Solo un 4% de los estudios sobre la covid considera las diferencias entre hombres y mujeres
La variable del sexo apenas se incluye en las investigaciones sobre el virus, a pesar de que la enfermedad suele ser m¨¢s grave y mort¨ªfera en los varones
Casi desde los inicios de la pandemia de covid-19 se sabe que esta enfermedad afecta m¨¢s a hombres que a mujeres. Si bien la edad, el estilo de vida y el pasado m¨¦dico de la persona influyen en c¨®mo impacta la enfermedad en un paciente, hay un factor que es clave: el sexo biol¨®gico. Ellos, por ejemplo, desarrollan neumon¨ªas en un 64% de los casos, frente al 44% de ellas. Las mujeres, por su parte, suelen tener v¨®mitos, mareos y p¨¦rdidas del olfato y el gusto m¨¢s frecuentemente. A pesar de esto, una inmensa mayor¨ªa de las investigaciones cient¨ªficas que se realizan en torno a la covid-19 no tienen en cuenta el sexo como una de las variables principales. Solo un 4% hac¨ªan menci¨®n expl¨ªcita a la inclusi¨®n del sexo y/o el g¨¦nero como variables a utilizar, seg¨²n un estudio publicado este martes en Nature Communications.
Este ¨²ltimo trabajo parte de una muestra de 4.420 investigaciones publicadas en la plataforma ClinicalTrial.gov, dependiente de la Biblioteca Nacional de Medicina de EE UU. Del total, 935 informes (21,2%) hac¨ªan menci¨®n al g¨¦nero o al sexo solo como criterio de selecci¨®n; un 5,4% de las investigaciones (237) inclu¨ªan muestras emparejadas por sexo o hac¨ªan hincapi¨¦ en la informaci¨®n sobre sexo y g¨¦nero a posteriori (el 4% inicial m¨¢s otro 1,4% que luego explot¨® los resultados por sexo) y 124 se centraban en un solo sexo (100 en mujeres y 24 en hombres), si bien la mayor¨ªa de los que profundizaban en los efectos de la covid en la mujer lo hac¨ªan para ver c¨®mo afectaba al embarazo. Una ¨²nica investigaci¨®n se dedic¨® a analizar el impacto de esta enfermedad en las personas transg¨¦nero.
Ni siquiera el paso del tiempo y las certezas sobre las diferencias en el efecto del sexo sobre la enfermedad consiguieron enderezar el rumbo de estos estudios. En los primeros seis meses de 2020 se presentaron 2.475 trabajos, de los cuales solo el 4,1% inclu¨ªa el sexo como variable. Durante los siguientes seis meses de ese a?o, 76 de los 1.945 informes presentados ten¨ªan en cuenta este factor, un 3,9% del total. ¡°Nuestra investigaci¨®n demuestra muy claramente que, incluso con el consenso general del impacto del sexo y g¨¦nero en una enfermedad, las din¨¢micas de investigaci¨®n no cambian autom¨¢ticamente¡±, dice Sabine Oertelt-Prigione, una de las autoras del estudio. ¡°Necesitamos que las agencias regulatorias den un paso al frente y pidan m¨¢s transparencia, y necesitamos que los medios cient¨ªficos apliquen reglas m¨¢s estrictas a la hora de informar¡±, considera la investigadora.
La mayor¨ªa de estudios que profundizaban en los efectos de la covid en la mujer lo hac¨ªan para ver c¨®mo afectaba al embarazo
Los autores piden tomar sus resultados con ciertas cautelas, principalmente por tres razones. La primera es que el tama?o de los ensayos condiciona la inclusi¨®n del sexo como una variable, ya que segregar los datos puede hacer que las estad¨ªsticas pierdan fuerza. ¡°Sin embargo¡±, dice el informe, ¡°la falta de consideraci¨®n de estas variables puede socavar la reproducibilidad y generalizaci¨®n de los resultados¡±. En segundo lugar, la trayectoria de los investigadores. Aquellos que se dedican a estudios observacionales (los estad¨ªsticos, en el que el experto no interviene) s¨ª acostumbran a incluir variables sociales como la pobreza, mientras que los investigadores experimentales no suelen priorizar estos factores. Por ¨²ltimo, el factor nacional tambi¨¦n desempe?a un papel importante. La base de datos de la que se nutren tiene unos requerimientos espec¨ªficos a la hora de registrar los estudios que pueden no ser m¨¢s (o menos) restrictivos que en otros pa¨ªses. ¡°Centr¨¢ndonos en ClinicialTrials.gov, podemos habernos perdido una larga proporci¨®n de estudios realizados fuera de EE UU, lo que limita el valor global de nuestras conclusiones¡±, reconocen los investigadores.
Excluir el sexo de los ensayos cl¨ªnicos y no diferenciar los resultados puede derivar en que un f¨¢rmaco tenga menos eficacia o m¨¢s efectos adversos en un sexo que en otro, o que una enfermedad se infradiagnostique en uno de ellos. Es el caso de los problemas de coraz¨®n en las mujeres o la osteoporosis en hombres. ¡°Muchos colegas investigadores simplemente no creen que tenga la suficiente importancia como para dedicarle tiempo¡±, dice Oertelt-Prigione sobre por qu¨¦ los estudios actuales no incluyen esta perspectiva de g¨¦nero. Carme Valls Llobet, del Centro de An¨¢lisis y Programas Sanitarios y autora del libro Mujeres invisibles para la medicina (Capit¨¢n Swing, 2020), cuenta su experiencia en este asunto: ¡°Los epidemi¨®logos me dicen que es un trabajo m¨¢s separar por sexo y que para lo que va a servir... Bueno, no sab¨¦is para qu¨¦ va a servir. Diferenciad por sexo y yo ya estudiar¨¦ para qu¨¦ sirve. Pero, si no lo diferenci¨¢is, no lo puedo estudiar¡±.
¡°Necesitamos que las agencias regulatorias den un paso al frente y pidan m¨¢s transparencia, y necesitamos que los medios cient¨ªficos apliquen reglas m¨¢s estrictas a la hora de informarSabine Oertelt-Prigione, autora del estudio
Para la autora del estudio, la falta de datos segregados puede haber enturbiado la conversaci¨®n sobre las vacunas. ¡°Posiblemente podr¨ªamos haber tenido discusiones m¨¢s informadas sobre c¨®mo asignar las vacunas, basadas en el riesgo de determinados efectos secundarios y podr¨ªamos haber sabido mejor qu¨¦ esperar. Esto nos habr¨ªa permitido informar mejor a los usuarios y generar mayor confianza¡±, considera esta experta. Mar¨ªa Teresa Ruiz-Cantero, catedr¨¢tica de Medicina Preventiva y Salud P¨²blica de la Universidad de Alicante, coincide y cree que contar con datos desagregados por sexo podr¨ªa haber ayudado a se?alar grupos de riesgo para seg¨²n qu¨¦ vacunas, como es el caso de las mujeres f¨¦rtiles con la vacuna de AstraZeneca. ¡°S¨¦ que han estado haciendo estudios desde Europa, que han evidenciado que hay una serie de efectos secundarios en mujeres j¨®venes. Tambi¨¦n en algunos hombres, pero sobre todo son mujeres¡±, dice la catedr¨¢tica. Seg¨²n esta misma investigadora, AstraZeneca utiliz¨® una muestra mayor de mujeres que de hombres en los ensayos (la mayor¨ªa de voluntarios fueron personal m¨¦dico, donde suele haber m¨¢s mujeres), pero no segreg¨® los resultados por sexo.
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