Todos miran a Israel
El pa¨ªs va en cabeza de la vacunaci¨®n por un interesante acuerdo con la industria
El mensaje oficial es tener calma sobre las vacunas, y es acertado, porque todav¨ªa faltan muchos meses para que el 70% de la poblaci¨®n est¨¦ vacunada y podamos empezar a hablar de inmunidad de reba?o, el salto cualitativo que impedir¨¢ al virus propagarse. Mientras no llegue eso haremos mejor en reducir los contactos todo lo posible, y hasta es probable que ciertas zonas del pa¨ªs acaben en un confinamiento duro. Pero no se enga?en. Los cient¨ªficos est¨¢n ¨¢vidos y caninos por conseguir datos sobre la protecci¨®n que las primeras vacunas ofrecen a la poblaci¨®n. Es probable que los primeros resultados fiables lleguen de Israel, porque es el pa¨ªs que m¨¢s adelantada lleva su campa?a de vacunaci¨®n, sobre todo con el producto de Pfizer. Y tambi¨¦n por otras consideraciones interesantes.
Como informaba ayer el corresponsal de este diario en Jerusal¨¦n, Juan Carlos Sanz, la velocidad de vacunaci¨®n de Israel no solo se debe a su solvente red sanitaria, sino tambi¨¦n a otro factor. Tel Aviv negoci¨® con Pfizer la prioridad en la entrega de vacunas a cambio de los datos sobre los pacientes vacunados. Son datos muy valiosos, y el principal es saber si los vacunados, adem¨¢s de librarse de los s¨ªntomas m¨¢s graves de la covid, propagan menos el virus que el grupo placebo (los que no han recibido la vacuna).
Convertir la campa?a de vacunaci¨®n en un ensayo cl¨ªnico masivo, que ya abarca a un cuarto de la poblaci¨®n del pa¨ªs, es una decisi¨®n pol¨ªtica muy complicada. Tienes 400.000 personas, le pones la vacuna a la mitad y un placebo a la otra mitad. Si la vacuna funciona, como es el caso, est¨¢s condenando a los 200.000 del grupo placebo a padecer m¨¢s infecciones y peores s¨ªntomas, entre ellos la muerte. Parece una barbaridad, pero no lo es, porque los ensayos cl¨ªnicos son el principal recurso para el avance de la medicina. Sin eso no hay pruebas de que un f¨¢rmaco funcione. Pero el Gobierno israel¨ª ha optado por el conocimiento cient¨ªfico. Requiere coraje pol¨ªtico, y a cambio recibe una cornucopia de vacunas. Justo es a?adir que est¨¢ pagando a Pfizer el doble que los dem¨¢s pa¨ªses. Esto no ha gustado a Bruselas, naturalmente, que est¨¢ amenazando con su maquinaria judicial para hacer que la empresa cumpla los contratos y deje de especular con la contabilidad de sus ejecutivos.
Los datos provisionales que ha presentado Israel indican que los vacunados reducen en un tercio la probabilidad de dar positivo para el SARS-CoV-2 en pruebas de PCR. Esto insin¨²a que la vacuna de Pfizer les protege parcialmente de la infecci¨®n, pero los cient¨ªficos independientes necesitan mucha m¨¢s informaci¨®n para compulsar esa conclusi¨®n, sobre todo cuando toda esa poblaci¨®n haya recibido la segunda dosis, un dato imprescindible.
La guerra de precios ha empezado, y Europa no ha arrancado bien posicionada. Las entregas de vacunas se est¨¢n convirtiendo en el nuevo cuello de botella de la campa?a. ?Qu¨¦ esperaban de este mundo que hemos construido?
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