Los deseos no piensan
La pandemia no ha acabado. La investigaci¨®n tampoco
Los ingleses tienen un t¨¦rmino (wishful thinking) dif¨ªcil de traducir. WordReference propone ¡°ilusi¨®n¡± o ¡°deseo¡±, que est¨¢n bien, pero carecen del aguij¨®n original. El Collins sugiere ¡°hacerse ilusiones¡±, lo que est¨¢ algo mejor. El wishful thinking es un pensamiento guiado por el deseo, lo que parece un ox¨ªmoron, pues entrevera dos capacidades humanas que solemos considerar contradictorias, la raz¨®n y la ilusi¨®n. Ah¨ª est¨¢ el aguij¨®n, y convoco a los ling¨¹istas a que resuelvan este problema acuciante (yo no he podido, pero solo soy un juntaletras). El wishful thinking m¨¢s peligroso al que nos enfrentamos ahora mismo es la idea irresistible de que la pandemia se ha acabado, y su corolario de que el papel de la ciencia ha caducado a estas alturas de la crisis. Ser¨ªa bonito, ?no es cierto? Ser¨ªa bonito, pero no es cierto. Ni la pandemia ha acabado ni la ciencia del coronavirus se ha parado. Esa voz que te habla por las noches no es la de la raz¨®n, sino la del deseo. Wishful thinking.
La mayor¨ªa de los vir¨®logos y epidemi¨®logos predicen que este virus se har¨¢ end¨¦mico, es decir, que habr¨¢ bolsas de poblaci¨®n repartidas por el mundo que podr¨¢n sembrar rebrotes
Mientras los pa¨ªses europeos montaban un cisco esta semana con la vacuna de AstraZeneca, preocupados por un 0,0002% de trombosis entre los inyectados que ni siquiera pueden asociarse a la vacuna con certeza, los cient¨ªficos segu¨ªan trabajando en las cuestiones verdaderamente esenciales para el futuro inmediato. Una de ellas se refiere a las mutaciones del SARS-CoV-2, no solo porque algunas se propagan m¨¢s deprisa y comprometen as¨ª los planes de apertura econ¨®mica, sino tambi¨¦n porque otras variantes pueden obstruir el reconocimiento por las vacunas.
La mayor¨ªa de los vir¨®logos y epidemi¨®logos predicen que este virus se har¨¢ end¨¦mico, es decir, que habr¨¢ bolsas de poblaci¨®n repartidas por el mundo que podr¨¢n sembrar rebrotes. Esos focos persistentes ocurrir¨¢n justo en el peor escenario posible, donde la gente no ha sido vacunada y solo cuenta con una lent¨ªsima, parcial e insuficiente inmunidad natural. Un caso de referencia es Manaos, la capital de la Amazonia, de donde ha surgido la variante brasile?a del virus, como inform¨® de primera mano la corresponsal de este diario en Sao Paulo, Naiara Galarraga Gort¨¢zar. Los laboratorios, por tanto, tienen todas las razones para seguir investigando, particularmente en nuevas vacunas. Tarde o temprano har¨¢n falta.
Que un virus mute no constituye la menor sorpresa para los vir¨®logos. Mutar es su forma de vida, y sus tasas de reproducci¨®n dentro del cuerpo del paciente son tan vastas que le pueden permitir errar un mill¨®n de veces ¨Ccon mutaciones letales para ¨¦l mismo¡ª hasta encontrar una versi¨®n viable que le ofrezca una ventaja, y pocas ventajas le son tan ¨²tiles como escapar, siquiera parcialmente, del sistema inmune humano, ya est¨¦ estimulado por una vacuna o por la madre naturaleza. Es evoluci¨®n darwiniana de libro, solo que acelerada hasta el paroxismo. Los desarrolladores de vacunas tienen que estar a la altura, y est¨¢n trabajando duro con vacunas atenuadas y reprogramadas, administraciones por v¨ªa nasal y, sobre todo, vacunas esterilizantes como la de Isabel Sola y Luis Enjuanes en Madrid, que deja al virus desnudo frente a los anticuerpos mientras le impide replicarse. Eso no es wishful thinking.
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