El virus en la red
Silicon Valley tiene que actuar de forma contundente contra la irracionalidad cient¨ªfica. Ya
Escribo esto sin saber qu¨¦ ha pasado en las elecciones de Estados Unidos, y bien agobiado por ellas, pues tantas cosas planetarias dependen de su resultado, cosas que abarcan de la geoestrategia al racismo, de la polarizaci¨®n ideol¨®gica a la gesti¨®n pand¨¦mica, de la estupidez pol¨ªtica a la racionalidad cient¨ªfica, tantas cosas esenciales para el mundo que da v¨¦rtigo pensar en lo que podr¨ªa ocurrir si Donald Trump renovara el mandato. Te envidio, desocupado lector, porque t¨² tienes mucha m¨¢s informaci¨®n que quien te escribe. Hay, pese a todo, asuntos de peso que deberemos seguir metabolizando sea cual sea el resultado. Uno de ellos afecta de lleno a las vacunas, la gran soluci¨®n que todos esperamos y que, por si no tuviera de por s¨ª bastantes problemas de naturaleza biom¨¦dica y bio¨¦tica, se ve amenazada tambi¨¦n por la epidemia de sandez en que vivimos inmersos y que, por todo lo que sabemos, tal vez no se acabe nunca.
Un mensaje antivacunas que se haga viral mata gente, y los gigantes de Silicon Valley se est¨¢n jugando su futuro al dejarlos circular como si fueran recetas de cocina
Un problema central son las redes sociales, es decir, las mayores corporaciones empresariales de nuestro tiempo. Hay progresos en los intentos de atraer a estos gigantes industriales al terreno de la racionalidad cient¨ªfica, hist¨®rica y period¨ªstica, pero su exasperante lentitud resultada inadecuada para gestionar una pandemia en que una sola semana de retraso en la adopci¨®n de medidas puede hacer que la curva exponencial se escape de las manos sembrando caos, desigualdad y muerte. Facebook ha tardado 16 a?os en imponer restricciones a la propagaci¨®n de los mensajes negacionistas del holocausto, y eso que su fundador y presidente es jud¨ªo. Es la l¨®gica informativa de nuestro tiempo, amigo. Pero no tenemos 16 a?os para corregir las intoxicaciones masivas de la opini¨®n p¨²blica que circulan por las redes sobre la pandemia. Un mensaje antivacunas que se haga viral mata gente mucho, mucho antes de ese plazo, y los gigantes de Silicon Valley se est¨¢n jugando su futuro al dejarlos circular como si fueran recetas de cocina. Sus abogados ser¨¢n buenos, pero no tanto como para librarles de las querellas penales que se les pueden venir encima. La desinformaci¨®n mata, y quien la propaga es el principal responsable.
YouTube asegura que va a retirar los v¨ªdeos que desinforman sobre la covid-19, con una vaga promesa de centrarse en la basura antivacunas. Pero esas reci¨¦n descubiertas intenciones virtuosas de la plataforma hacen agua por todas las fracturas del buque, que son muchas. Tal y como documenta Fernanda Ferreira para ¡®Science¡¯, esas supuestas restricciones se pueden saltar con una tecnolog¨ªa tan simple como escribir en portugu¨¦s. Unos investigadores de las universidades de Campinas y de California en Berkeley han buscado cosas como ¡°vacina + autismo¡± (en portugu¨¦s), han analizado los resultados con t¨¦cnicas sofisticadas y han descubierto as¨ª una red interconectada de 52 v¨ªdeos en 20 canales de YouTube, todos ellos centrados en desinformar a la gente. En portugu¨¦s, porque en ingl¨¦s no ser¨ªa posible con las nuevas medidas, como tampoco lo ser¨ªa que la cuarta parte de esos v¨ªdeos empotraran anuncios a mayor beneficio de los intoxicadores profesionales. Silicon Valley tiene que hacer much¨ªsimo m¨¢s si quiere ser cre¨ªble.
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