Bonita idea, especie err¨®nea
Una treintena de l¨ªderes proponen un tratado global contra la pr¨®xima pandemia
Le he fusilado el titular al bi¨®logo evolutivo Edward O. Wilson, quien, preguntado una vez por su opini¨®n sobre el comunismo, respondi¨® con estilo caracter¨ªstico: ¡°Bonita idea. Especie err¨®nea¡±. Wilson era un estudioso de los insectos sociales, como las abejas y las hormigas, y sab¨ªa que esos enjambres formaban organizaciones ¨®ptimas con una facilidad asombrosa. Con la posible excepci¨®n de la reina, los individuos ah¨ª solo cuentan como n¨²meros y no dudan en sacrificar sus vidas por el bien de la colmena. El comunismo, pensaba Wilson con sarcasmo, ser¨ªa una excelente teor¨ªa para una colonia de insectos, pero no funcionaba en una especie como la nuestra, formada por agentes libres, cr¨ªticos y reflexivos, y tambi¨¦n por otros da?inos, perversos o antisociales, s¨ª, pero igualmente individuales e irrepetibles. Bonita idea, especie err¨®nea.
El director general de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) y una treintena de l¨ªderes mundiales han apoyado a principios de este mes la firma de un tratado internacional vinculante que prepare al mundo para la pr¨®xima pandemia. La idea es un acuerdo global coordinado por la OMS que comprometa a las naciones firmantes a compartir su conocimiento y experiencia en beneficio de la salud global. ?Qui¨¦n podr¨ªa oponerse a ese objetivo? Nunca hemos visto nada igual, salvo en las series malas de ciencia ficci¨®n. Un acuerdo global limitar¨ªa los da?os de una futura pandemia de forma dr¨¢stica, y hasta podr¨ªa yugularla de ra¨ªz. Pero nuestra capacidad para actuar de una forma ¨®ptima y altruista, racional y sensible, es una profunda inc¨®gnita. Como argumenta el editorialista de Nature, basta mirar lo que ocurre en esta pandemia para dudar de ello.
Los gobiernos de los pa¨ªses con recursos est¨¢n d¨¢ndolo todo para alcanzar la inmunidad de reba?o dentro de sus fronteras, y su preocupaci¨®n por los sanitarios de ?frica es, redondeando un poco, nula
Los gobiernos ten¨ªan a mano ¡ªy estaban informados de ello por la OMS¡ª acordar una distribuci¨®n internacional de vacunas anticovid que hubiera priorizado a la poblaci¨®n vulnerable de todo el mundo y a los sanitarios de primera l¨ªnea antes que a la gente joven y de mediana edad de su territorio. Era muy dudoso que fueran a hacer eso, y en efecto no lo han hecho. Los gobiernos de los pa¨ªses con recursos est¨¢n d¨¢ndolo todo para alcanzar la inmunidad de reba?o dentro de sus fronteras, y su preocupaci¨®n por los sanitarios de ?frica es, redondeando un poco, nula.
El resultado es que el mundo rico estar¨¢ vacunado a finales de este a?o, y los pa¨ªses en desarrollo tendr¨¢n que esperar a 2023, siendo optimistas. Pero una pandemia es un desastre global, y solo puede resolverse vacunando al mundo entero. El fil¨®sofo pol¨ªtico Daniel Innerarity me rega?ar¨¢ por arrogante ¡ªlean su profundo art¨ªculo de este lunes, una verdadera lecci¨®n de pensamiento¡ª, pero una funci¨®n de la ciencia es trasmitir datos e ideas que informen a los pol¨ªticos y a la poblaci¨®n. Los gobiernos, por supuesto, tienen que adoptar las decisiones clave, y el mejor ejemplo acabamos de discutirlo: vacunar al mundo o a tu provincia. Es evidente que un pol¨ªtico las pasar¨ªa canutas para justificar lo primero, pero eso no acaba de constituir un argumento a favor de lo segundo. Tal vez, despu¨¦s de todo, seamos una especie equivocada.
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