La reducci¨®n de la biodiversidad favorece la aparici¨®n de nuevas pandemias
Un estudio con miles de especies muestra que la transformaci¨®n de terrenos salvajes para el cultivo beneficia a unos pocos animales que albergan muchos pat¨®genos con potencial para saltar a humanos
En 1965, el a?o en que naci¨® el actual director general de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud, Tedros Adhanom, viv¨ªan en el mundo 3.324 millones de personas. De ellas, m¨¢s de un 35% pasaba hambre. Durante la vida de Adhanom, el planeta ha alcanzado los 7.800 millones de habitantes, multiplicando por m¨¢s de dos su poblaci¨®n mientras el porcentaje de hambrientos ha ca¨ªdo por debajo del 15%. Ese logro ha tenido sus costes. La transformaci¨®n de millones de hect¨¢reas de terreno salvaje en tierras de cultivo tambi¨¦n ha hecho m¨¢s probable el salto a humanos de nuevas enfermedades. Un estudio de la Universidad de Brown estim¨® que entre 1980 y 2010 el n¨²mero de brotes epid¨¦micos de enfermedades infecciosas se multiplic¨® por tres. Otros an¨¢lisis han visto un v¨ªnculo entre el uso de nuevas tierras y la aparici¨®n de enfermedades como la fiebre del Nilo o la enfermedad de Chagas.
A¨²n no est¨¢ claro si este mayor riesgo de salto de pat¨®genos de animales a humanos se debe a cambios ecol¨®gicos generales relacionados con la actividad humana o a situaciones espec¨ªficas relacionadas con determinadas enfermedades en contextos concretos. Para intentar comprender c¨®mo funcionan estas interacciones, un equipo liderado por University College London (UCL) recopil¨® informaci¨®n recogida en 184 estudios que les permiti¨® analizar 6.801 grupos ecol¨®gicos con m¨¢s de 7.000 especies, de las que 376 tienen pat¨®genos que tambi¨¦n pueden infectar a humanos. Sus conclusiones, que se publican hoy en la revista Nature, muestran que cuando se transforma la tierra para cultivo, se favorece a especies m¨¢s acogedoras para microorganismos que pueden provocar enfermedades a las personas.
Un estudio calcul¨® que entre 1980 y 2010, el n¨²mero de brotes epid¨¦micos de enfermedades infecciosas se multiplic¨® por tres
Frente a la idea de que el virus que provocar¨¢ la pr¨®xima gran pandemia se agazapa en el interior de alguna especie ex¨®tica como el pangol¨ªn, en una selva oscura, los autores muestran que el peligro est¨¢ precisamente en los lugares donde el entorno natural se ha transformado en tierras de cultivo o en ciudades y en aquellos animales que se benefician de estos cambios. El avance humano reduce la biodiversidad y las especies que prosperan con este avance, como las ratas, los estorninos o algunas especies de murci¨¦lagos, son tambi¨¦n los mejores hospedadores para los pat¨®genos que pueden infectar a los humanos. Este efecto se agrava adem¨¢s porque desaparecen otros animales a los que esos microbios no infectan o lo hacen con m¨¢s dificultad y que suponen una barrera para su progresi¨®n.
Estudios recientes han encontrado una relaci¨®n entre la p¨¦rdida de biodiversidad y un aumento en la transmisi¨®n de enfermedades. En EE UU, se detect¨® una fuerte correlaci¨®n entre una baja diversidad en las aves de una regi¨®n y un incremento en el riesgo de encefalitis provocada por el virus del Nilo Occidental. El motivo se atribuye a que esos entornos de diversidad reducida est¨¢n dominados por especies que amplifican la expansi¨®n del virus y no cuentan con otras aves en las que el virus no se encuentra tan a gusto.
Los autores, no obstante, aclaran que la aparici¨®n y expansi¨®n de nuevas enfermedades es un problema complejo. ¡°Nuestros resultados muestran que diferentes especies hospedadoras y diferentes tipos de enfermedad pueden responder de forma distinta a las mismas presiones medioambientales¡±, apunta Rory Gibb, investigadora de UCL y primera autora del estudio. ¡°Por ejemplo, los riesgos asociados a enfermedades de primates puede ser superior alrededor de bosques donde la gente tiene un contacto m¨¢s estrecho con ellos, pero inferior en entornos agrarios, donde las enfermedades portadas por roedores pueden suponer un riesgo mayor¡±, aclara.
Una de las preguntas que quedan sin responder es el motivo por el que las especies ganadoras de la irrupci¨®n de los humanos y su apetito por las tierras de cultivo y urbanizaci¨®n son mejores hu¨¦spedes para los pat¨®genos, tanto los que infectan a los humanos como los que no. Como propuesta, los autores plantean que los rasgos que hacen a algunos roedores y aves adaptables a los cambios que producen los humanos, como una vida r¨¢pida y prol¨ªfica, est¨¦ relacionado con su inversi¨®n en un sistema inmune m¨¢s tolerante con la presencia de microbios.
Sobre el caso concreto de la covid, los autores reconocen que no hay pruebas de que el uso de la tierra tuviese alguna influencia en su aparici¨®n, pero eso no significa que no la haya tenido en otras epidemias pasadas o que pueda tenerlo en algunas futuras. En los pr¨®ximos a?os, el incremento de la poblaci¨®n va a continuar y con ¨¦l la necesidad de transformar tierras y el riesgo de virus saltando de animales a humanos. Gibb y sus colegas reconocen esa necesidad y proponen incidir en algunos factores controlables. ¡°Estos factores son generalmente socioecon¨®micos e incluyen la forma de conseguir el sustento, la calidad de las viviendas, el acceso a agua limpia y saneamiento y el acceso a sanidad¡±, afirma Gibb. ¡°Siempre se pueden reducir estos riesgos, mejorando el acceso a la sanidad o invirtiendo en viviendas de calidad y buenas infraestructuras¡±, concluye.
En un art¨ªculo publicado en la revista Science el 24 de julio con Andrew Dobson, de la Universidad de Princeton (EE UU) como primer firmante, se propon¨ªa un esfuerzo de entre 20.000 y 30.000 millones de d¨®lares anuales para prevenir la deforestaci¨®n y regular el comercio con animales salvajes como estrategia para reducir la probabilidad de nuevas pandemias. Todos los a?os, dos nuevos virus que antes solo infectaban a animales saltan a los humanos y este tipo de medidas de control, adem¨¢s de ofrecer beneficios para los ecosistemas de todo el planeta y las poblaciones humanas que viven en las regiones donde la deforestaci¨®n es m¨¢s acelerada, podr¨ªa reducir la probabilidad de que se produjesen estos saltos.
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