Los pueblos de M¨¦xico central resistieron un fuerte cambio clim¨¢tico hace mil a?os
El ADN antiguo de poblaciones prehisp¨¢nicas de Mesoam¨¦rica revela una continuidad gen¨¦tica que indica su adaptaci¨®n tras varios siglos de megasequ¨ªas, en lugar de su migraci¨®n generalizada al sur para sobrevivir
Antes de la colonizaci¨®n, el M¨¦xico de hoy estaba dividido en Aridoam¨¦rica y Mesoam¨¦rica. En cada regi¨®n viv¨ªan pueblos diferentes que se dedicaban a distintas actividades. En la primera, en el ¨¢rido norte, los pueblos prehisp¨¢nicos eran cazadores y recolectores. En la segunda, centro y sur del pa¨ªs, se establecieron las civilizaciones m¨¢s grandes, que sobreviv¨ªan gracias a la agricultura. La frontera que les divid¨ªa ha sido materia de estudio durante d¨¦cadas. Hasta ahora predominaba la idea, basada en evidencias arqueol¨®gicas, de que esa l¨ªnea divisoria se hab¨ªa movido hacia el sur porque grupos que viv¨ªan en Mesoam¨¦rica tuvieron que migrar forzosamente culpa de un dr¨¢stico cambio clim¨¢tico ocurrido hace aproximadamente un milenio.
Sin embargo, un nuevo estudio de ADN antiguo de esas poblaciones ha llevado al hallazgo de los mismos rastros gen¨¦ticos, antes y despu¨¦s de varios siglos de megasequ¨ªas, le ha abierto la puerta a una opci¨®n: que algunos pueblos mesoamericanos no se hubieran desplazado, sino que se hubieran adaptado a nuevas formas de vida ante la falta de agua. Esta resistencia y capacidad de adaptaci¨®n llama la atenci¨®n frente a la grave crisis pol¨ªtica que provocaron m¨¢s adelante en la civilizaci¨®n maya grandes sequ¨ªas, que tambi¨¦n hab¨ªan llevado antes al colapso de imperios como el hitita en la Antig¨¹edad.
La diversidad gen¨¦tica de los pueblos prehisp¨¢nicos muestra una amplia continuidad durante al menos los ¨²ltimos 2.300 a?os y a¨²n sobrevive en las poblaciones de M¨¦xico hoy. Los grupos ind¨ªgenas actuales del pa¨ªs mantienen similitudes en su ADN con el que ten¨ªan los habitantes antiguos. Esta correspondencia gen¨¦tica ha sido una de las conclusiones del estudio Historia demogr¨¢fica y estructura gen¨¦tica en el M¨¦xico central prehisp¨¢nico, publicado hoy por la revista Science, y que ayuda a entender un poco m¨¢s sobre los movimientos demogr¨¢ficos que vivieron las sociedades antiguas. Un grupo de cient¨ªficos he llevado a cabo el mayor estudio gen¨¦tico que se haya hecho en los pueblos antiguos de M¨¦xico, lo que ha arrojado un poco de luz no solo sobre el presente, sino tambi¨¦n el pasado mexicano.
La hip¨®tesis de que algunos pueblos de Mesoam¨¦rica se hab¨ªan desplazado a causa del cambio clim¨¢tico fue formulada desde los estudios antropol¨®gicos. Pero la revisi¨®n gen¨¦tica de 27 muestras provenientes de diferentes individuos prehisp¨¢nicos, tomadas en ocho sitios arqueol¨®gicos, sugiere algo distinto. El an¨¢lisis puntual de algunos restos de la Sierra Gorda, ubicada en el centro de M¨¦xico y en la frontera norte de Mesoam¨¦rica, insin¨²a que la poblaci¨®n que habitaba ese lugar no migr¨® cuando se dieron las sequ¨ªas entre 900 y 1.300 despu¨¦s de Cristo. ¡°Los individuos de Sierra Gorda antes y despu¨¦s de la sequ¨ªa compart¨ªan una mayor deriva gen¨¦tica entre ellos que con cualquier otro individuo prehisp¨¢nico¡±, dicen los investigadores en su art¨ªculo.
Una de las coautoras del estudio, Mar¨ªa ?vila-Arcos, de la Universidad Nacional Aut¨®noma de M¨¦xico (UNAM), explica que pese a que las sequ¨ªas podr¨ªan haber afectado a otras poblaciones, no fue el caso de la civilizaci¨®n que habitaba en la Sierra Gorda, que se mantuvo en el lugar donde resid¨ªa. ¡°En el sitio que nosotros estudiamos, no ocurri¨® el reemplazo de la poblaci¨®n. La continuidad qued¨® plasmada¡±, dice en entrevista telef¨®nica. La publicaci¨®n se?ala que una posible explicaci¨®n para esa continuidad ¡°es que las condiciones clim¨¢ticas favorables en el norte de Sierra Gorda hayan mantenido una mayor humedad que otros sitios ¨¢ridos de la frontera norte de Mesoam¨¦rica¡±.
Otro factor que creen los cient¨ªficos que podr¨ªa haber ayudado a sobrevivir a los habitantes de la Sierra Gorda, puntualmente los que viv¨ªan en los actuales sitios arqueol¨®gicos de Ranas y Toluquilla, es que muchos se dedicaban al comercio de cinabrio o cinabarita, un mineral que ten¨ªa un valor sagrado para las culturas prehisp¨¢nicas. ¡°Planteamos la hip¨®tesis de que el comercio de cinabrio y el paisaje de la Sierra Gorda permitieron subsistir a los pueblos de Toluquilla y Ranas a pesar de las condiciones de escasez de precipitaciones¡±, se?ala el documento. Los investigadores admiten, sin embargo, que hay factores que aluden a que podr¨ªan haber sufrido una reducci¨®n poblacional fuerte a causa del cambio clim¨¢tico.
El an¨¢lisis realizado por los cient¨ªficos de la UNAM, junto a investigadores de instituciones acad¨¦micas de Suecia, Dinamarca, Estados Unidos, Espa?a, Alemania y Australia, explica c¨®mo los movimientos migratorios de las civilizaciones antiguas mexicanas han sido mucho m¨¢s complejos de lo esperado. Uno de los puntos que se?alan, por ejemplo, es c¨®mo el ADN entre los pueblos mesoamericanos estaban vinculados entre ellos; o el flujo gen¨¦tico entre poblaciones de Mesoam¨¦rica y Aridoam¨¦rica. Otra de las correlaciones que trazan es la l¨ªnea de continuidad entre los peric¨²es, que habitaban en la pen¨ªnsula de Baja California y desaparecieron en el siglo XVIII, y el pueblo Pima (tambi¨¦n conocido como Akimel O¡¯odham), que vive actualmente entre Arizona, Sonora y Chihuahua.
Un hallazgo colateral que han tenido los investigadores, que han usado bases de datos de genomas que ya exist¨ªan, ha sido el de dos pueblos fantasmas. Dos sociedades que no hab¨ªan sido mapeadas hasta el momento. Una de esas aportaciones gen¨¦ticas, que los cient¨ªficos han nombrado UpopA y que estiman fue una comunidad que se separ¨® de los nativos americanos hace unos 24.700 a?os, ha sido hallada tambi¨¦n en el genoma de poblaciones actuales del norte de M¨¦xico, as¨ª como en el pueblo mixe, del sur del pa¨ªs. Los otros genes fantasmas (UpopA2) fueron identificados en la comunidad rar¨¢muri de la Sierra Tarahumara. Estos linajes desatan cuestionamientos sobre c¨®mo se dieron esos intercambios. ¡°Hay m¨¢s preguntas que respuestas, lo que s¨ª nos deja ver es que ese proceso de poblamiento de Am¨¦rica fue bastante complejo¡±, concluye ?vila-Arcos.
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