En defensa de los volcanes
Los volcanes tienen una capacidad destructiva tan solo comparable a su capacidad creadora de condiciones adecuadas para la vida
Ya defendimos el papel que juegan los gases de efecto invernadero en el clima de la Tierra y en el desarrollo de la vida. Hoy nos ocupamos de otros agentes astrobiol¨®gicos esenciales: los volcanes. Su belleza y su papel en la creaci¨®n y mantenimiento de nuestra atm¨®sfera y de las condiciones clim¨¢ticas hacen que los volcanes no solo apasionen y ocupen a ge¨®logos sino tambi¨¦n a astr¨®nomos, siendo esenciales para entender la evoluci¨®n y habitabilidad de los planetas.
Desde las estampas impresionantes del Fujiyama, el Teide, el Kilimanjaro o el Cotopaxi, hasta las historias sobre el Vesubio y la destrucci¨®n de Pompeya, pasando por la belleza de los telescopios en lo alto de Mauna Kea, los r¨ªos de lava saliendo del Kilauea o las columnas de humo sobre el Etna o el Popocatepetl, los volcanes nos rodean y nos fascinan. Quiz¨¢s han afectado a nuestro subconsciente de manera que la importancia de los volcanes para la Tierra se manifiesta en nuestra fascinaci¨®n por estos gigantes, que cuando despiertan siembran el caos y la muerte, aun cuando la vida como la conocemos no ser¨ªa posible sin ellos.
Si una civilizaci¨®n extraterrestre tambi¨¦n fascinada por los volcanes llegara a la Tierra apenas encontrar¨ªa unos pocos activos. Comparado con el pasado, hoy nuestro planeta es bastante tranquilo, aunque hay miles de volcanes que potencialmente pueden entrar en erupci¨®n. Muchos m¨¢s volcanes activos pueden encontrarse en la luna de J¨²piter ?o, que tiene m¨¢s de 100 lanzando lava y gases a la vez. Entre ellos, el Pele (nombrado en honor de la diosa de los volcanes en Haw¨¢i, y de nombre parecido a un volc¨¢n de Martinica) tiene una actividad persistente que fue detectada por primera vez por la Voyager 1 en 1979, y luego por las sondas Galileo, Cassini y New Horizons entre 1996 y 2007. Aunque lo m¨¢s espectacular que nos mand¨® New Horizons de ?o fue el penacho de 330 km de altura del volc¨¢n Tvashtar (nombrado en honor del dios de los herreros para los hind¨²es). Esa altura es un 15% del radio de ?o, ser¨ªa como si un volc¨¢n en la Tierra lanzara material hasta 1000 km de altura, m¨¢s alto que la ¨®rbita de los sat¨¦lites Iridium. Volcanes impresionantes tambi¨¦n pueden encontrarse en Marte, donde se halla el Monte Olimpo, el que es t¨ªpicamente nombrado como el volc¨¢n m¨¢s alto del Sistema Solar con 21 kil¨®metros de altura (aunque hay una monta?a m¨¢s alta en el asteroide Vesta) y de ¨¢rea comparable a Francia, o el Alba, uno de los m¨¢s extensos del Sistema Solar, m¨¢s del doble que el Olimpo.
Quiz¨¢s lo que m¨¢s debemos reconocerle a los volcanes es que gracias a ellos tenemos una atm¨®sfera
Si los volcanes extraterrestres lanzando gases y roca fundida son impresionantes, no se quedan atr¨¢s los que conocemos que liberan vapor y lava, pero no de roca sino de agua, amoniaco o metano l¨ªquidos, al estilo de nuestros g¨¦iseres pero m¨¢s potentes y con capacidad de formar conos volc¨¢nicos y monta?as. Algunos ejemplos de estos llamados criovolcanes los podemos encontrar en la luna de Saturno Enc¨¦lado, que lanza agua a miles de kil¨®metros por hora, m¨¢s que la velocidad de escape del sat¨¦lite, por lo que se pierde en el espacio. Tambi¨¦n hemos descubierto criovolcanes durmientes en el planeta enano Ceres, en el sat¨¦lite de Saturno Tit¨¢n o la luna joviana Europa, lo cual nos indica la presencia de agua y/o metano l¨ªquidos, incluso de oc¨¦anos, bajo la superficie helada de esas lunas que podr¨ªa llevar asociada la presencia de alg¨²n tipo de vida.
La belleza de los volcanes, terrestres y extraterrestres, no es el ¨²nico aspecto que los hace especiales. Quiz¨¢s lo que m¨¢s debemos reconocerle a los volcanes es que gracias a ellos tenemos una atm¨®sfera. Los modelos de formaci¨®n planetaria establecen que cuando se cre¨® la parte s¨®lida de los planetas rocosos tipo terrestre (Mercurio, Venus, Tierra y Marte), estos estaban muy calientes y las mol¨¦culas de gas que pudieran tener se mov¨ªan demasiado r¨¢pido, m¨¢s que la velocidad de escape, por lo que la atm¨®sfera que denominamos primaria se debi¨® perder pronto en la historia de nuestro planeta. No fue as¨ª en los planetas gigantes, J¨²piter, Saturno, Urano y Neptuno, m¨¢s fr¨ªos y masivos y que todav¨ªa hoy conservan esa atm¨®sfera primaria. Volviendo a la Tierra, fueron los volcanes los que, seg¨²n se iba enfriando el planeta, liberaron gases al exterior, dando lugar a la atm¨®sfera secundaria que vemos en la actualidad (o incluso podr¨ªamos hablar de una terciaria actualmente).
Otro gran logro de los volcanes y regalo para nuestra vida tiene que ver con su relaci¨®n con los gases de efecto invernadero y el calor interno que liberan. Varios estudios han visto una relaci¨®n directa, aunque no sencilla, entre el t¨¦rmino de algunas glaciaciones de la Tierra y la actividad volc¨¢nica. Lo m¨¢s natural ser¨ªa pensar que el calor de los volcanes puede derretir el hielo y provocar o al menos ayudar a terminar con una era glaciar, pero la realidad parece m¨¢s complicada. En la ¨²ltima glaciaci¨®n, el comienzo de la licuaci¨®n de los bloques de hielo, que hab¨ªan provocado una gran erosi¨®n de la corteza terrestre, pudo provocar un incremento de la actividad volc¨¢nica. De nuevo, de manera inocente, uno podr¨ªa pensar que ese incremento podr¨ªa acelerar el calentamiento global, pero los gases de efecto invernadero y las cenizas que liberan los volcanes pueden incrementar la temperatura del planeta al aumentar el efecto invernadero o pueden tener el efecto contrario, enfriar el planeta. De hecho, en los siglos XIII a XV una serie de erupciones volc¨¢nicas parece que provoc¨® inviernos m¨¢s fr¨ªos durante d¨¦cadas, la conocida como Peque?a Edad del Hielo, que afect¨® a la agricultura en ciertas zonas del hemisferio norte e incluso pudo favorecer los avances en navegaci¨®n y promover la expansi¨®n de los imperios europeos de la Edad Moderna. Tambi¨¦n hay estudios que indican una acci¨®n de los volcanes en las corrientes oce¨¢nicas del Jur¨¢sico que llevaron a una edad de hielo.
En conclusi¨®n, los volcanes son otro jugador clave en el delicado equilibrio clim¨¢tico y vital de la Tierra, al que la humanidad se ha unido en las ¨²ltimas d¨¦cadas. El papel de los volcanes y criovolcanes en la existencia de vida, as¨ª como su utilidad para entender el interior de los planetas, que da informaci¨®n sobre su formaci¨®n, es incuestionable, merecen romper una lanza por ellos. El descubrimiento de volcanes en planeta extrasolares, quiz¨¢s a trav¨¦s de la detecci¨®n de gases de di¨®xido de azufre durante el periodo de tiempo que el volc¨¢n estuviera activo o incluso en penachos visibles durante el tr¨¢nsito del planeta por delante de su estrella, es un objetivo de los astrobi¨®logos para los pr¨®ximos a?os y d¨¦cadas.
Pablo G. P¨¦rez Gonz¨¢lez es investigador del Centro de Astrobiolog¨ªa, dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas y del Instituto Nacional de T¨¦cnica Aeroespacial (CAB/CSIC-INTA).
Patricia S¨¢nchez Bl¨¢zquez es profesora titular en la Universidad Complutense de Madrid (UCM).
Vac¨ªo C¨®smico es una secci¨®n en la que se presenta nuestro conocimiento sobre el universo de una forma cualitativa y cuantitativa. Se pretende explicar la importancia de entender el cosmos no solo desde el punto de vista cient¨ªfico sino tambi¨¦n filos¨®fico, social y econ¨®mico. El nombre ¡°vac¨ªo c¨®smico¡± hace referencia al hecho de que el universo es y est¨¢, en su mayor parte, vac¨ªo, con menos de 1 ¨¢tomo por metro c¨²bico, a pesar de que en nuestro entorno, parad¨®jicamente, hay quintillones de ¨¢tomos por metro c¨²bico, lo que invita a una reflexi¨®n sobre nuestra existencia y la presencia de vida en el universo.
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