?De verdad puede caer la Estaci¨®n Espacial Internacional?
Las sanciones aplicadas desde la invasi¨®n de Crimea han supuesto serias dificultades para la industria aeroespacial rusa
El incendiario tuit de Dimitri Rogozin, director de la Agencia Espacial rusa Roscosmos, sobre la posibilidad de que la Estaci¨®n Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en ingl¨¦s) ¡°caiga sobre Europa¡± por las sanciones occidentales a su pa¨ªs, viene a tensar m¨¢s las relaciones con la Rusia de Putin. Es comprensible que Rogozin se haya sentido forzado ¨Ccomo tantos otros en el Gobierno- a alinearse con su belicoso presidente. Cuesti¨®n de supervivencia pol¨ªtica.
Aunque la cooperaci¨®n entre la agencia rusa y sus equivalentes occidentales no se ha interrumpido, las sanciones aplicadas desde la invasi¨®n de Crimea han supuesto serias dificultades para la industria aeroespacial rusa. Ahora, su reacci¨®n sube de tono, aludiendo al abandono de la Estaci¨®n Espacial Internacional por parte de Rusia y su posible ca¨ªda sobre territorios habitados.
La ISS no cae a plomo; simplemente va perdiendo altura poco a poco, de resultas del rozamiento de las escasas mol¨¦culas de gas presentes a¨²n a 400 kil¨®metros de altura. Por eso, es necesario proporcionarle de vez en cuando un empuje adicional para devolverla a su nivel ¨®ptimo.
Estas operaciones no siguen un programa con fecha fija. Depende de cu¨¢nta altura pierda la estaci¨®n y cu¨¢ndo. La alta atm¨®sfera se expende m¨¢s o menos, en respuesta a la actividad solar y, en consecuencia, tambi¨¦n var¨ªa su efecto de frenado. Por lo general, el ¡®¡®empuj¨®n¡± a la ISS se lleva a cabo una vez al mes, m¨¢s o menos.
La ISS dispone de motores para variar su altura de vuelo, o simplemente para apartarse cuando se aprecia peligro de colisi¨®n con otro sat¨¦lite. Est¨¢n situados en el n¨²cleo central de la estaci¨®n, precisamente en los m¨®dulos Zarya y Zvezda, que fueron la primera aportaci¨®n rusa al proyecto. Hay impulsores emplazados en otros lugares, pero solo para la orientaci¨®n, no para provocar cambios orbitales importantes.
En general, todos los trabajos de propulsi¨®n en la ISS son responsabilidad rusa, incluido el suministro de combustible. Se consumen unas siete toneladas al a?o, una cantidad que aportan peri¨®dicamente los cargueros Progress. Mientras est¨¢n amarradas, se suelen utilizar sus propios motores de maniobra para remontar la estaci¨®n sin necesidad de recurrir a los de la ISS. Cada encendido puede durar alrededor de 10 minutos y el resultado es una ganancia de altura entre 10 y 20 kil¨®metros, aunque a veces m¨¢s.
Como alternativa, en alguna ocasi¨®n se ha realizado la misma operaci¨®n aprovechando la llegada de alg¨²n carguero europeo tipo ATV, de m¨¢s capacidad que los Progress y tambi¨¦n dotados con sus propios motores de maniobra. Bautizados con nombres de personajes como Jules Verne, Kepler, Amaldi, Einstein y Lema?tre solo volaron esos cinco; el ¨²ltimo, en el verano de 2014. Desde entonces, efectivamente, las maniobras de reimpulso solo las realizan las c¨¢psulas rusas. Las Dragon de Space X no est¨¢n dise?adas para esa tarea.
La NASA pretende mantener la estaci¨®n en servicio hasta el 2030, cuando cumplir¨¢ 32 a?os de servicio. ?Despu¨¦s? La verdad es que no est¨¢ claro qu¨¦ hacer con un mamotreto de 500 toneladas y casi 100 metros de lado a lado. Probablemente, se forzar¨¢ su reentrada en la atm¨®sfera, dirigi¨¦ndola hacia el ¡°vertedero¡± en el Pac¨ªfico Sur, entre Nueva Zelanda y Chile. Aunque el proceso de ca¨ªda presenta muchas inc¨®gnitas y no es raro que algunos restos caigan en tierra. En el caso de la ISS, algunas piezas (dep¨®sitos, volantes de inercia, la gran c¨¢mara para estudio de rayos c¨®smicos...) seguramente llegar¨ªan a impactar en el suelo.
En lo que s¨ª tiene raz¨®n Rogozin es en que la ca¨ªda de la ISS podr¨ªa constituir un peligro para otros, pero no para Rusia. En su ¨®rbita, inclinada 51?, sobrevuela toda la zona comprendida entre esos dos paralelos, el norte y el sur; es decir, Europa central, todo el continente americano - desde la frontera de Canad¨¢ hasta Tierra del Fuego -, toda ?frica, Ocean¨ªa, Arabia, China, India y el sudeste asi¨¢tico. Rusia, cuyo territorio se encuentra en su mayor parte por encima de los 50? norte, no se ver¨ªa en riesgo; Ucrania, s¨ª.
Rafael Clemente es ingeniero industrial y fue el fundador y primer director del Museu de la Ci¨¨ncia de Barcelona (actual CosmoCaixa). Es autor de ¡®Un peque?o paso para [un] hombre¡¯ (Libros C¨²pula).
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