Halladas las minas m¨¢s antiguas de Am¨¦rica en tres yacimientos mexicanos de hace m¨¢s de 10.000 a?os
Los primeros habitantes del continente arriesgaban su vida intern¨¢ndose en cuevas durante cientos de metros en busca de ocre rojo, un pigmento esencial en la evoluci¨®n del pensamiento simb¨®lico
Hace 12.800 a?os, la vida no era f¨¢cil en la pen¨ªnsula de Yucat¨¢n, en lo que hoy es el Caribe mexicano. Eso es lo que nos cuentan los restos de Naia encontrados en la cueva sumergida de Hoyo Negro. Los dientes y los huesos de esta mujer que no llegar¨ªa a los 20 a?os, descubiertos en 2007, muestran que pas¨® hambre y penurias. Naia fue descubierta por buceadores en un profundo cenote, a 40 metros bajo el nivel del mar, rodeada de animales extintos. Desde entonces los arque¨®logos subacu¨¢ticos han seguido estudiando aquella regi¨®n de cavernas donde se ha preservado bajo el agua la historia de los primeros habitantes de Am¨¦rica.
Aquella primera americana fue una de las muchas personas que se internaron en el intrincado sistema de cuevas que hoy se encuentran en el Estado de Quintana Roo. Desde hace 21.000 a?os hasta hace 8.000, cuando la ¨²ltima era glacial manten¨ªa el nivel del mar muy por debajo del nivel actual, se pod¨ªa caminar por aquellas cavernas. En sus oscuras galer¨ªas, a veces a cientos de metros de distancia de la salida m¨¢s cercana a la superficie, se han encontrado los restos de al menos 10 individuos. Hasta ahora, los motivos que llevaron a estas personas a arriesgar su vida explorando este mundo subterr¨¢neo eran un misterio, aunque se planteaba que se mezclasen motivos m¨¢s prosaicos, como la b¨²squeda de refugio o el acceso a agua fresca, con los m¨¢s espirituales, como el enterramiento ritual de allegados. Unos, quiz¨¢, tan necesarios para los humanos como los otros.
Se han encontrado los restos de al menos 10 personas que perdieron la vida en estas cuevas donde se buscaba ocre rojo
Esta semana, un equipo que combina a buceadores y cient¨ªficos de instituciones de M¨¦xico, EE UU y Canad¨¢ publica en la revista Science Advances los resultados de m¨¢s de 600 horas de buceo por kil¨®metros de cuevas. Durante ese trabajo, los buzos pudieron observar que no eran los primeros visitantes de aquellos lugares y que alguien hab¨ªa alterado aquel entorno con su trabajo. Las im¨¢genes y las muestras recogidas por los submarinistas permiti¨® reconstruir lo que hab¨ªa sucedido en las cuevas hace milenios. El tesoro oculto en las profundidades de las cuevas era el ocre rojo, un pigmento que los humanos han utilizado en regiones de todo el planeta desde hace decenas de miles de a?os para pintar objetos o en pr¨¢cticas funerarias y que se considera una herramienta clave en el desarrollo del pensamiento simb¨®lico.
El ocre rojo se encuentra por todas partes entre los vestigios de los primeros habitantes del continente americano, pero no se hab¨ªa hallado un yacimiento con evidencias de extracci¨®n del material. En La Mina y dos cuevas m¨¢s se encontraron las fuentes de ocre y los restos de las herramientas improvisadas que los mineros paleol¨ªticos emplearon para sus tareas, como las estalactitas o estalagmitas que se arrancaban para hacer de picos. Adem¨¢s, se hallaron restos de maderas resinosas que se pudieron utilizar como antorchas para trabajar en la oscuridad y mojones para indicar la direcci¨®n de los yacimientos de ocre.
Brandi MacDonald, investigadora de la Universidad de Misuri (Estados Unidos) y coautora del estudio, explica c¨®mo el an¨¢lisis de los restos encontrados en estas cuevas sumergidas puede ayudar a comprender c¨®mo eran aquellos grupos humanos. ¡°La actividad minera en La Mina se mantuvo durante al menos 2.000 a?os y podemos asumir que se trataba de una actividad intergeneracional, con una transmisi¨®n de conocimiento entre los grupos que entraban y sal¨ªan de la regi¨®n durante todos esos a?os¡±, apunta. ¡°Como hemos encontrado evidencias de prospecci¨®n de ocre en al menos tres cuevas, podemos decir que no se trataba de una actividad aislada sino que tendr¨ªa, probablemente, una escala regional¡±, contin¨²a. ¡°Tambi¨¦n podemos inferir que exist¨ªa cierta cooperaci¨®n para coordinar la extracci¨®n. Ser¨ªa muy dif¨ªcil para una persona sola realizar la actividad que hemos visto de forma efectiva y segura¡±, concluye.
¡°El trabajo es muy interesante porque muestra c¨®mo la gente ha estado buscando este material para hacer colorantes de manera regular¡±, se?ala Manuel Gonz¨¢lez Morales, un investigador de la Universidad de Cantabria que no ha participado en este estudio. Junto a un grupo de colaboradores, Morales desenterr¨® en 2010 los restos de la conocida como Dama Roja, una mujer enterrada cubierta de ocre hace 19.000 a?os en la cueva de El Mir¨®n, en el norte de Espa?a. El pigmento empleado en aquel entierro, descubrieron a?os despu¨¦s, lleg¨® desde Santo?a, en Cantabria, a m¨¢s de 20 kil¨®metros de la cueva. ¡°Es muy interesante adem¨¢s ver c¨®mo eran capaces de internarse en el mundo subterr¨¢neo y de identificar el colorante, y es muy interesante que se haya encontrado en Am¨¦rica y en una ¨¦poca tan temprana¡±, a?ade.
El ocre rojo se utilizaba en enterramientos o en pinturas como las de Altamira, pero tambi¨¦n pudo servir como protector solar o insecticida
El uso del ocre es transcultural; hay sociedades muy distintas en ¨¦pocas muy distantes que lo utilizaban. Algunos estudios estiman que los neandertales ya lo empleaban hace 250.000 a?os, aunque sus usos fuesen m¨¢s rudimentarios que los de los sapiens en ¨¦pocas m¨¢s recientes. ¡°Es un elemento bastante ubicuo en la naturaleza, as¨ª que es normal que lo encuentren en muchos sitios y es muy llamativo. Est¨¢ por todas partes y es muy aparatoso. En Altamira, pintan un bis¨®n con nada, es muy socorrido, m¨¢s que otros colorantes, como los verdes o los azules, que pr¨¢cticamente no existen¡±, explica Gonz¨¢lez Morales.
Los autores del trabajo publicado en Science Advances apuntan adem¨¢s a la posibilidad de que el ocre rojo no solo tuviese una aplicaci¨®n simb¨®lica. Estudios previos han mostrado que ese material puede ser ¨²til como antis¨¦ptico, para proteger del sol o para repeler par¨¢sitos. ¡°El ocre de La Mina tiene una elevada concentraci¨®n de ars¨¦nico, algo que ser¨ªa m¨¢s que suficiente para combatir pestes¡±, comentan.
El trabajo de prospecci¨®n en el mundo de los primeros pobladores de Am¨¦rica, conservado bajo el agua en las cuevas k¨¢rsticas de Quintana Roo, acaba de comenzar. Samuel Meacham, fundador del Centro Investigador del Sistema Acu¨ªfero de Quintana Roo A.C. (Cindaq), ha sido uno de los l¨ªderes del equipo de buceadores que han servido de extensi¨®n a los equipos de arque¨®logos o antrop¨®logos necesarios para comprender estos yacimientos particulares. ¡°En cada buceo existe la posibilidad de encontrar algo nuevo. Jam¨¢s en mis sue?os m¨¢s locos pens¨¦ que ¨ªbamos a encontrar una mina prehist¨®rica. Ni puedo imaginar lo que podremos ver en el pr¨®ximo a?o¡±, plantea. La puerta al pasado abierta en los cenotes mexicanos seguir¨¢ desvelando los secretos de Naia y la sociedad en la que vivi¨®.
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