Neuralink, las vacunas y el control cerebral
El microchip de Elon Musk sorprende menos que otras innovaciones t¨¦cnicas y actuales de la neurociencia
La reciente apuesta del sudafricano Elon Musk y su empresa Neuralink, especializada en el desarrollo de interfaces cerebro-computadora, consiste en un microchip implantado en el cerebro de un cerdo que contiene 1024 peque?¨ªsimos electrodos capaces de registrar la actividad el¨¦ctrica de otras tantas neuronas de ese cerebro. El registro se env¨ªa inal¨¢mbricamente, mediante bluetooth, a un ordenador que lo analiza para deducir su significado, como, por ejemplo, la inminente conducta del animal. El ordenador, a su vez, utilizando el mismo dispositivo, puede enviar se?ales al cerebro para influir en esa conducta. Exageradamente y sin pruebas que lo justifiquen, los promotores del nuevo invento hablan incluso de utilizarlo en el futuro para curar enfermedades neurol¨®gicas.
Los expertos que han analizado ese dispositivo coinciden en que la novedad que presenta es m¨¢s cuantitativa y de perfeccionamiento t¨¦cnico que cualitativa, pues ese tipo de registros y la posibilidad de llevarlos a un ordenador o estimular directamente las neuronas para producir determinadas conductas ya se practican desde hace tiempo en muchos laboratorios de neurociencia de diferentes pa¨ªses. Pero resulta que la presentaci¨®n del nuevo microchip ha coincidido con un tiempo de pandemia v¨ªrica en el que ciertos agoreros apuestan por ideas tan aberrantes como que las posibles vacunas, que impacientemente esperamos, podr¨ªan de alg¨²n modo incluir dispositivos semejantes para controlar el cerebro y la conducta de la gente.
Hasta la fecha solo han podido registrarse los patrones de actividad de conductas muy simples, como mover una mano
Es por eso que algunos ya sienten un miedo que, para conculcarlo, deber¨ªamos empezar por preguntarnos ?Qui¨¦n nos quiere controlar y para qu¨¦? ?Qu¨¦ misteriosas fuerzas o personas hay detr¨¢s de ese control? ?Acaso no estamos ya controlados por medios menos invasivos que los microchips intracraneales, como los m¨®viles, la publicidad, los media en general, los educadores y los pol¨ªticos? El cerebro es pl¨¢stico y puede cambiar su organizaci¨®n interna y su actividad sin necesidad de que lo manipulemos directamente. Pero vayamos al fondo de la cuesti¨®n, pues solo desde un conocimiento simple o equivocado de c¨®mo funciona el cerebro y la mente humana se puede entrar en p¨¢nico al o¨ªr que las grandes empresas tecnol¨®gicas han desarrollado micro instrumentos que implantados en el cerebro van a desvelar nuestros m¨¢s ¨ªntimos secretos y a controlar nuestro comportamiento.
El cerebro es un sistema funcional y eso significa que hasta los m¨¢s simples pensamientos, recuerdos, deseos o conductas pueden estar determinados por actividades complejas que implican a miles o millones de neuronas distribuidas por amplias zonas del mismo. Es por eso que hasta la fecha solo han podido registrarse los patrones de actividad de conductas muy simples, como mover una mano, u hociquear, en el caso de los cerdos, presentado por Neuralink. Estamos lejos todav¨ªa de conseguir registros precisos de actividades mentales m¨¢s complejas, como las implicadas en la toma de decisiones o en el enamoramiento de las personas. Tambi¨¦n lo estamos de comprender c¨®mo las neuronas crean la imaginaci¨®n, la subjetividad, la consciencia.
En definitiva, el microchip de Elon Musk y Neuralink nos sorprende menos que otras innovaciones t¨¦cnicas y actuales de la neurociencia, como la optogen¨¦tica, que combina hallazgos de la f¨ªsica ¨®ptica y la ingenier¨ªa gen¨¦tica para detectar y controlar las neuronas involucradas en un proceso mental o conductual y ya ha demostrado con creces su capacidad para hacerlo en roedores. No todos los controles son necesariamente malos, pero los quir¨²rgicos e invasivos deber¨ªan reservarse en las personas para situaciones justificadas, como las de enfermedad, y producirse siempre bajo control ¨¦tico y legal.
Ignacio Morgado Bernal es catedr¨¢tico de Psicobiolog¨ªa en el Instituto de Neurociencias y la Facultad de Psicolog¨ªa de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona.
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