Los rayos m¨¢s incendiarios aumentar¨¢n por el cambio clim¨¢tico, pero no en toda la Tierra
La disminuci¨®n de este fen¨®meno en zonas como el norte de Rusia y la pen¨ªnsula escandinava puede suponer un alivio al crecimiento de las emisiones de carbono
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Los rayos son la ¨²nica causa natural de incendios en la mayor¨ªa de las zonas del planeta. Pero hay rayos y rayos. Y no todos tienen la misma capacidad de provocar fuegos. Un estudio ha analizado c¨®mo aumentar¨¢n los rayos m¨¢s da?inos debido al cambio clim¨¢tico. Los resultados, publicados por la revista Nature Communications, dicen que mientras en algunas regiones, como Europa y Norteam¨¦rica, aumentar¨¢ su frecuencia, en otras, como el norte de Rusia y la pen¨ªnsula escandinava, no ser¨¢ as¨ª. Que su porcentaje disminuya en esas zonas, donde se encuentra el permafrost, puede suponer un enorme alivio con respecto al crecimiento de las emisiones de carbono.
¡°El objetivo prioritario era evaluar c¨®mo va a cambiar la probabilidad de aparici¨®n de incendios producidos por rayos bajo el cambio clim¨¢tico a finales de este siglo¡± explica Javier P¨¦rez Invern¨®n, investigador principal del estudio. Para ello, su grupo ha utilizado un modelo clim¨¢tico en el que han introducido las emisiones antropog¨¦nicas que, se supone, se van a producir hasta final de este siglo que es el periodo que quer¨ªa analizar el estudio. Pero, claro, no sabemos con certeza cu¨¢ntas ser¨¢n esas emisiones, as¨ª que lo que hacen los estudios en estos casos es utilizar un escenario probable. ¡°Nosotros hemos usado un escenario que supone que el pico de emisiones se alcanzar¨¢ en 2080. Es un escenario medio-alto, hay algunos m¨¢s optimistas que asumen que el pico de emisiones se producir¨¢ antes y otros m¨¢s pesimistas¡±, asegura P¨¦rez Invern¨®n.
Hasta ahora, la mayor¨ªa de los estudios de este tipo han concluido que el cambio clim¨¢tico har¨¢ que aumente este fen¨®meno. ¡°Como la mayor¨ªa de las investigaciones, nosotros tambi¨¦n hemos visto en nuestro estudio que se producir¨¢ un incremento de rayos de alrededor del 40% en latitudes como la nuestra, en Norteam¨¦rica y Europa¡±, explica el investigador. Pero lo m¨¢s sorprendente que han descubierto, contin¨²a, es que en las regiones m¨¢s cercanas al Polo, el norte de Rusia y la pen¨ªnsula escandinava, aunque la aparici¨®n de rayos tambi¨¦n aumentar¨¢, ¡°los que provocan m¨¢s incendios solo crecer¨¢n un 20%¡±. ¡°Es decir, su porcentaje ser¨¢ menor. Eso significar¨¢, seg¨²n nuestra investigaci¨®n, que la probabilidad de incendios no ser¨¢ tan grande como el incremento total de rayos parece determinar. Pero adem¨¢s, en esa zona subir¨¢ el riesgo de precipitaciones durante las tormentas, lo que disminuye a¨²n m¨¢s el riesgo de fuegos¡±, refiere Javier P¨¦rez Invern¨®n.
Froila Palmeiro, investigadora del Departamento de F¨ªsica de la Tierra y Astrof¨ªsica de la Universidad Complutense de Madrid que no ha participado en el estudio, explica que lo relevante es analizar el permafrost y los riesgos de emisiones ligados a ¨¦l. El permafrost es una enorme reserva de hielo, pero tambi¨¦n una grand¨ªsima reserva de carbono bajo ¨¦l. ¡°Si aumentan los incendios forestales en esa zona, aumenta el peligro de que ese carbono se libere a la atm¨®sfera. Y lo que hace esta investigaci¨®n es contradecir estudios previos que alertaban sobre un posible aumento de incendios en esa ¨¢rea geogr¨¢fica en el futuro¡±, dice.
Lo que se esconde detr¨¢s de esa diferencia de resultados es la metodolog¨ªa cient¨ªfica utilizada por unos y otros grupos de investigaci¨®n. El problema es que los modelos del clima no son capaces de predecir fen¨®menos como los rayos, explica Palmeiro. ¡°Con esto, como con todo lo que tiene que ver con el cambio clim¨¢tico y los modelos de predicci¨®n, hay que tener mucho cuidado porque algunos pueden pensar que se pone en duda el cambio clim¨¢tico o sus efectos, y no es as¨ª¡±, a?ade.
Rayos de corriente continua
La mayor¨ªa de los rayos que llegan al suelo desde las nubes duran muy poco tiempo, pero algunos tienen una duraci¨®n mucho mayor, son los llamados rayos de corriente continua. Y estos son, precisamente, los responsables de la mayor¨ªa de los incendios provocados por rayos. ¡°La duraci¨®n de los rayos normales es de unos 10 o incluso menos de cinco milisegundos¡±, explica P¨¦rez Invern¨®n, ¡°pero los de corriente continua pueden durar mucho m¨¢s, los m¨¢s extremos llegan hasta el segundo¡±, a?ade. Es evidente para cualquiera que una descarga el¨¦ctrica no calienta la vegetaci¨®n a la que toca de la misma forma si dura cinco milisegundos que si dura un segundo, es decir, un tiempo doscientas veces mayor. Y tambi¨¦n es f¨¢cil de entender que cuanto m¨¢s calor proporcione un rayo, m¨¢s posibilidades hay de que provoque un fuego.
El grupo de P¨¦rez Invern¨®n analiz¨® primero si, realmente, como se pensaba, los rayos de corriente continua son los que provocan la mayor¨ªa de los incendios causados por rayos: ¡°Hay incendios provocados por rayos de todo tipo, pero los de corriente continua son los que m¨¢s probabilidades tienen de causar fuegos¡±, dice. Para estar seguros hicieron un estudio de los incendios forestales causados por rayos en Estados Unidos, donde precisamente fueron los de corriente continua los que ocasionaron los dram¨¢ticos incendios de California en el a?o 2020.
Tambi¨¦n en Espa?a los rayos son los responsables de una parte de los incendios forestales, como recuerda Mercedes Guijarro, presidenta de la Sociedad Espa?ola de Ciencias Forestales: ¡°Los rayos son la ¨²nica causa natural de incendios forestales en Espa?a, aunque, seg¨²n los ¨²ltimos datos del Ministerio para la Transici¨®n Ecol¨®gica y el Reto Demogr¨¢fico, en el decenio de 2006 a 2015, causaron solamente el 4,92% de todos los siniestros en nuestro pa¨ªs, lo que represent¨® el 5,99% de la superficie arbolada afectada¡±. Pero las perspectivas de futuro, en la regi¨®n mediterr¨¢nea, no son nada alentadoras: ¡°El cambio clim¨¢tico¡±, explica Mercedes Guijarro, ¡°incrementar¨¢ la frecuencia de situaciones de mayor peligro de incendios. Se espera un incremento del riesgo, la intensidad y la severidad de los fuegos¡±. Y eso mismo confirma para el Mediterr¨¢neo, al contrario de lo que vaticina para las regiones del permafrost, la investigaci¨®n dirigida por P¨¦rez Invern¨®n sobre los rayos de corriente continua.
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