Jeff Bezos no se ha ganado la categor¨ªa de astronauta
La Administraci¨®n Federal de Aviaci¨®n de EE UU endurece los requisitos para ganar las alas que distinguen a los exploradores espaciales y deja fuera a los turistas millonarios
El 20 de julio coincidieron fuera del planeta 14 personas a la vez. Pero solo 10 eran astronautas. Siete en la Estaci¨®n Espacial Internacional (tres de la NASA, dos de la agencia rusa Roscosmos, uno de la Agencia Espacial Europea y otro de la japonesa JAXA) y tres en la estaci¨®n espacial china Tiangong. Fugazmente, durante 200 segundos, los cuatro tripulantes de la nave New Shepard disfrutaron de la escasa gravedad fuera del planeta. Pero eso no convirti¨® en astronautas al multimillonario Jeff Bezos, a su hermano Mark, a la aviadora Wally Funk y al joven Oliver Daemen. Oficialmente no se les reconoce ese estatus. Entonces, ?qu¨¦ son?
La forma simb¨®lica de acceder al club espacial es distinguiendo con una insignia alada a estos nuevos astronautas. Y eso es lo que hizo Jeff Bezos nada m¨¢s bajar de su c¨¢psula. En una ceremonia ante la prensa, el astronauta de la NASA Jeff Ashby condecor¨® con ese distintivo al magnate y a sus acompa?antes (en la imagen). Pero ten¨ªa truco: la insignia era una inventada por la compa?¨ªa Blue Origin y Ashby ahora es empleado de Bezos. El mismo d¨ªa que cruzaron el cielo, la Administraci¨®n Federal de Aviaci¨®n de EE UU (FAA) hab¨ªa endurecido los requisitos para ganarse las alas de astronauta por la v¨ªa civil. Las otras dos formas de ganar esa insignia alada son la NASA y el Ej¨¦rcito, que condecoran a su personal al regresar del espacio.
¡°Deber¨ªa haber un t¨¦rmino que denominase a la gente que solo hace esos vuelos de subida y bajada: es como si al que sube a Navacerrada lo llamamos alpinista¡±Pedro Duque, astronauta de la ESA
Para merecerse las alas de la FAA no basta con superar los 80 kil¨®metros de altura (Bezos lleg¨® a los 106), es necesario haber realizado ¡°actividades durante el vuelo que fueron esenciales para la seguridad p¨²blica o contribuyeron a la seguridad de los vuelos espaciales tripulados¡±. Pero Bezos no hizo nada de nada en el vuelo. La FAA s¨ª ha premiado con esas alas a cuatro pilotos de la compa?¨ªa espacial de Richard Branson, Virgin Galactic, y tambi¨¦n a su instructora de astronautas, Beth Moses, por su labor mejorando la seguridad de esos vuelos en 2018 y 2019. Incluso el propio Branson podr¨ªa colarse por esa definici¨®n, ya que vol¨® el 11 de julio en su nave en calidad de evaluador de la experiencia del cliente, acompa?ado por Moses.
Pero Bezos y los viajeros de su nave ocuparon sus asientos y miraron por la ventanilla, nada m¨¢s. Porque el aparato se maneja enteramente por ordenador. ¡°Este es un veh¨ªculo aut¨®nomo. Realmente no hay nada que pueda hacer un miembro de la tripulaci¨®n¡±, se?al¨® ese d¨ªa Bob Smith, director ejecutivo de Blue Origin. Bezos no cumple ni con la definici¨®n de astronauta de la Real Academia: ¡°Persona que tripula una astronave o que est¨¢ entrenada para este trabajo¡±. Solo hay una forma de conseguir esas alas: que la FAA se las entregue de forma honor¨ªfica en premio a sus acciones por alg¨²n motivo. Eso podr¨ªa permitir que, por ejemplo, la pionera Wally Funk recibiera las suyas: ella super¨® el programa Mercury 13 en 1961 para ser de las primeras astronautas y lleva seis d¨¦cadas aspirando a ese puesto. De momento, solo Virgin Galactic reconoce que ha solicitado esas alas de la FAA para sus tripulantes.
El astronauta espa?ol Pedro Duque, reci¨¦n regresado a la vida civil tras su salida del Ministerio de Ciencia, cree que se trata de un tema controvertido porque la palabra ¡°astronauta¡± siempre ha estado muy reservada. De hecho, los astronautas pioneros, que adem¨¢s eran pilotos militares, lucharon con la NASA por conservar un mayor control de la nave frente a la automatizaci¨®n y as¨ª mantener lejos del espacio a la gente normal, como explica el historiador espacial de la Universidad de Harvard Matthew Hersch en Space.com: ¡°Tener personas corrientes volando al espacio era completamente impensable, y los astronautas estaban horrorizados ante la idea de que los futuros veh¨ªculos espaciales podr¨ªan estar tan completamente automatizados que el piloto no tendr¨ªa nada que hacer¡±.
¡°No creo que tenga ninguna m¨ªstica la palabra; siempre que no sea una profesi¨®n regulada, se podr¨ªa usar libremente¡±, asegura el exministro de Ciencia. ¡°Pero s¨ª deber¨ªa haber un t¨¦rmino que denominase a la gente que solo hace esos vuelos de subida y bajada¡±, a?ade, ¡°porque ese viaje no los convierte en nada particular: es como si al que sube hasta la pista de Navacerrada lo llamamos alpinista¡±. Duque, en excedencia de la Agencia Espacial Europea (ESA), todav¨ªa sigue pasando los ex¨¢menes m¨¦dicos anuales y es apto para regresar a una misi¨®n espacial en cuanto fuera necesario. ¡°Yo tengo la insignia de la NASA: te dan un pin de color met¨¢lico cuando entras en el cuerpo de astronautas y cuando haces tu primer vuelo orbital te dan uno chapado en oro. Pero la ESA no tiene nada formalizado¡±, explica el astronauta espa?ol.
Legalmente, Bezos y los dem¨¢s no son ni tripulaci¨®n ni pasajeros, sino participantes en un experimento peligroso
El gremio de Duque constituy¨® la Asociaci¨®n de Exploradores del Espacio en la que durante muchos a?os ha habido un debate importante sobre qu¨¦ hacer con los nuevos turistas espaciales suborbitales, que ni trabajan, ni cumplen misiones y ni siquiera llegan a dar una vuelta a la Tierra, como en los vuelos de Branson y Bezos: cruzan un par de minutos la atm¨®sfera y eso es todo. ¡°Nosotros en la asociaci¨®n admitimos nada m¨¢s a las personas que han realizado una ¨®rbita alrededor de la Tierra¡±, se?ala Duque. Y a?ade: ¡°As¨ª que hemos creado dos insignias como de astronauta, con dos versiones: la de quienes han llegado hasta el espacio y la de quienes han dado una ¨®rbita, a la que se a?ade un c¨ªrculo¡± (en la imagen).
Legalmente, Bezos y los dem¨¢s no son ni tripulaci¨®n ni pasajeros, sino que son participantes de un vuelo espacial, es decir, personas que se prestan a formar parte en un experimento peligroso. Por eso, deben firmar un consentimiento informado. Adem¨¢s, se da otro debate no tan simb¨®lico: qu¨¦ es viajar al espacio. El cohete de la compa?¨ªa de Bezos es m¨¢s potente y logra superar la l¨ªnea de K¨¢rm¨¢n, situada a los 100 kil¨®metros de altura, lo que casi todos los organismos consideran la frontera espacial. Pero la nave de Branson no es tan poderosa y solo vuela por encima de los 80 kil¨®metros, la frontera espacial seg¨²n EE UU. No obstante, el exministro de Ciencia considera que todo esto se desarrollar¨¢ como la aviaci¨®n: ¡°Empieza con trayectos muy cortos y mucho dinero, y luego se normalizar¨¢ igual que en los aviones, y pronto nos olvidaremos de esta pol¨¦mica¡±. La ESA reclutar¨¢ este a?o, por primera vez en la historia, un astronauta con discapacidad: los tiempos ya est¨¢n cambiando.
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