Los cachorros de perro nacen con la capacidad gen¨¦tica de entender a los humanos
Un estudio revela que, a los dos meses, los labradores y los golden retriever ya tienen la tendencia a mirar hacia los rostros de las personas y pueden seguir sus se?ales
La doctora Emily Bray, investigadora del Centro de Cognici¨®n Canina de Arizona, cuenta emocionada que lo m¨¢s lindo de su ¨²ltimo trabajo fue ver c¨®mo los cachorros de golden retriever y de labrador a los que estaba estudiando luchaban suavemente entre s¨ª para ver a cu¨¢l se llevaba primero a participar en las pruebas de comunicaci¨®n. ¡°Parece que en verdad disfrutaban los experimentos¡±, explica Bray. Cuando la cient¨ªfica y su equipo iban a buscar a un cachorro para transportarlo a la sala de ejercicios todos estaban sobre sus compa?eros de camada, empuj¨¢ndose unos a otros para ser escogidos.
Una vez en el laboratorio, los perros de solo dos meses mordisqueaban los tapetes dispuestos para el estudio, se orinaban en medio de los ensayos y hac¨ªan toda clase de travesuras, pero ¡°segu¨ªan siendo adorables¡±, dice Bray, autora principal de una investigaci¨®n que acaba de ser publicada en la revista cient¨ªfica Current Biology y que ayuda a explicar la estrecha relaci¨®n entre las personas y sus perros. Las conclusiones del estudio revelan que los cachorros dom¨¦sticos nacen con la capacidad innata de entender a los seres humanos. ¡°Descubrimos que estas habilidades son altamente heredables¡±, afirma Bray.
Los hallazgos del art¨ªculo proporcionan la prueba directa de que un gran porcentaje de la variaci¨®n en la cognici¨®n social del perro es gen¨¦tico y no depende de la crianza o de la educaci¨®n. El estudio, que analiz¨® los comportamientos de 375 cachorros, la muestra m¨¢s grande hasta la fecha, desvel¨® c¨®mo la mayor¨ªa de los perros encontr¨® comida escondida siguiendo la se?al humana hasta la ubicaci¨®n indicada y c¨®mo tambi¨¦n miraron a la cara a los cient¨ªficos cuando les hablaban durante m¨¢s de seis segundos. Estas dos habilidades demostraron por primera vez que los cachorros tienen la capacidad gen¨¦tica de comprender e interactuar con los seres humanos a trav¨¦s del lenguaje corporal.
Julia Espinosa, investigadora del Departamento de Psicolog¨ªa de la Universidad de Toronto y especialista en habilidades cognitivas de los perros, reconoce que la investigaci¨®n de Bray y su equipo es ¡°muy s¨®lida cient¨ªficamente¡±. Espinosa cuenta que le sorprendi¨® un nivel tan alto de respuesta de los cachorros a los est¨ªmulos humanos a una edad tan temprana. ¡°Esta es una evidencia realmente importante de que los perros son sensibles a las se?ales sociales humanas a pesar de que est¨¦n pasando por las primeras etapas de su desarrollo f¨ªsico y mental¡±.
Los animales, explican las investigadoras, responden a la mirada de las personas y utilizan con ¨¦xito la informaci¨®n proporcionada por un ser humano en un contexto social desde una edad muy temprana, incluso antes de dejar a sus compa?eros de camada para vivir uno a uno con sus criadores voluntarios.
El trabajo de Bray demostr¨® que los cachorros no se guiaban por el olfato para encontrar la comida ni estaban aprendiendo r¨¢pidamente durante el transcurso del ejercicio, sino que lo hac¨ªan con precisi¨®n siguiendo las se?ales desde el principio. ¡°Esto nos llev¨® a concluir que comenzaban la tarea con la capacidad comunicativa necesaria para tener ¨¦xito¡±. De acuerdo con Bray, estas habilidades sociales tienen un componente gen¨¦tico muy fuerte. ¡°El 43% de la variaci¨®n que vemos en la capacidad de seguimiento de puntos y en el comportamiento de la mirada se debe a factores gen¨¦ticos¡±. Estos son n¨²meros muy altos, parecidos a las estimaciones de la heredabilidad de la inteligencia en la especie humana. ¡°Todos estos hallazgos sugieren que los perros est¨¢n preparados biol¨®gicamente para comunicarse con nosotros¡±, dice la investigadora del Centro de Cognici¨®n Canina de Arizona.
¡°Todos estos hallazgos sugieren que los perros est¨¢n preparados biol¨®gicamente para comunicarse con los humanos¡±
Espinosa, que no particip¨® en el trabajo, afirma que el estudio proporciona un conjunto de datos ¡°incre¨ªblemente rico de informaci¨®n gen¨¦tica y de comportamiento¡± que ayuda a replantear muchos aspectos del estudio del aprendizaje de los perros. Sin embargo, para la investigadora a¨²n hay muchas preguntas alrededor de las habilidades cognitivas de estos animales. En el futuro ser¨ªa interesante ver si estos cachorros necesitan mantener la exposici¨®n a los gestos comunicativos durante su desarrollo juvenil-adolescente para no perder estas habilidades con las que al parecer nacieron.
Su hip¨®tesis es que al igual que los ni?os peque?os que dejan de ser sensibles a los sonidos de las vocales en otros idiomas en un momento determinado, los perros pueden dejar de ser sensibles a las se?ales comunicativas humanas si no viven en estrecho contacto con las personas durante las etapas clave del desarrollo.
Espinosa afirma que, a pesar de la solidez del estudio, las pruebas no demuestran que los perros hayan desarrollado habilidades para comunicarse con los humanos, sino que tienen un componente gen¨¦tico que los predispone a relacionarse socialmente con las personas. ¡°No creo que los cachorros tengan habilidades de comunicaci¨®n innatas. Para m¨ª, es importante diferenciar entre la sensibilidad a las se?ales humanas y la comunicaci¨®n, que implica que el perro no solo percibe las se?ales, sino que tambi¨¦n las produce¡±.
Bray y Espinosa coinciden en que a lo largo de la evoluci¨®n, los perros dom¨¦sticos han adquirido una preparaci¨®n biol¨®gica para reconocer y responder a las se?ales humanas desde una edad temprana, y tambi¨¦n en que es innegable el v¨ªnculo especial que se forma entre ellos y los humanos. Esta relaci¨®n involucra apego y comportamientos comunicativos y es muy parecida a la que vemos entre padres e hijos humanos. Espinosa, sin embargo, insiste en la importancia de los factores externos para potenciar o reducir estas habilidades gen¨¦ticas. ¡°Creo que es necesario recordar que incluso los rasgos heredables como los investigados en el art¨ªculo de Bray a menudo dependen de factores ambientales para que se desarrollen plenamente¡±.
Bray explica que las habilidades que los perros tienen gen¨¦ticamente y que potencian durante la crianza, los posicionan de manera ¨²nica para ocupar el rol que tienen junto a los humanos. ¡°Muchas de las tareas que realizan para nosotros, ahora y en el pasado, como pastorear, cazar, detectar peligros o actuar como perros de servicio o de compa?¨ªa, se ven facilitadas por su capacidad para usar nuestras se?ales de manera efectiva¡±, concluye.
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