Un sencillo juego mejora el ¨¢nimo de tu perro
Un estudio demuestra que los perros son m¨¢s optimistas cuando participan en entretenimientos que requieren el uso del olfato
Los animales tenemos una serie de necesidades fisiol¨®gicas como beber, comer, dormir o defecar. Sabemos que si queremos que nuestra mascota no se nos muera, todas estas necesidades deben estar cubiertas. En cambio, a veces no somos tan conscientes de que los animales tambi¨¦n tenemos necesidades comportamentales, que son importantes para la salud mental.
Es frecuente ver gorilas en cautividad vomitando la comida para, seguidamente, volverla a ingerir. En libertad, dedican la mayor parte del d¨ªa a alimentarse, porque su dieta consiste fundamentalmente en hojas, que tienen un bajo valor nutritivo. En algunos zoos, donde ingieren alimentos m¨¢s energ¨¦ticos, en poco tiempo pueden tener sus necesidades nutritivas cubiertas, pero no sus comportamentales. La naturaleza de los gorilas es comer durante muchas horas y, cuando no pueden hacerlo, desarrollan este comportamiento aberrante.
Otro ejemplo son los grandes felinos que dan vueltas en sus jaulas, porque en libertad andar¨ªan kil¨®metros. Tambi¨¦n hay muchos humanos que, para satisfacer su necesidad de socializar durante una cuarentena, realizan llamadas de Zoom con sus amigos. Cualquiera que haya vivido un encierro, sabe lo peligroso que es para la salud mental no poder llevar a cabo nuestro comportamiento natural.
En los ¨²ltimos a?os, ha aumentado la preocupaci¨®n por el bienestar de los animales en cautividad. Se busca enriquecer su ambiente todo lo posible, fomentando que se comporten de una manera similar a como lo har¨ªan en libertad. As¨ª, en muchos zoos o santuarios a los primates se les esconde la comida por la instalaci¨®n, para que dediquen m¨¢s tiempo a buscarla. Tambi¨¦n ponemos en las jaulas de los roedores una rueda que les permite hacer ejercicio.
Sin comportamientos naturales
Curiosamente, hay una especie que se tiene menos en cuenta cuando se analiza el bienestar de los animales cautivos: los perros dom¨¦sticos. Cuando viven bajo la tutela de un humano no podemos considerarlos animales en libertad, ya que no eligen d¨®nde vivir, cu¨¢ndo salir al exterior o con qui¨¦n interactuar. Con frecuencia, est¨¢n confinados en un espacio limitado que no les permite realizar comportamientos naturales esenciales para su bienestar.
Seg¨²n los estudios, los perros que viven en libertad se alimentan principalmente de restos de comida humana o carro?a. Por tanto, dedican entre el 10 y el 22% de su tiempo activo a buscar comida utilizando el olfato. Sin embargo, los perros de compa?¨ªa suelen tener menos oportunidades de explorar su entorno, lo que puede comprometer su bienestar.
Dos investigadoras, Charlotte Duranton y Alexandra Horowitz, han demostrado que es posible mejorar el estado an¨ªmico de los perros haci¨¦ndoles participar en un sencillo juego olfativo. Todo lo que se requiere es un poco de entrenamiento previo, dedicar cinco minutos al d¨ªa, unas cajas sin tapa y la golosina favorita del perro.
Realizaron su estudio con veinte perros de distintas razas que dividieron en dos grupos iguales. En el primer grupo, los perros y sus due?os recibieron un adiestramiento para que pudieran realizar el juego olfativo en sus casas. Durante la primera clase, la investigadora mostr¨® al perro una caja que conten¨ªa en su interior una golosina y la coloc¨® a un metro del perro. Entonces el due?o, mediante una indicaci¨®n como ¡°ve a buscarlo¡±, ten¨ªa que animar a su mascota a coger la golosina. Este es el nivel 1 en el entrenamiento.
Despu¨¦s de tres repeticiones, la investigadora pas¨® al nivel dos. El procedimiento es el mismo, solo que se a?aden dos cajas vac¨ªas y la posici¨®n de la caja con la golosina se cambia en cada ejercicio. Cada vez que los perros encontraban la golosina, recib¨ªan elogios y m¨¢s golosinas. Los due?os tuvieron que practicar este ejercicio en casa con sus perros durante una semana.
Al finalizar este primer entrenamiento, se realiz¨® una segunda clase. El investigador comenz¨® desde el nivel dos, dejando que el perro encontrara la golosina entre las tres cajas. Tras dos repeticiones, pas¨® al nivel tres, que consist¨ªa en colocar las cajas en lugares m¨¢s complejos, como encima de las sillas o m¨¢s alejadas las unas de las otras. De esta forma, el perro ten¨ªa que hacer una b¨²squeda m¨¢s activa para encontrar el escondite. Cuando lo consegu¨ªa tres veces, se daba la clase por concluida.
Cinco minutos de juego
Durante dos semanas consecutivas, los due?os realizaron con sus perros una sesi¨®n diaria de cinco minutos de este juego olfativo. Se les pidi¨® que grabaran con v¨ªdeo todo el ejercicio para que la investigadora pudiera asegurarse de que se hab¨ªa hecho correctamente.
La otra mitad de los perros fueron el grupo de control. En este caso, los due?os no tuvieron que realizar con sus perros este juego, sino otro distinto que no requer¨ªa el uso del olfato. De esta manera se aseguraban que estos perros hicieran la misma actividad f¨ªsica, recibieran tambi¨¦n golosinas y pasaran tiempo con sus due?os.
Las investigadoras se hicieron la siguiente pregunta: ?Hab¨ªa diferencias en la mejora del estado an¨ªmico entre los dos grupos de perros? Los seres humanos podemos reportar con el lenguaje c¨®mo nos sentimos. Al volver de unas de vacaciones en la monta?a, le contamos a nuestros amigos lo bien que nos han sentado. Los perros, por el contrario, no pueden expresar con palabras c¨®mo les sientan los juegos olfativos. Por eso, la ciencia ha tenido que encontrar otras formas de conocer su estado an¨ªmico.
Se sabe que las emociones influyen en procesos cognitivos como la atenci¨®n, la memoria o la forma en la que juzgamos un est¨ªmulo. Los individuos con un estado emocional positivo son m¨¢s optimistas y se fijan m¨¢s en los est¨ªmulos favorables. Por el contrario, aquellos que experimentan emociones negativas est¨¢n m¨¢s atentos a los est¨ªmulos amenazantes y emiten juicios m¨¢s pesimistas ante acontecimientos futuros.
En 2009, unos cient¨ªficos se dieron cuenta de que pod¨ªan utilizar estos sesgos cognitivos para evaluar el bienestar animal, y dise?aron una prueba. En general, esta consiste en entrenar a los animales para que discriminen entre dos est¨ªmulos: uno asociado a un acontecimiento positivo, como un cuenco con comida, y otro asociado a un acontecimiento negativo, como un cuenco con un alimento podrido. Los animales aprenden a acercarse al est¨ªmulo positivo y a ignorar el negativo. A continuaci¨®n, se presenta un est¨ªmulo ambiguo y se observa el comportamiento del animal. La velocidad con la que se acerca al est¨ªmulo ambiguo proporciona una estimaci¨®n de si el animal est¨¢ en un estado mental positivo o negativo.
Diversos estudios han validado esta prueba como una herramienta eficaz para determinar los estados emocionales de los animales cautivos. En el mencionado estudio de los perros, todos los sujetos fueron sometidos a una prueba de sesgo cognitivo, tanto antes como despu¨¦s de las semanas de juegos. Los perros que hicieron el juego olfativo mejoraron su estado an¨ªmico significativamente m¨¢s que el grupo control. La conclusi¨®n est¨¢ clara: igual que a nosotros nos sientan bien unas vacaciones con los amigos, a los perros les sienta bien dedicar todos los d¨ªas un rato a olfatear.
Puedes seguir a MATERIA en Facebook, Twitter e Instagram, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.