Unas bacterias sobreviven durante a?os en el espacio
Colonias expuestas a la radiaci¨®n en el exterior de la Estaci¨®n Espacial Internacional segu¨ªan viables 1.126 d¨ªas despu¨¦s
La vida en el espacio, sin protecci¨®n frente a la radiaci¨®n, el fr¨ªo o calor extremos o al propio vac¨ªo, parece imposible. Sin embargo, una investigaci¨®n demuestra ahora que en la Tierra hay un organismo capaz de sobrevivir ah¨ª afuera durante a?os. Y lo logra de forma colectiva: los microbios de las capas exteriores de la colonia sucumben a los rayos ultravioleta pero protegen con su muerte a las que viven en el interior. A mayor grosor del cultivo, m¨¢s longevidad.
Es lo que ha comprobado un grupo de investigadores japoneses que desplegaron varias cepas de dos de bacterias en el exterior del m¨®dulo de experimentaci¨®n japon¨¦s (JEM) de la Estaci¨®n Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en ingl¨¦s) durante la misi¨®n Tanpopo. Una, la Deinococcus aerius, fue descubierta en la atm¨®sfera sobre Jap¨®n, donde recibe dosis importantes de radiaci¨®n. La otra, la Deinococcus radiodurans, fue descubierta en los a?os 50 durante unos experimentos con rayos gamma para esterilizar la comida.
¡°La especie es resistente a la radiaci¨®n de forma natural¡±, cuenta en un correo el bi¨®logo de la Universidad de Tokio (Jap¨®n) Akihiko Yamagishi. Principal investigador de la Tanpopo, Yamagishi ya descubri¨® en 2018 la existencia de la D. aerius.¡°Esta bacteria no sufre el efecto de las dosis de radiaci¨®n ionizante [registradas en el exterior de la ISS]. Pero muere r¨¢pidamente por la luz ultravioleta a no ser que se encuentre en forma de agregados¡±, a?ade el cient¨ªfico japon¨¦s.
Para comprobar hasta donde pod¨ªan resistir, los investigadores desplegaron colonias de ambas bacterias de diferente grosor, desde un micr¨®metro (la mil¨¦sima parte de un mil¨ªmetro) hasta 1.500 micr¨®metros o 1,5 mil¨ªmetros. Las recuperaron a los 384 d¨ªas, tomaron muestras para comprobar su viabilidad y las volvieron exponer al espacio hasta los 769 d¨ªas, repitieron rescate y de nuevo las dejaron fuera hasta cumplir un total de 1126 d¨ªas expuestas a la intemperie espacial. Para controlar el estudio, tambi¨¦n desplegaron colonias bacterianas en el interior de la estaci¨®n internacional y en tierra
Los resultados de la investigaci¨®n, publicados en Frontiers in Microbiology, muestran que las colonias de D. aerius m¨¢s delgadas no soportaron el experimento. Pero las de D. radiodurans con un grosor de 0,5 micr¨®metros presentaron una viabilidad similar a las cultivadas en la Tierra. Observaron que a medida que pasaba el tiempo, las capas m¨¢s exteriores de bacterias mor¨ªan pero creaban una especie de manto protector para las que ten¨ªan por debajo.
Los cient¨ªficos pudieron recuperar buena parte de las colonias con un simple proceso de rehidrataci¨®n m¨¢s de tres a?os despu¨¦s de empezar la exposici¨®n a la radiaci¨®n. Proyectando las cantidades de supervivientes, las cifras indican que los agregados m¨¢s gruesos podr¨ªan haber pervivido entre 15 y 45 a?os a una exposici¨®n continua a la radiaci¨®n ultravioleta. Pero mucho m¨¢s tiempo si se hallan protegidas por alg¨²n material.
¡°Los resultados sugieren que los deinococos radioresistentes podr¨ªan sobrevivir al viaje desde la Tierra y Marte y al rev¨¦s¡±, comenta Yamagishi. El comentario no es gratuito. La misi¨®n espacial Tanpopo tiene por objetivo estudiar la viabilidad cient¨ªfica de la llamada panspermia, la hip¨®tesis de que la vida no es exclusiva de la Tierra y ha viajado y viaja por el espacio a lomos de polvo espacial, meteoritos o fragmentos de otros planetas.
Hay quienes sostienen que las D. radiodurans podr¨ªan ser unas de esas viajeras espaciales. Su extraordinaria resistencia tiene dif¨ªcil explicaci¨®n: en la Tierra no se han dado dosis tan altas de radiaci¨®n casi desde su origen, lo que descarta una presi¨®n selectiva para que apareciera esta adaptaci¨®n. As¨ª que o es un efecto secundario de otras presiones o ven¨ªa de fuera ya as¨ª de resistente.
¡°Los cient¨ªficos ya sab¨ªan que se puede transferir microbios entre planetas si est¨¢n protegidos de la radiaci¨®n ultravioleta, como en un meteorito. Sin embargo, la frecuencia de meteoritos que puedan portarla no ser¨ªa muy elevada. Nuestros resultados muestran que es posible transferir bolitas de bacterias entre planetas mientras est¨¢n vivas¡±, afirma Yamagishi. Pero el propio investigador reconoce que a¨²n queda por explicar c¨®mo podr¨ªan sobrevivir a la eyecci¨®n de un planeta y la entrada y choque con el otro.
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