas de pensamiento transcendente. Captar una realidad, transformarla mentalmente, darla forma y dejarla en esos discos duros que son las cuevas y abrigos con pinturas, dibujos y grabados que nos han llegado. El arte prehist¨®rico es un mensaje condensado que desaf¨ªa intencionalmente el tiempo.
Pero aquella corta frase no fue poco. En los ¨²ltimos a?os los estudios de arqueolog¨ªa prehist¨®rica vienen sufriendo una profunda transformaci¨®n debido a la aplicaci¨®n del enfoque arqueom¨¦trico, que no es nada m¨¢s que la aplicaci¨®n de t¨¦cnicas, m¨¦todos y procedimientos propios de otras ramas de conocimiento a preguntas sobre evoluci¨®n humana, una visi¨®n interdisciplinar o transdisciplinar de la generaci¨®n de conocimiento. Ello, junto a nuevos descubrimientos, est¨¢n trastocando nuestras bases de conocimiento y nuestra forma europea de ver la arqueolog¨ªa de otras regiones. Aquella escueta, sencilla y rotunda frase ven¨ªa a recordarme que nada ni nadie tienen el dominio del conocimiento. Su all¨ª es mi aqu¨ª, y solo cambia la mirada y desde d¨®nde lo veamos. El aqu¨ª y el all¨ª est¨¢ en todos los sitios y disponible para todos. S¨®lo hay que verlo, y en nuestra rama de conocimiento son los datos.
Durante a?os, y hasta muy recientemente, el arte prehist¨®rico m¨¢s antiguo, el paleol¨ªtico, el que tiene m¨¢s de 12.000 a?os, se ha estudiado en y desde Francia y Espa?a. Esto ha generado una visi¨®n eurocentrista, que tambi¨¦n igual podr¨ªamos rastrear en otras ¨¢reas de conocimiento, en la que los prehistoriadores ¡°de aqu¨ª¡± nos hemos reservado y construido una justificaci¨®n para decir que en nuestro extremo occidental europeo estaba el origen del arte, de la abstracci¨®n, y del pensamiento transcendente y creativo. En definitiva que fueron ¡°nuestros primeros yos europeos¡±, los primeros Homo sapiens vinculados a Altamira, Tito Bustillo, Lascaux, quienes fueron los primeros y aut¨¦nticos sapiens.
En Egipto, en Azerbaiy¨¢n, en Indonesia, en Borneo, van apareciendo sitios con un arte muy antiguo. Y nuestra expedici¨®n en Timor no fue una excepci¨®n
Pero este paradigma se ha fracturado. Nuevos descubrimientos, y en parte tambi¨¦n como consecuencia de la consolidaci¨®n de los estudios de prehistoria en otras regiones del mundo que implican la posibilidad de abordar problem¨¢ticas desde perspectivas y visiones m¨¢s amplias, van definiendo un panorama cada vez m¨¢s complejo. En Egipto, en Azerbaiy¨¢n, en Indonesia, en Borneo... van apareciendo sitios con un arte muy antiguo.
Y nuestra expedici¨®n en Timor no fue una excepci¨®n. En la gran cueva de Lena Hara tuvimos la posibilidad de documentar un conjunto de al menos 16 manos repartidas por las paredes m¨¢s exteriores de la cavidad, en una zona de penumbra y donde el arte convive con el espacio cotidiano, fracturando la trascendente y cl¨¢sica idea de que el arte se desvincula del lugar de h¨¢bitat. Estas manos, el motivo rupestre m¨¢s representativo de lo humano, posiblemente se asocien a la primera presencia de grupos humanos en la isla de Timor. Acabamos de publicar los detalles de nuestra investigaci¨®n.
Sin duda alguna, el sudeste asi¨¢tico en los ¨²ltimos a?os ha supuesto un punto de inflexi¨®n y atenci¨®n incluso m¨¢s all¨¢ del ¨¢mbito cient¨ªfico. Es decir, es un tema que interesa socialmente. En la otra punta de Europa, a m¨¢s de 13.000 kil¨®metros y con al menos 40.000 a?os de antig¨¹edad, investigadores de all¨ª nos han mostrado que humanos como nosotros hac¨ªan lo mismo a partir de iguales o diferentes formas o figuras. Pero lo importante es que en algo que dibujaban (mano, animal o signo) concentraban ideas, mensajes que otros podr¨ªan ver y entender, e incluso, y porqu¨¦ no, como hacemos nosotros, condicionar. Es la naturaleza de los s¨ªmbolos: una realidad tangible y artificial que est¨¢ fuera de nuestro cuerpo y que nuestros antepasados la idearon magistralmente y que ha perdurado y con la que nosotros a¨²n jugamos.
Es decir, nuestra visi¨®n del conocimiento europeo como foco catalizador se est¨¢ claramente modificando. Nuestra generaci¨®n del conocimiento cient¨ªfico ya no es unifocal, es multifocal y a la vez diversa, y esto implicar¨¢ en los pr¨®ximos a?os nuevos descubrimientos, nuevas fechas, nuevos investigadores que servir¨¢n para dibujar un panorama de complejidad sobre el origen del arte que seguramente traspasar¨¢ fronteras y tiempos.
Hoy tambi¨¦n conocemos que esta original forma creativa y de comunicaci¨®n no es exclusiva de nuestra especie anat¨®mica, el Homo sapiens. Otras especies humanas fueron verdaderos sapiens. Sabemos hoy que los neandertales pintaban en cuevas de nuestra pen¨ªnsula hace al menos unos 65.000 a?os. Un nuevo cambio en nuestra comprensi¨®n sobre el pasado que implica desprendernos de una exclusividad que los Homo sapiens nos hab¨ªamos reservado como especie.
Cuando miramos el arte rupestre realizado por el Homo neanderthalensis y por el Homo sapiens vemos que hay motivos que se repiten durante 40.000 a?os, e incluso que se dibuj¨® en los mismos sitios. Algo similar, y con mayor intensidad, ocurre cuando vemos el arte que realizaron los primeros sapiens. Motivos que se repiten durante miles de a?os, figuras similares a m¨¢s de 500, 1.000 y 10.000 kil¨®metros, y sitios a los que se vuelve una y otra vez a dejar impresos mensajes que fueron atemporales y que seguramente se fueron modificando, pero partiendo de unas mismas im¨¢genes. Un proceder t¨ªpicamente humano: mantener las im¨¢genes pero cambiando los significados, una forma para que los cambios no los sintamos abruptos, radicales.
Si nos preguntamos qu¨¦ es el arte prehist¨®rico, probablemente una de las respuestas m¨¢s acertadas sea que es uno de los mejores ejemplos de la naturaleza universal de las formas art¨ªsticas y de la interculturalidad, y de los procesos de globalizaci¨®n en los humanos. Esto, en un momento en que percibimos nuestro mundo como globalizado pero con individualizaciones cada vez m¨¢s intensas, choca con una de las bases culturales de la naturaleza humana.
Las primeras obras de arte no fueron exclusivas de ninguna especie humana, de ning¨²n grupo social o individuo. Y de ning¨²n territorio. El saber que nos est¨¢ ofreciendo el conocimiento nos dibuja un escenario cada vez m¨¢s intrincado que hace que se generen nuevos datos e incertidumbres como garant¨ªa de un conocimiento m¨¢s preciso. En definitiva, posiblemente un complejo panorama de ¡°or¨ªgenes¡± sobre un mundo pasado globalizado y universal en el que nadie tuvo la exclusividad de definir y condicionar d¨®nde surgen los s¨ªmbolos, la capacidad de comunicar con ellos y la posibilidad de condicionar. Todo puede nacer all¨ª y aqu¨ª.
Marcos Garc¨ªa-D¨ªez es prehistoriador de la Universidad Complutense de Madrid
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