Un exoesqueleto industrial, nueva esperanza contra las secuelas del ictus
Una asociaci¨®n de pacientes de Navarra descubre que un aparato dise?ado para levantar pesos en f¨¢bricas ayuda a los afectados a mover sus extremidades y puede estimular el cerebro da?ado
Al hablar, Estibaliz Zabalza (Pamplona, 1975) clava fijamente sus ojos azules. Es un ejemplo de lucha y superaci¨®n. En 2019, su vida dio un vuelco al sufrir un ictus. No era el primero, pero fue el m¨¢s cruel. ¡°Aquella noche perd¨ª la normalidad que vive todo el mundo. Necesito los bastones para caminar, el lenguaje se me ha ralentizado mucho¡±, explica. Desde entonces, trabaja para recuperar la movilidad y la sensibilidad en el lado izquierdo de su cuerpo, una de las secuelas m¨¢s frecuentes del da?o cerebral adquirido. Ahora tiene un motivo m¨¢s de esperanza: un exoesqueleto de uso industrial que apenas pesa 1,9 kilos y que, a trav¨¦s de un sistema de poleas, le permite ampliar el rango de movimientos de sus brazos. Se dise?¨® inicialmente para ayudar a los operarios de las f¨¢bricas en tareas como levantar pesos, pero la Asociaci¨®n de Da?o Cerebral Adquirido de Navarra (Adacen) ha descubierto que puede ser ¨²til en la rehabilitaci¨®n de estos pacientes.
Adacen estudia ahora el uso rehabilitador del exoesqueleto con un objetivo ambicioso en mente: que las personas que sufran da?o cerebral adquirido puedan tener alg¨²n d¨ªa un exoesqueleto en su propia casa. La investigaci¨®n forma parte del proyecto Autonom¨ªa al Cuadrado, financiado por el programa Innova Social, de Fundaci¨®n La Caixa y Caja Navarra. Tienen un plazo de dos a?os y una financiaci¨®n de 130.000 euros. El estudio comenz¨® con 32 usuarios y en enero se limit¨® a 10 personas con las que se trabajan objetivos individualizados, apunta Amaia Aguas, rehabilitadora de la entidad.
El exoesqueleto, en s¨ª mismo, no es una novedad en el ¨¢mbito sanitario. En su versi¨®n motorizada lleva ya a?os utiliz¨¢ndose para paliar, por ejemplo, amputaciones. No obstante, su coste es muy elevado, puede alcanzar los 100.000 euros. El aparato que se prueba en Adacen es m¨¢s sencillo, no tiene motor y su precio es m¨¢s bajo, entre 4.000 y 5.000 euros. Un coste asumible que lo ha puesto en el punto de mira de la industria, detalla C¨¦sar Gonzalvo, director comercial de Iru?a Tecnolog¨ªas de Automatizaci¨®n, empresa que ha prestado a Adacen los dos exoesqueletos que est¨¢ probando. Todav¨ªa sorprendido por los resultados iniciales, explica que en un principio se utiliz¨® para que los fisioterapeutas pudieran mover con mayor facilidad a los pacientes. Fue entonces cuando la asociaci¨®n constat¨® que pod¨ªa tener una utilidad mayor. ¡°La primera vez que lo probaron con una usuaria por poco nos caemos de espaldas, porque la persona se emocion¨®, lloraba porque por fin sent¨ªa el brazo¡±, recuerda.
Este exoesqueleto recoloca el cuerpo y facilita que el usuario mueva su extremidad, lo que genera un est¨ªmulo en el cerebro, el ¨®rgano da?ado. ¡°Cuando hay un ictus o un da?o cerebral adquirido, una de las secuelas m¨¢s habituales es la que afecta a la parte motora, y eso va asociado casi siempre a una falta o alteraci¨®n de la sensibilidad. Cuando yo quiero mover una de mis extremidades, necesito sentirla. A veces, al colocar el aparato, el cerebro percibe mejor el brazo y si yo lo siento y s¨¦ d¨®nde lo tengo colocado, voy a poder hacer mejor el movimiento¡±, explica Gonzalvo. Es una herramienta que resulta sencilla y r¨¢pida de colocar y que se ajusta a distintos perfiles de usuarios. No obstante, subraya, al tener una finalidad industrial, ha sido necesario realizar peque?as adaptaciones, como la colocaci¨®n de escalas caseras para graduar la asistencia que se da a cada una de las extremidades.
Queda mucho por hacer, advierte Aguas. Han iniciado ya la fase intensiva del estudio con 10 personas, agrupadas por objetivos rehabilitadores. ¡°Seis de ellas tienen capacidad de agarrar y soltar objetos con la mano; las otras cuatro no la tienen y la finalidad es trabajar objetivos de control a nivel de hombro¡±, apunta la rehabilitadora. Algunas, como Estibaliz Zabalza, sufren hemiparesia, es decir, debilidad o par¨¢lisis en un lado del cuerpo. ¡°Con ella buscamos lograr rangos de movimiento mayores y que la fatiga aparezca un poco m¨¢s tarde¡±, detalla Aguas mientras la usuaria realiza uno de los ejercicios, en los que combinan las gafas de realidad virtual con el uso del exoesqueleto. ¡°Si lo hubi¨¦semos hecho sin ¨¦l, no habr¨ªa podido estar tanto tiempo con los brazos elevados y habr¨ªa sido un gesto dirigido desde la mu?eca, no desde el hombro, que es lo que queremos¡±, explica Aguas.
Tambi¨¦n es ¨²til para perfiles como el de Milagros Azcona (Uterga, 60 a?os). En 2009 sufri¨® dos ictus que la dejaron en una situaci¨®n complicada. ¡°No mov¨ªa nada, ni los dedos, me qued¨¦ muy mal¡±, explica. Hoy en d¨ªa, Azcona se desplaza en una silla de ruedas y ya est¨¢ en una fase cr¨®nica. Es decir, ya no se espera una recuperaci¨®n notable, pero s¨ª se trabaja para mantener la movilidad que tiene. Al estar todo el d¨ªa en la silla, expone Azcona, el exoesqueleto le ha servido ¡°para poner la espalda recta y mover los brazos¡±. Tal y como detalla Aguas, ¡°no tiene una afectaci¨®n en las extremidades superiores, pero al pasar tanto tiempo en una postura flexionada, elevar los brazos se dificulta¡±. La mejor¨ªa es visible. ¡°Estoy contenta porque me duele menos la espalda y me noto m¨¢s ligera¡±, sonr¨ªe Azcona.
Dos perfiles distintos, con mejor¨ªa en ambos casos. Sin embargo, la rehabilitadora insiste en que todav¨ªa es un estudio en fase inicial. ¡°Ahora hemos empezado la fase intensiva de seis meses con los 10 usuarios. Luego, la idea es poder llevarlo al domicilio. Quiz¨¢ como una herramienta de rehabilitaci¨®n sumada a la que hacen en el centro. Ojal¨¢ en el futuro puedan disponer de ella en sus casas¡±, expresa Aguas.
La rehabilitadora reconoce que es fundamental gestionar las expectativas de los usuarios. El director de Adacen, Andr¨¦s Ilundain, a?ade que ¡°los resultados hasta ahora son muy positivos, pero tiene que pasar m¨¢s tiempo para ver su aplicabilidad¡±. Este proyecto, detalla Ilund¨¢in, nace de la unidad de innovaci¨®n de la entidad, la denominada NeuroLab, ¡°un espacio de cocreaci¨®n entre empresas, personas usuarias, universidades y profesionales¡±. ¡°Los usuarios nos cuentan sus necesidades e intentamos buscar soluciones¡±, apunta. Son fundamentales las nuevas tecnolog¨ªas, como las gafas de realidad virtual o la electroestimulaci¨®n, que ayuda tambi¨¦n a la rehabilitaci¨®n cognitiva. Por ejemplo, en usuarios con espasticidad, una secuela com¨²n del da?o cerebral adquirido que hace que ¡°la mano se quede r¨ªgida, sin movimiento, lo que produce muchos dolores¡±. El objetivo es, insiste, ¡°intentar darles m¨¢s autonom¨ªa, que se sirvan m¨¢s por s¨ª solas¡±. Para ello, anima a las empresas a colaborar con ellos en una relaci¨®n ¡°win-win¡±.
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