?Seguridad total? Esperen sentados
Tal vez en 10 a?os, o tal vez nunca, alcancemos la certeza sobre los raros trombos vinculados a AstraZeneca
Los gobiernos europeos han optado por vender a sus ciudadanos la pancarta de la seguridad total sobre la vacuna de AstraZeneca, lo que es curioso por tres razones. Primera, que el 100% de seguridad no existe en nuestra humilde morada terrenal, y que los gobernantes que aspiren a ella har¨ªan mejor en posponerla hasta que disfruten de las certezas de la eternidad, pues la muerte es lo ¨²nico seguro que nos pasar¨¢ en la vida. Segunda, que si hubiera un truco para garantizar la seguridad total ser¨ªa probablemente el mismo en Baviera que en Castilla y Le¨®n, el mismo en el norte que en sur del viejo continente, lo que se da de patadas con el espectro multicolor y contradictorio de las restricciones al f¨¢rmaco que han adoptado los estados soberanos de la UE. Bas¨¢ndose, por cierto, en el mismo dictamen del mismo organismo cient¨ªfico al que financian para estos prop¨®sitos, la Agencia Europea del Medicamento (EMA).
La tercera, y casi peor a¨²n, es que los gobiernos nos est¨¢n vendiendo un principio de precauci¨®n con la vacuna que ellos mismos han violado repetidamente durante el ¨²ltimo a?o. Si est¨¢n tan preocupados por un 0,001% de trombosis entre los vacunados de AstraZeneca, ?por qu¨¦ no lo est¨¢n tanto por el 1% de letalidad que causa el SARS-CoV-2? Esta cifra de muertos por el coronavirus, que es mil veces mayor que la de trombos por la vacuna, s¨ª es responsabilidad de las autoridades, que se han resistido con todas sus fauces a imponer las restricciones, confinamientos y cierres de actividad que les aconsejaban los epidemi¨®logos. Ahora que han muerto dos millones y medio de personas en el mundo, vamos a remangarnos a ver si evitamos 40 episodios tromb¨®ticos. Eso no vale. Es ¨¦tica y aritm¨¦ticamente desatinado.
Si est¨¢n tan preocupados por un 0,001% de trombosis entre los vacunados de AstraZeneca, ?por qu¨¦ no lo est¨¢n tanto por el 1% de letalidad que causa el SARS-CoV-2?
Los gestores p¨²blicos que han decidido suspender, recortar o complicar la distribuci¨®n de la vacuna brit¨¢nica, y que han impuesto para recibirla unas ventanas de edad apenas justificables y llanamente incomprensibles, y que seguir¨¢n haci¨¦ndolo hasta que haya garant¨ªas de una seguridad total, ya pueden esperar sentados. Hace 12 a?os, en la crisis pand¨¦mica de la gripe porcina o gripe A (H1N1 de 2009), las agencias de salud p¨²blica de Suecia y Finlandia emitieron una alarma sobre Pandemrix, una vacuna contra ese virus. Los ni?os que hab¨ªan recibido una dosis de Pandemrix parec¨ªan tener un riesgo incrementado de narcolepsia, un desarreglo cr¨®nico de los ciclos de sue?o y vigilia.
Los incidentes de narcolepsia con aquella vacuna eran cinco o diez veces m¨¢s frecuentes (1 en 18.000) que los de trombos con la actual (1 en 100.000). Los reguladores consideraron probable que el problema estaba en el adyuvante, una sustancia que se a?ade a las vacunas para aumentar su inmunogenicidad, o capacidad para inducir una respuesta inmune. Doce a?os despu¨¦s se ha descartado que la culpa fuera del adyuvante, pero seguimos sin disponer de pruebas concluyentes de la relaci¨®n entre Pandemrix y la narcolepsia. ?Quiere usted AstraZeneca? Vuelva en 12 a?os.
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