En los barrios ricos hay m¨¢s vida
La flora y la fauna urbanas se concentran en las zonas de la ciudad con mayor nivel econ¨®mico
En Phoenix y su ¨¢rea metropolitana (EE UU, 4,8 millones de habitantes) hay m¨¢s zonas verdes en los barrios ricos. El hecho tiene su l¨®gica. Se trata de una ciudad levantada en el desierto de Sonora y el agua es un recurso escaso y, por lo tanto, caro. Pero un estudio realizado en 2003 demostr¨® algo m¨¢s: Al dividir la urbe seg¨²n los ingresos medios, comprobaron que las zonas en las que los hogares ingresaban m¨¢s de 50.000 d¨®lares (44.700 euros al cambio actual) ten¨ªan hasta el doble de diversidad vegetal (m¨¢s especies) que los distritos m¨¢s pobres. Las autoras de aquella investigaci¨®n acu?aron la expresi¨®n efecto lujo para referirse a este aumento de la flora en funci¨®n de la riqueza. Ahora un estudio confirma que esta segregaci¨®n medioambiental tambi¨¦n se reproduce con aves, mam¨ªferos o insectos y es casi universal.
Tras recopilar un centenar de estudios parciales, ya se centraran en unas especies determinadas o ¨¢reas geogr¨¢ficas concretas, un grupo de cient¨ªficos ha podido medir el alcance del efecto lujo urbano. ¡°Podemos decir que 73 de 99 (74%) de las estimaciones mostraron una asociaci¨®n positiva entre riqueza y las mediciones de diversidad¡±, cuenta el investigador en biolog¨ªa de los sistemas de la Universidad de Tur¨ªn (Italia) y coautor de esta revisi¨®n Dan Chamberlain. Adem¨¢s de mayor variedad, tambi¨¦n hay m¨¢s cantidad de vida. As¨ª, comprobaron que en el 76% de los trabajos que med¨ªan la mayor o menor abundancia, tambi¨¦n observaron esa conexi¨®n entre dinero y biodiversidad.
La mayor¨ªa de las investigaciones se centran en la cubierta vegetal. En principio, su estudio es m¨¢s f¨¢cil, basta con analizar im¨¢genes a¨¦reas o satelitales para comprobar la distribuci¨®n desigual de la vegetaci¨®n. Aunque para determinar la diversidad vegetal hay que muestrear sobre el terreno. Pero un 15% de los estudios se centran en el efecto lujo entre las aves. Uno de ellos, tambi¨¦n realizado en Phoenix, comprob¨® que en los barrios m¨¢s ricos hab¨ªa hasta un 30% m¨¢s de p¨¢jaros y en los cuatro m¨¢s pobres ten¨ªan de media cinco especies menos de aves.¡°La fauna est¨¢ donde hay m¨¢s flora¡±, comenta Juan Carlos Senar, jefe de investigaci¨®n del Museo de Ciencias Naturales de Barcelona, experto en avifauna urbana.
Los barrios m¨¢s adinerados de Phoenix (EE UU) albergan hasta el doble de especies vegetales que los m¨¢s pobres
El efecto tambi¨¦n se produce con otras clases de animales menos dependientes de la vegetaci¨®n. Un estudio durante tres temporadas en Waco, una ciudad mediana de Texas (EE UU), demostr¨® que la distribuci¨®n de tres especies de murci¨¦lagos estaba relacionada con el acceso al agua, la altura de las construcciones (chalets versus edificios) y el ingreso medio de los hogares en la zona. A¨²n m¨¢s llamativo es el trabajo publicado en 2016 con datos de 50 hogares de Raleigh (EE UU). En las casas m¨¢s pudientes hab¨ªa m¨¢s cantidad y variedad de artr¨®podos (escarabajos, ara?as, ciempi¨¦s...)
Los cuatro ejemplos expuestos hasta ahora son estadounidenses. Es un sesgo que destaca el estudio de Chamberlain. La mayor¨ªa de los trabajos son de Norteam¨¦rica y, en menor medida, Europa y Australia. Sin embargo, el fen¨®meno tambi¨¦n parece producirse en otras latitudes. Un trabajo realizado en Bujumbura, la mayor ciudad de Burundi, confirma que los barrios altos tienen mayor diversidad vegetal. Y otro trabajo realizado en Sud¨¢frica en 2019, de los pocos a escala nacional, observa el mismo fen¨®meno con las aves., aunque aqu¨ª la conexi¨®n se debilita cuanto m¨¢s urbanizaci¨®n haya.
¡°En la mayor¨ªa de las ciudades latinoamericanas que he visitado se puede ver tambi¨¦n este efecto¡±, comenta el investigador de la Estaci¨®n Biol¨®gica de Do?ana ?lvaro Luna. Para este experto en aves, sus barrios residenciales, con sus parques, sus servicios de jardiner¨ªa, sus campos de golf, sus sistemas de riego... crean las condiciones para atraer m¨¢s animales. ¡°Supongo que se notar¨¢ m¨¢s en las ciudades o pa¨ªses con mayor desigualdad¡±.
Luna supone bien. El meta an¨¢lisis de este centenar de trabajos no encuentra que el efecto lujo sea mayor en los pa¨ªses m¨¢s desarrollados o menos desarrollados. Lo que s¨ª detecta es que es m¨¢s acusado en los m¨¢s desiguales. En las sociedades donde hay m¨¢s distancia entre ricos y pobres, seg¨²n el coeficiente de GINI de desigualdad, los barrios de los primeros albergan a¨²n m¨¢s biodiversidad que los de los segundos que en las sociedades m¨¢s equilibradas. En esta categor¨ªa entran muchos pa¨ªses latinoamericanos, pero tambi¨¦n EE UU. Una revisi¨®n publicada en 2018 del efecto lujo menciona que este es mayor en las ciudades estadounidenses que en las europeas.
El trabajo tambi¨¦n desvela que la conexi¨®n entre riqueza y biodiversidad se ve mitigada en las regiones m¨¢s h¨²medas, que dependen menos de la irrigaci¨®n artificial. Como mostraba el caso de Phoenix, en las ciudades de regiones ¨¢ridas el acceso al agua est¨¢ modulado por la econom¨ªa. ¡°El cambio clim¨¢tico har¨¢ que, en estas zonas, el efecto lujo se acent¨²e¡±, sostiene Luna.
El profesor de la Universidad de Ciudad del Cabo (Sud¨¢frica) Arjun Amar es coautor tanto del actual trabajo como el de 2019 con las aves de su pa¨ªs. ¡°La desigualdad extrema y las condiciones de aridez en Sud¨¢frica hacen que la injusticia medioambiental provocada por el efecto lujo sea especialmente aguda. Mejorar nuestra comprensi¨®n de c¨®mo surgen estos patrones podr¨ªa ayudar a crear ciudades m¨¢s equitativas en el futuro¡±, escribe en una nota.
¡°Los precios de las propiedades est¨¢n inflados en estas ¨¢reas, lo que hace que se conviertan en enclaves para los sectores m¨¢s ricos de la sociedad¡±Dan Chamberlain, bi¨®logo Universidad de Tur¨ªn
¡°A la gente le gusta estar rodeada de verde y la naturaleza que lo acompa?a. Hay muchas pruebas de los beneficios psicol¨®gicos de la naturaleza urbana, que contribuye a la calidad de vida de los habitantes de la ciudad. Sin embargo, en un contexto urbano, eso tiene un precio¡±, mantiene Chamberlain. ¡°Primero, por la gesti¨®n de los espacios verdes y, en particular, los recursos h¨ªdricos, como hemos demostrado. Y eso cuesta dinero. Segundo, la gente pagar¨¢ m¨¢s por vivir en zonas con mayor valor en biodiversidad, por lo que los precios de las propiedades est¨¢n inflados en estas ¨¢reas, lo que hace que se conviertan en enclaves para los sectores m¨¢s ricos de la sociedad¡±, concluye.
En su libro Darwin viene a la ciudad. La evoluci¨®n de las especies urbanas (Ed. Turner), el bi¨®logo de la Universidad de Leiden (Pa¨ªses Bajos) Menno Schilthuizen recoge algunos casos como el de Phoenix. Para ¨¦l, ¡°el efecto de lujo es el resultado de que las personas m¨¢s ricas tienen m¨¢s tiempo y recursos para mejorar la biodiversidad en sus jardines y vecindarios¡±. Para corregir esta desigualdad, el cient¨ªfico neerland¨¦s a?ade: ¡°esto implica que los ayuntamientos deber¨ªan asumir ese papel en los barrios m¨¢s pobres y mejorar su biodiversidad¡±.
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