¡°So?amos con ir a la Luna, pero no llegaremos a Marte¡±
Pablo ?lvarez y Sara Garc¨ªa, los dos primeros astronautas espa?oles en 30 a?os, relatan el duro proceso para ser elegidos
Sara Garc¨ªa y Pablo ?lvarez tienen 33 a?os y nacieron en la misma ciudad ¡ªLe¨®n¡ª con 17 d¨ªas de diferencia. Fueron a colegios que estaban a una calle de distancia y estudiaron en la misma Universidad de Le¨®n. Debieron coincidir en los mismos bares y locales de pizza barata; pero lo cierto es que no se conocieron hasta hace unos meses, cuando averiguaron por casualidad que ambos estaban en las ¨²ltimas fases de selecci¨®n para convertirse en astronautas de la Agencia Espacial Europea (ESA).
Durante a?o y medio de selecci¨®n no han tenido nombre, solo un n¨²mero de identificaci¨®n, para evitar sesgos o tratos de favor durante ex¨¢menes, pruebas m¨¦dicas, psicol¨®gicas, f¨ªsicas y entrevistas implacables en las que astronautas profesionales deciden si compartir¨ªan con ellos el angosto habit¨¢culo de una nave espacial durante seis meses. Se presentaron a las pruebas 22.500 personas de toda Europa, un r¨¦cord hist¨®rico. Ayer, Pablo y Sara supieron que est¨¢n entre los 17 elegidos: Pablo de titular y Sara de reserva.
Los dos primeros astronautas espa?oles en 30 a?os proceden de familias humildes enraizadas en pueblos de unos pocos habitantes de las comarcas de Oma?a, Bo?ar y el Bierzo. Pablo es hijo de un trabajador de servicios funerarios y una cocinera. Sara, de un ebanista y una administrativa. Ambos son la primera generaci¨®n de su familia que fue a la universidad y ahora puede que se vayan al espacio.
Pablo se especializ¨® en ingenier¨ªa por su amor a los aviones y ¡°cualquier otra cosa que vuele¡±. Nunca hubiera podido ser astronauta si la ESA no hubiese decidido modificar los r¨ªgidos requisitos f¨ªsicos vigentes desde antes de los m¨ªticos viajes a la Luna del programa Apolo de la NASA en los a?os 60. Todos los exploradores espaciales deb¨ªan tener perfectas todas sus articulaciones, pero Pablo tiene una peque?a discapacidad en un tobillo en el que no tiene movilidad completa. Eso no le ha impedido correr medias maratones, jugar al f¨²tbol y representar a Espa?a y ganar varias medallas jugando al pimp¨®n como atleta paral¨ªmpico.
El invierno pasado, la ESA abri¨® el espacio a personas con discapacidad ¡ªparastronautas¡ª. Pablo se present¨® y aguant¨® el largo proceso de selecci¨®n. Su enorme sorpresa lleg¨® el mi¨¦rcoles, cuando le dijeron que lo fichaban como astronauta titular. El puesto de discapacitado lo hab¨ªa ganado el cirujano ingl¨¦s John McFall, que perdi¨® una pierna en un accidente de moto a los 19 a?os, volvi¨® a aprender a andar y correr y compiti¨® como velocista paral¨ªmpico.
A Sara la atrajo la ciencia desde siempre, sobre todo en algo que ¡°repercutiera en la sociedad¡±. Desde 2019, dirige un proyecto de descubrimiento de nuevos f¨¢rmacos contra el c¨¢ncer en el prestigioso Centro Nacional de Investigaciones Oncol¨®gicas (CNIO). Cuando en febrero de 2021 la ESA anunci¨® que buscaba nuevos astronautas, sobre todo mujeres, y mir¨® los requisitos ¡ªhaber cursado una carrera de ciencias, tener idiomas¡¡ª se dio cuenta de que esa profesi¨®n era ¡°lo que hab¨ªa estado buscando toda la vida¡±.
No espero encontrarme a Dios en el espacio, pero creo que tiene que ser un sentimiento tremendamente abrumadorSara Garc¨ªa
El primero de abril Pablo comenzar¨¢ su entrenamiento b¨¢sico de astronauta, de un a?o. Luego pasar¨¢ otro a?o de entrenamiento espec¨ªfico para servir en la Estaci¨®n Espacial Internacional, la base que orbita la Tierra a unos 400 kil¨®metros. Despu¨¦s, esperar¨¢ a que le asignen una misi¨®n y cuando lo hagan entrenar¨¢ otros dos a?os hasta aprender cada procedimiento y cada movimiento ¡°como si lo tuviera escrito en el ADN¡±. La estaci¨®n espacial es un primer destino ineludible para todo astronauta europeo. Despu¨¦s, si hay suerte, espacio en las naves y dinero para las misiones, es posible que pueda viajar a la Luna.
Como reservista, Sara seguir¨¢ trabajando en el CNIO. Pasar¨¢ ex¨¢menes m¨¦dicos anuales y estar¨¢ preparada en caso de que surja una misi¨®n promovida desde la ESA o desde Espa?a. Entonces, entrar¨ªa en un entrenamiento similar al de los titulares, aunque algo m¨¢s corto. ¡°Para los reservas no hay un orden establecido¡±, explica. ¡°Depende de las oportunidades que surjan y generalmente las promueve el propio pa¨ªs. Si ma?ana Espa?a quiere que yo vuele, y puede apoyarlo econ¨®micamente, podr¨ªa pasar directamente a ser de carrera¡±, detalla la bi¨®loga molecular.
Desde que el mi¨¦rcoles fueron presentados en p¨²blico, su vida ha sido un torbellino. La ministra de Ciencia, Diana Morant, los meti¨® en su vuelo y los trajo a Madrid, donde no han parado de hacer entrevistas y tomarse fotos con cualquiera que se lo pide, incluidos muchos empleados del ministerio de Ciencia que este jueves los reconoc¨ªan por los pasillos. Son amables, pacientes y nunca pierden la calma, requisitos indispensables para lo que se les viene encima.
Pregunta. ?Cu¨¢ndo fue la primera vez que pensaron en ser astronautas?
Pablo ?lvarez. La primera vez que so?¨¦ con ello tendr¨ªa tres a?itos. La primera vez que pens¨¦, cuidado; esto va en serio, fue hace cuatro meses, durante las pruebas m¨¦dicas en Toulouse (Francia). Me empezaron a medir para ver si entraba en una nave Soyuz. El l¨ªmite de altura era de 1,90 metros. Te miden sentado la anchura de las piernas. Si tuviera un cent¨ªmetro m¨¢s de lado a lado de las pantorrillas no entrar¨ªa y me hubieran descartado. Yo mido 1,87. Si finalmente voy al espacio, ser¨¦ de los astronautas m¨¢s grandes que han volado nunca.
P. ?Qu¨¦ ha sido lo m¨¢s duro de los 18 meses de pruebas?
Sara Garc¨ªa. Aguantar todo el proceso, los tiempos de espera, el preguntarte si te llamar¨¢n a la siguiente fase o no¡ Te intentas preparar para algo a lo que no te puedes preparar. Pero nosotros tendemos a analizarlo todo, a imaginarnos todos los escenarios posibles y prepararnos para ello.
P. ?. Tambi¨¦n ha habido preguntas muy pu?eteras en las entrevistas. Tenemos un acuerdo de confidencialidad y no puedo decirlas, pero algunas eran terribles de verdad. Escarban en tu mente incluso emocionalmente, supongo que para ver si tienes la madera que est¨¢n buscando. ?C¨®mo lo afrontas? Supongo que intentando parecer calmado y contestando de la forma m¨¢s l¨®gica y diplom¨¢tica posible a todo, sin perder los nervios y la compostura, a pesar de que te ponen al l¨ªmite.
P. Sara, ahora mismo hay solo una mujer astronauta en activo en Europa. ?Qu¨¦ supone que entre los 17 seleccionados haya casi un 50% de mujeres?
S. G. Las cifras hablan por s¨ª solas. Solo el 25% de las candidaturas eran de mujeres. Es importante recordar que hemos sido n¨²meros. Incluso estando en Par¨ªs ya elegidos, nosotros y la propia gente de la ESA no sab¨ªa nuestros nombres, solo sab¨ªan nuestros n¨²meros de identificaci¨®n. Al final se demuestra que las mujeres somos igual de capaces que los hombres. Todos podemos desarrollar este tipo de trabajo y las cifras lo demuestran.
P. ?Qu¨¦ misi¨®n ser¨ªa su sue?o?
P. ?. Ir a la Luna. Es algo a lo que podemos aspirar con la tecnolog¨ªa que tenemos a d¨ªa de hoy. Pero para eso primero hay que ir unas cuantas veces a la estaci¨®n espacial, formarte y ser muy experto en lo que est¨¢s haciendo. Al final no hay tantas misiones a la Luna, son caras y tenemos que asegurarnos de que cada euro que se invierte en ellas vuelve a la sociedad en forma de desarrollos tecnol¨®gicos. No estamos aqu¨ª para quemar dinero. De verdad que es una inversi¨®n que tiene su impacto en la Tierra. Hay que prepararlo todo, aprender todo lo que necesitamos y desarrollar la tecnolog¨ªa para que una siguiente generaci¨®n de astronautas pueda llegar a Marte.
P. ?Piensan que no va a ser vuestra generaci¨®n la que llegue a Marte?
S. G. No. Primero tienen que llegar los robots. Hay que trabajar en eso, hay que desarrollarlo y luego ir¨¢n los humanos.
P. ?Tienen miedo de ir al espacio?
P. ?. No s¨¦ si es el mejor ejemplo, pero me acuerdo de una entrevista a un torero que escuch¨¦ cuando era peque?o que dec¨ªa: ¡°A lo ¨²nico que tengo miedo es a un toro¡±. Por supuesto que me da miedo el cohete porque es muy peligroso, pero hay que encontrar la forma de usar ese miedo para estar todo lo preparado posible. El miedo te genera la adrenalina necesaria para tener esa energ¨ªa extra que necesitas de estar preparado para cualquier eventualidad que pueda surgir.
P. A muchos astronautas que han viajado al espacio les impresiona ver la Tierra lejana y peque?¨ªsima y los hace comprender lo insignificantes que somos dentro del universo. Otros han encontrado a Dios. ?Qu¨¦ esperan ustedes?
P. ?. No s¨¦ lo que me encontrar¨¦. Y esta es un poco la labor de un astronauta, explorar lo desconocido. Simplemente, hay que llegar a esa frontera y ver qu¨¦ es lo que hay al otro lado. Dios no creo que aparezca, pero si lo hace ser¨¢s el primero en saberlo [risas].
S.G. Yo tampoco espero encontrarme a Dios en el espacio, pero creo que tiene que ser un sentimiento tremendamente abrumador. Verte en la nada, en el espacio, explorando y entrando en lo completamente desconocido, dejando atr¨¢s tu mundo, tu civilizaci¨®n y viendo lo peque?os que somos en relaci¨®n con el resto del universo. Supongo que tienes que experimentar una cantidad de sensaciones en ese momento que te hacen pensar sobre muchas cosas.
P. Sara es submarinista, paracaidista, especialista en Krav Maga, la defensa personal del Ej¨¦rcito israel¨ª¡
S. G. Me encanta probar cosas nuevas. El Krav Maga lo descubr¨ª en Le¨®n precisamente cuando le¨ª la tesis. Me parece un arte marcial fascinante porque me gusta probar de todo y aqu¨ª tienes boxeo, artes marciales mixtas, defensa contra arma blanca, contra arma de fuego. Me gusta desafiarme: si algo me da miedo, me enfrento a ello.
P. El sueldo de astronauta titular est¨¢ entre 5.400 y 8.600 euros libres de impuestos nacionales. ?Qu¨¦ determina que ganen una cifra u otra?
P. ?. No lo sabemos. Te ponen el contrato delante dos horas antes de presentarte. Imag¨ªnate, un contrato de una licitaci¨®n europea. No voy a decir que me lo he le¨ªdo entero, [risas]. Ya veremos. En todo caso, es un trabajo que har¨ªa gratis.
P. ?Qu¨¦ les dir¨ªan a los ni?os y j¨®venes que los vean estos d¨ªas y quieran seguir sus pasos?
S. G. Quiz¨¢ que no se preparen para ser astronautas, porque no existen estudios espec¨ªficos. Nosotros estamos en el punto de salida, ahora nos lo tienen que ense?ar todo desde cero. Hay mil caminos que pueden hacer que consigas ser astronauta. Aqu¨ª tienes dos ejemplos que son radicalmente distintos. Tienes que estar en una carrera de ciencias, pero sobre todo perseguir lo que te motive y hacerlo con ganas y con ilusi¨®n, y explorar todo aquello que te haga feliz y que te aporte algo y que te guste.
Puedes seguir a MATERIA en Facebook, Twitter e Instagram, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.