Los puntillosos de la vacuna
El rechazo alem¨¢n a la vacuna de AstraZeneca es una enfermedad del mundo rico
La evoluci¨®n de las encuestas sobre el rechazo a las vacunas ha sido chocante en Espa?a. Hace apenas unos meses las dudas de la gente parec¨ªan tan extendidas que empezaron a preocupar a los expertos, porque si la mayor parte de la poblaci¨®n eludiera vacunarse la inmunidad general ser¨ªa inalcanzable, pero los sondeos subsiguientes han revelado una ca¨ªda en picado del escepticismo vacunal. Esto es una excelente noticia, por muy dif¨ªcil que resulte interpretarla. ?C¨®mo puede la opini¨®n p¨²blica cambiar tan deprisa sobre una cuesti¨®n tan esencial? ?Es que antes hab¨ªan sido abducidos por la doctrina Abril/Bos¨¦ y ahora han empezado a leer peri¨®dicos? No da la impresi¨®n.
Lo m¨¢s probable es que mucha gente se haya guiado por lo que ven hacer a los dem¨¢s. Lo que comen, lo que corren, lo que se pinchan. Para algunos ciudadanos habr¨¢ sido importante ver que los alcaldes, los generales y los obispos se han saltado la cola para vacunarse. Si esos lo est¨¢n haciendo, pensar¨¢ el antiguo esc¨¦ptico, ser¨¢ que se est¨¢n pinchando algo bueno. De ser as¨ª ¨Cno hay datos para afirmarlo¡ª nos ver¨ªamos ante una paradoja casi teol¨®gica, porque los obispos ventajistas habr¨ªan hecho un gran favor a la ciencia, lo que no creo que les guste. Las cosas que hay que ver.
Alemania sola ha podido inyectar el 15% de las vacunas que le ha entregado AstraZeneca, porque la mayor¨ªa de los alemanes recelan de su eficacia
A cambio de la buena evoluci¨®n de la opini¨®n p¨²blica espa?ola, estamos viendo un nuevo fen¨®meno penoso en Alemania. Lo podemos llamar puntillismo vacunal, no por la escuela pict¨®rica del impresionismo decimon¨®nico, sino porque sus practicantes son unos puntillosos incapaces de pensar m¨¢s all¨¢ de s¨ª mismos. Como informa la corresponsal en Berl¨ªn de este diario, Elena G. Sevillano, Alemania solo ha podido inyectar el 15% de las vacunas que le ha entregado AstraZeneca, porque la mayor¨ªa de los alemanes recelan de su eficacia. Si la de Pfizer tiene un 90%, piensa cada individuo, ?por qu¨¦ me voy a poner yo una que solo alcanza el 70%? Esto ya no es ser un negacionista, sino un quisquilloso del mundo rico que ni ha entendido lo que est¨¢ pasando en el planeta, donde el virus se ha llevado ya dos millones y medio de vidas, ni sabe c¨®mo proteger su propio barrio.
Uno de los conceptos m¨¢s dif¨ªciles de trasmitir al p¨²blico es que gestionar una pandemia no consiste en intentar a toda costa que t¨² te salves, sino en reducir los da?os para la poblaci¨®n que te rodea. Basta adoptar el segundo punto de vista para percibir que la efectividad de la vacuna es solo un factor en un oc¨¦ano de consideraciones esenciales, como el precio, la capacidad de fabricaci¨®n, la velocidad de distribuci¨®n, la duraci¨®n de la respuesta inmune, la temperatura de conservaci¨®n y la flexibilidad frente a las nuevas variantes del virus. Basta hacer una cuenta en el reverso de un sobre para mostrar que la mejor opci¨®n es vacunar a toda la gente posible con los productos que tenemos disponibles. Lo dem¨¢s es puntillismo vacunal, una enfermedad del mundo libre.
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