Joan Subirats: ¡°Una persona que hace un art¨ªculo cada tres d¨ªas es algo complicado de entender¡±

El ministro de Universidades, Joan Subirats, ha hablado este mi¨¦rcoles en Alicante de la trama desvelada el martes en EL PA?S, en la que Arabia Saud¨ª paga a cient¨ªficos, entre ellos m¨¢s de una decena de espa?oles, para hacer trampas en el ranking de las mejores universidades del mundo. Subirats ha asegurado que su ministerio est¨¢ ¡°en contacto con el Ministerio de Ciencia e Innovaci¨®n, porque compete a ambos ministerios, para saber cu¨¢l es la dimensi¨®n del problema¡±.

Preguntado tras una reuni¨®n en la Universidad de Alicante, el ministro ha asegurado que es ¡°evidente¡± que hay una mala utilizaci¨®n ¡°de los criterios num¨¦ricos a la hora de valorar la calidad de la docencia¡±. Y ha a?adido: ¡°Una persona que hace un art¨ªculo cada tres d¨ªas es algo complicado de entender y, por lo tanto, se ha provocado un efecto perverso en el uso de los indicadores cuantitativos a la hora de valorar la calidad investigadora de las universidades o de cada uno de los docentes¡±.

La informaci¨®n publicada por este peri¨®dico ha revelado que cient¨ªficos sospechosamente hiperprol¨ªficos empleados en Espa?a declaran que su lugar de trabajo principal es una universidad saud¨ª. El qu¨ªmico Dami¨¤ Barcel¨®, director del Instituto Catal¨¢n de Investigaci¨®n del Agua y profesor de investigaci¨®n del CSIC, ha llegado a publicar casi un estudio cada tres d¨ªas y consta falsamente como cient¨ªfico de la Universidad Rey Sa¨²d en primer lugar. El qu¨ªmico Rafael Luque, que publica un estudio cada 37 horas, ha sido expulsado de facto de la Universidad de C¨®rdoba, con una sanci¨®n de 13 a?os sin empleo y sueldo, por cambiar su afiliaci¨®n primaria a la Universidad Rey Sa¨²d a espaldas de su aut¨¦ntica empleadora.

Subirats considera que este es un debate ¡°que lleva tiempo en marcha¡± y, por tanto, su ministerio debe ¡°buscar criterios distintos para que esto pueda tener una dimensi¨®n que evite estas disfunciones en el sistema¡±.

La investigaci¨®n de EL PA?S desvelaba el martes que una decena de investigadores en Espa?a declaran falsamente que sus centros principales de trabajo son instituciones saud¨ªes, para auparlas artificialmente en las clasificaciones acad¨¦micas. Reputados investigadores de todo el mundo figuran como afiliados a universidades saud¨ªes en primer lugar, aunque el dato sea falso, lo que dispara artificialmente a esas instituciones en las clasificaciones acad¨¦micas internacionales. China, con 12 casos, y Espa?a, con 11, son los pa¨ªses con m¨¢s investigadores que actualmente muestran un salto ficticio a un centro saud¨ª.

El ranking de Shangh¨¢i es el m¨¢s poderoso del mundo. Las universidades luchan cada a?o para escalar posiciones, ganando un prestigio que se puede traducir en influencia pol¨ªtica o en m¨¢s dinero por las matr¨ªculas de los alumnos. Entre los factores decisivos para ascender pelda?os figuran el n¨²mero de ganadores del Nobel y la cantidad de profesores incluidos en los Highly Cited Researchers, una lista elaborada por la empresa inglesa Clarivate con los 7.000 cient¨ªficos de todo el mundo cuyos estudios son m¨¢s citados por otros colegas. Las universidades saud¨ªes ofrecen dinero f¨¢cil a estos investigadores muy citados para que cambien su principal lugar de trabajo en la base de datos, un truco que solo se detecta en la web de Clarivate. En el mundo real, los cient¨ªficos espa?oles siguen trabajando en Espa?a y firmando sus investigaciones con sus instituciones espa?olas.

Tras la publicaci¨®n en EL PA?S de esta investigaci¨®n, una de las cient¨ªficas m¨¢s citadas del mundo, la japonesa Ai Koyanagi, ha sido obligada a renunciar a su pol¨¦mico contrato con una universidad saud¨ª. La psiquiatra, empleada en Espa?a en el Instituto de Investigaci¨®n Sant Joan de D¨¦u, declaraba que su lugar de trabajo principal es la Universidad Rey Abdulaziz, para aupar a la instituci¨®n ¨¢rabe en estos rankings internacionales. La instituci¨®n que le paga el sueldo, ICREA, ha obligado a Koyanagi a renunciar a su contrato con la universidad de Arabia Saud¨ª. La investigadora firma un estudio cada tres d¨ªas.

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