Un peque?o crust¨¢ceo poliniza las algas rojas como una abeja de los mares
El hallazgo de unas criaturas que transportan entre sus patas los gametos abre la posibilidad de que la primera polinizaci¨®n mediante animales comenzara bajo el mar
Sobre la tierra, la polinizaci¨®n de las plantas es cosa del viento y, en especial, de los animales polinizadores, como las abejas o los colibr¨ªes. Bajo el mar, se cre¨ªa que el agua era el ¨²nico vector fertilizador de los vegetales. Sin embargo, un grupo de investigadores acaba de descubrir que un peque?o crust¨¢ceo lleva entre sus patas los gametos masculinos de una alga roja hasta los gametos femeninos de otra. Se trata del primer caso de fertilizaci¨®n mediada por un animal en el mundo de las algas. El hallazgo plantea un interrogante a los cient¨ªficos: si las algas rojas aparecieron millones de a?os antes que las plantas colonizaran la superficie, ?cu¨¢ndo empezaron a usar a los animales para asegurar su reproducci¨®n?
La idotea balthica es un peque?o crust¨¢ceo que puede recordar a las cucarachas. Aunque se las ha visto en otras algas, su h¨¢bitat preferido es la Gracilaria gracilis, una de las 6.000 especies de algas rojas que hay documentadas, que prolifera en las aguas tranquilas de marea baja en el Atl¨¢ntico. Se trata de seres vivos que le complican la vida a los cient¨ªficos. Viven gracias a que realizan la fotos¨ªntesis, pero no son plantas en sentido estricto. Su historia evolutiva se remonta casi mil millones de a?os atr¨¢s, cuando se separaron del tronco com¨²n del que surgir¨ªan las plantas que despu¨¦s se extender¨ªan por la superficie terrestre. La gracilaria y la familia a la que pertenece tienen un complejo sistema reproductor caracterizado por un factor limitante: sus gametos (c¨¦lula reproductora) masculinos no tienen flagelo, es decir, les falta la cola que, por ejemplo, los espermatozoides de los mam¨ªferos usan para moverse en busca del gameto femenino.
Maire-Laure Guillemin es profesora de la Universidad Austral de Chile y sabe mucho de la compleja reproducci¨®n de la gracilaria. ¡°La hembra no libera sus gametos en el agua, lo retiene y el gameto macho va hacia las hembras, la fecunda y lo que hace la hembra es entregarle nutrientes y energ¨ªa a esta nueva generaci¨®n. Este huevo fecundado sobre s¨ª misma, lo clona miles de veces y despu¨¦s los libera¡±, explica. En los otros dos grandes grupos de algas, las verdes y las marrones, sus gametos masculinos se pueden mover a la busca de los femeninos. ¡°Las hembras de estas algas, adem¨¢s, producen unos qu¨ªmicos que los atraen, tienen toda una serie de trucos para atraerlos. Pero en las rojas, los gametos masculinos son incapaces de moverse por s¨ª mismos¡±, a?ade Guillemin. As¨ª que la gracilaria depende del movimiento del agua para transportar sus gametos.
Lo que Guillemin y sus colegas de las universidades de Par¨ªs y la Cat¨®lica de Santiago han comprobado ahora es que estas algas rojas no dependen exclusivamente de las corrientes para su fertilizaci¨®n. Como sucede con las plantas con flores, tienen sus propias abejas que las ayudan. El descubrimiento, reci¨¦n publicado en Science, lo observaron en el laboratorio. En una serie de experimentos, comprobaron que en las piscinas donde conviv¨ªan gracilarias con idoteas la ratio de reproducci¨®n de las primeras era 20 veces mayor que en ausencia de las segundas. Al observar a los crust¨¢ceos con un microscopio electr¨®nico, vieron como llevaban pegados a sus patas gametos masculinos hasta las algas femeninas.
Colaboraci¨®n entre especies
Se trata de un caso de mutualismo de libro. En esta relaci¨®n especial de simbiosis los dos ganan y lo hacen por un bien mayor: la gracilaria ofrece refugio y alimento a las idoteas, que se comen las algas unicelulares microsc¨®picas que proliferan en su superficie. Por su parte, los crust¨¢ceos limpian a sus hospedadores y ayudan en su fertilizaci¨®n. El resultado es una mayor probabilidad de supervivencia para ambas especies.
El hallazgo supone el primer caso de fertilizaci¨®n mediada por un animal en el mundo de las algas. Pero, ?es algo excepcional? ¡°No lo sabemos¡±, dice la investigadora francochilena. ¡°En realidad nunca hemos buscado. Nadie ha buscado¡±, a?ade. Al comentarlo con otros cient¨ªficos, les parec¨ªa obvio que tambi¨¦n hubiera polinizaci¨®n bajo el mar, pero no se sab¨ªa. Guillemin recuerda que no es igual de f¨¢cil investigar qu¨¦ pasa en el medio marino que en el terrestre. Adem¨¢s, los gametos masculinos de las algas rojas son invisibles.
¡°Y el segundo problema es que en realidad nadie hab¨ªa hecho el experimento hasta la fecha. Por el momento, tenemos una especie, pero yo dudo que sea solamente una¡±, a?ade. Lo duda porque combinar el movimiento del agua con el transporte animal es una estrategia reproductiva ¨®ptima. Adem¨¢s, como sucede con la gracilaria, los gametos de otras especies de algas rojas generan una especie de adhesivo. Se cre¨ªa que era para pegarse a los femeninos, pero bien podr¨ªa ser para hacerlo a las patas de estos crust¨¢ceos u otros animales.
¡°Se cre¨ªa que la fertilizaci¨®n con la ayuda de animales surgi¨® entre las plantas que se trasladaron a tierra hace 450 millones de a?os. Pero las algas rojas surgieron hace m¨¢s de 800 millones de a?os¡±.Myriam Valero, responsable de investigaci¨®n en el CNRS franc¨¦s y directora del Laboratorio Internacional Franco-Chileno
Myriam Valero es responsable de investigaci¨®n en el CNRS franc¨¦s y directora del Laboratorio Internacional Franco-Chileno integrado por las universidades mencionadas arriba. Como autora s¨¦nior del art¨ªculo publicado en Science, destaca la relevancia de este hallazgo: ¡°Hasta hace poco, se cre¨ªa que la fertilizaci¨®n con la ayuda de animales surgi¨® entre las plantas que se trasladaron a tierra hace 450 millones de a?os¡±, cuenta en un correo. Pero, a?ade, ¡°las algas rojas surgieron hace m¨¢s de 800 millones de a?os y su fertilizaci¨®n a trav¨¦s de intermediarios animales puede ser anterior al origen de la polinizaci¨®n en la tierra¡±. Cabe otra posibilidad que apunta esta experta en biolog¨ªa y ecolog¨ªa de las algas: ¡°No podemos descartar que diferentes mecanismos de fertilizaci¨®n mediados por animales evolucionaran de forma independiente y repetida en ambientes terrestres y marinos¡±.
Esa evoluci¨®n paralela de una buena idea (usar dos o m¨¢s vectores para lograr la fertilizaci¨®n) tiene su mejor ejemplo en un descubrimiento realizado en aguas mexicanas hace una d¨¦cada. Entonces, investigadoras del Instituto de Ciencias del Mar y Limnolog¨ªa de la Universidad Nacional Aut¨®noma de M¨¦xico (UNAM) hicieron un gran hallazgo que casi pas¨® desapercibido. En una laguna de Puerto Morelos, en el Caribe mexicano, observaron c¨®mo ejemplares de varias especies de crust¨¢ceos forrajeaban en las flores de la Thalassia testudinum. Esta macroalga, conocida como hierba de tortuga, es una aut¨¦ntica planta que se diferencia de las terrestres en que vive en el mar. La observaci¨®n, replicada en el laboratorio a?os despu¨¦s, supuso el primer caso de polinizaci¨®n marina hallado hasta entonces.
Brigitta van Tussenbroek, directora del equipo que hizo el descubrimiento, valora ahora lo descubierto en las gracilarias. ¡°Este es un hallazgo muy emocionante, ya que es la segunda vez que se encuentra fertilizaci¨®n mediada por animales en el ambiente marino. La primera vez fue para las praderas marinas de T. testudinum, un grupo completamente diferente de macr¨®fitas. Hasta estos estudios se pensaba que el transporte de gametos o polen estaba exclusivamente mediado por el agua¡±.
Tussenbroek coincide con las descubridoras de la fertilizaci¨®n en las algas rojas en que, como sucede en tierra donde ¡°muchas plantas terrestres disponen de m¨¢s de un mecanismo de polinizaci¨®n, lo m¨¢s probable es que la fertilizaci¨®n mediada por animales coincida con el transporte de polen o gametos masculinos por las corrientes de agua¡±.
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