¡°El mayor riesgo se da en espacios cerrados y abarrotados, salvo si la ventilaci¨®n es eficiente¡±
Lidia Morawska es la cient¨ªfica que ha convencido a la OMS, liderando a centenares de especialistas, para que asuma que la covid se transmite por el aire
¡°La ciencia es f¨¢cil, pero aconsejar al p¨²blico es mucho m¨¢s complicado¡±, asegura la cient¨ªfica Lidia Morawska, una de las m¨¢s activas en su campo en el esfuerzo de conseguir mejorar esos consejos para la poblaci¨®n. Morawska (1952, Polonia) se refiere a la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS), que la semana pasada termin¨® por darle la raz¨®n a rega?adientes en una pol¨¦mica cient¨ªfica que lleva abierta desde marzo y que todav¨ªa no se ha cerrado. Para ella, una de las mayores expertas mundiales en c¨®mo afecta a la salud la calidad del aire, ya estaba claro en las primeras semanas de pandemia que el nuevo coronavirus se contagiaba por v¨ªa a¨¦rea. De momento, la OMS solo ha dado su brazo a torcer parcialmente, al admitir que ese modo de infecci¨®n ¡°no se puede descartar¡± en algunas circunstancias. ¡°Estamos rompiendo un dogma¡±, sintetiza Morawska.
Formada como f¨ªsica especialista en rad¨®n, est¨¢ en el centro de una pol¨¦mica cient¨ªfica que define muy bien la rigidez de la OMS, pero sobre todo los problemas de consolidar conocimientos en mitad de una pandemia global. Y la dificultad de comunicar cuestiones complejas y explicaciones llenas de matices en un escenario tan delicado. Morawska, que dirige el Laboratorio de Calidad del Aire de la Universidad de Tecnolog¨ªa de Queensland (de referencia para la OMS), no se cansa de repetir que el coronavirus se contagia por el aire. Pero no es una nube infecciosa que viaje por las ciudades o como un sarampi¨®n que infecta a quien entra en la misma sala en la que estuvo un enfermo. El virus puede escapar de la boca o la nariz de alguien y permanecer unos minutos en el aire, y desplazarse, hasta la boca o nariz de otra persona. Pero no en cualquier circunstancia. El riesgo de transmisi¨®n por el aire en interiores depende de cuatro factores: alta ocupaci¨®n, larga duraci¨®n, vocalizaci¨®n fuerte y mala ventilaci¨®n.
¡°El mayor riesgo se da en los espacios cerrados y abarrotados, salvo si la ventilaci¨®n es eficiente¡±, explica Morawska, autora principal de la carta que ha doblegado a la OMS. ¡°En lugares bien ventilados, como los hospitales donde se han realizado estudios, esto no es un problema en absoluto porque las gotitas cargadas de virus se eliminan r¨¢pida y eficientemente mediante ventilaci¨®n¡±, apunta. Pero cuando no funcionan esos sistemas o el local no est¨¢ abierto al exterior, ¡°como en muchos lugares p¨²blicos cotidianos, esta podr¨ªa ser la ruta principal¡±. A veces, incluso con abrir las puertas y las ventanas puede ser suficiente, asegura. Lo peor, como se ha repetido en numerosos escenarios, es que el aire acondicionado est¨¦ en modo recirculaci¨®n interior y no en un programa que permita la renovaci¨®n de aire reemplaz¨¢ndolo con el del exterior. La imagen de un c¨®ctel peligroso: un karaoke mal ventilado en el que los clientes llenan el local y pasan horas cantando (se expulsan m¨¢s got¨ªculas cantando o hablando a voces). En cambio, en exteriores, la diluci¨®n de los virus en suspensi¨®n es inmediata, reduciendo de forma notable las posibilidades de contagio. ¡°Cuantas m¨¢s actividades se trasladen al aire libre, mejor¡±, concluye.
A principios de abril, cuando todav¨ªa se discut¨ªa el uso generalizado de mascarillas, public¨® un art¨ªculo advirtiendo de la transmisi¨®n a¨¦rea de la covid titulado El mundo debe afrontar la realidad. A mediados de mayo, cuando la contactamos por primera vez, ya estaba liderando entre sus colegas la carta con cientos de firmantes que oblig¨® a la OMS a cambiar sus documentos sobre el coronavirus. En aquel momento, Morawska respondi¨®: ¡°No tendr¨¢n m¨¢s remedio que incluirla [la transmisi¨®n a¨¦rea], porque finalmente la ciencia y la verdad siempre prevalecen. La ¨²nica pregunta es cu¨¢ndo¡±. La revista Nature rechaz¨® publicar esa carta decisiva, lo que retras¨® a¨²n m¨¢s su difusi¨®n. El 1 de julio se aceptaba el texto en otra revista cient¨ªfica con el t¨ªtulo de Es hora de abordar la transmisi¨®n a¨¦rea de la covid-19, firmada por 239 especialistas (entre ellos cuatro espa?oles). Aunque los medios llevaban semanas hablando de ese modo de contagio, el revuelo, may¨²sculo, precipit¨® la respuesta de la OMS. El 7 de julio anunciaba que hab¨ªa revisado los datos y dos d¨ªas despu¨¦s publicaba la primera revisi¨®n, desde el 29 de marzo, de su documento sobre las v¨ªas de contagio de la covid. La transmisi¨®n por aerosoles es ya, oficialmente, una posibilidad m¨¢s. Tres meses despu¨¦s de su primer art¨ªculo.
?No es muy tarde ya? ¡°No es demasiado tarde: esta pandemia a¨²n contin¨²a, habr¨¢ pandemias en el futuro y cada a?o tenemos epidemias estacionales, de gripe, por ejemplo. Se necesitan buenas recomendaciones ahora y para el futuro¡±, explica una de las cient¨ªficas m¨¢s solicitadas de la pandemia, que siempre saca tiempo para responder a la prensa en unas semanas que deben de ser especialmente dif¨ªciles para ella. El 14 de mayo, mientras gestionaba esta controversia cient¨ªfica para salvar miles de vidas, mor¨ªa su padre, el marinero polaco Henryk Jaskula, conocido en su pa¨ªs por ser la tercera persona en circunnavegar la Tierra en solitario y sin paradas, en 1980. As¨ª que estuvo en Przemysl, donde se crio, recordando a su padre junto a las autoridades locales. Pocos d¨ªas despu¨¦s, el 25 de mayo, se anunciaba su entrada en la Academia de Ciencias de Australia, como una figura cient¨ªfica de primer orden de aquel pa¨ªs.
Tres v¨ªas de contagio
Al abrir la puerta a los aerosoles, la OMS admite tres v¨ªas de contagio que justifican lavado de manos, mascarillas, distancia social y, tambi¨¦n, ventilaci¨®n eficiente de interiores. Los fomites, o part¨ªculas con virus que podemos tocar y llevarnos con las manos a la zona T de la cara (la que forman ojos, boca y nariz). Las gotas que expulsamos al hablar o toser, que entran en contacto con esa zona de contagio, y que caer¨ªan antes de superar los dos metros. Y los aerosoles, part¨ªculas microsc¨®picas con menos virus y por tanto menos contagiosas, pero que pueden permanecer minutos en suspensi¨®n y viajar mucho m¨¢s all¨¢ de los dos metros. Pero la diferencia entre las gotas y los aerosoles es difusa, ya que las gotitas que expulsamos tosiendo y cantando son una gama continua de part¨ªculas de innumerables tama?os y propiedades. ¡°Los tres modos de transmisi¨®n coexisten al mismo tiempo. La pregunta es cu¨¢l de ellos es el dominante en un entorno particular¡±, explica Morawska, apuntando a ejemplos muy conocidos, como el restaurante de Guangzhou (China), en el que no hubo interacciones cercanas entre las personas sentadas en las diferentes mesas, ¡°suficientemente separadas entre s¨ª¡±. ¡°Por lo tanto, la transmisi¨®n por contacto cercano en ese entorno no era factible, pero s¨ª en el aire¡±, zanja.
El otro ejemplo, uno de los hitos de la pandemia: el ensayo del coro de Skagit, en Washington, celebrado el 10 de marzo. ¡°Las personas que asistieron se adhirieron a las recomendaciones para evitar la transmisi¨®n por contacto cercano¡±, recuerda Morawska, que acaba de publicar un nuevo estudio analizando lo sucedido all¨ª. No se saludaron con la mano ni hubo besos o abrazos, y usaron desinfectante de manos, procurando no toquetear objetos. L¨®gicamente, pudo haber alg¨²n fallo en sus precauciones. Y no llevaban mascarillas, ya que en aquel momento no se recomendaban. ¡°Pero es imposible que la persona infectada hubiera estado tocando todo y los infectados tocaran exactamente las mismas superficies¡±, resume la experta. De los 61 miembros del coro que acudieron al ensayo, se contagiaron 53 de covid y murieron dos.
Morawska, que ha firmado alrededor de ochocientos estudios cient¨ªficos en su carrera, asegura que contin¨²a trabajando con la OMS sobre este asunto, por lo que es probable que siga ampli¨¢ndose la importancia que el organismo otorga a los aerosoles. Pero a pesar de los meses que han pasado, no tiene reproches hacia el organismo que lidera Tedros Adhanom Ghebreyesus: ¡°Miro hacia adelante, no hacia atr¨¢s, porque es m¨¢s constructivo¡±. ¡°El grupo de cient¨ªficos que lidero siempre tuvo la intenci¨®n de trabajar con la OMS, para ayudarlos a formular documentos basados en la ciencia, no contra ellos aportando cr¨ªticas ¨²nicamente¡±, asegura. Porque pretende que finalmente se llegue a una versi¨®n de las recomendaciones que ¡°sean aceptables para la OMS y la comunidad cient¨ªfica¡±. Y reconoce: ¡°A menudo pienso que tengo mucha suerte por ser cient¨ªfica y no una autoridad sanitaria. La ciencia es f¨¢cil, pero aconsejar al p¨²blico es mucho m¨¢s complicado, ya que deben tenerse en cuenta todos los dem¨¢s factores que no tienen nada que ver con la ciencia: recursos, econom¨ªa, viabilidad, etc¨¦tera. La OMS tiene un papel muy dif¨ªcil y estamos tratando de ayudarlos¡±.
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