Una megaf¨¢brica de estudios cient¨ªficos falsos salpica a un vicerrector espa?ol y a tres colaboradores

Una persona an¨®nima envi¨® un mensaje de alerta a unos 40 editores de revistas cient¨ªficas de todo el mundo el 12 de abril de 2022. Una espa?ola recibi¨® este e-mail a las 4.40 de la madrugada. Arrancaba as¨ª: ¡°Queridos profesores, buenos d¨ªas. Si est¨¢is recibiendo este mensaje, es un asunto importante¡±. Esta persona denunciante afirmaba que un investigador indio, Gunasekaran Manogaran, hab¨ªa montado una megaf¨¢brica de estudios cient¨ªficos fraudulentos, que se produc¨ªan en serie. La trama presuntamente vend¨ªa la autor¨ªa de estos cientos de estudios falsos a investigadores asi¨¢ticos, sobre todo indios y chinos, ¨¢vidos por publicar r¨¢pidamente para lograr una plaza o un ascenso. La red lograba entonces colar esos pseudoestudios en revistas especializadas de las principales editoriales cient¨ªficas, como Elsevier, Springer Nature, Wiley y MDPI. M¨¢s que aprovechar las grietas del sistema, estaban paseando por una alfombra roja para los tramposos.

Al ingeniero inform¨¢tico Rub¨¦n Gonz¨¢lez Crespo, vicerrector de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), ya le han retractado cuatro estudios vinculados a esta trama, incluido un trabajo sobre fertilizantes en vi?edos firmado junto a seis coautores chinos a los que no conoce de nada. Gonz¨¢lez Crespo asegura que no sabe c¨®mo acab¨® ah¨ª su nombre. ?l y tres de sus colaboradores m¨¢s cercanos suman al menos 16 estudios retractados, eliminados para siempre por las editoriales tras constatar malas pr¨¢cticas. El segundo mensaje que mand¨® la persona denunciante finalizaba con un llamamiento desesperado a los editores: ¡°Por favor, haced justicia¡±.

El vicerrector y sus tres colegas sostienen que han sido v¨ªctimas de un enga?o. Gonz¨¢lez Crespo cuenta que Manogaran contact¨® con ¨¦l a principios de 2020, porque el espa?ol dirige una revista especializada en inteligencia artificial, llamada International Journal of Interactive Multimedia and Artificial Intelligence (IJIMAI). El indio se present¨® entonces como un prestigioso investigador de la Universidad de California en Davis (Estados Unidos) y empezaron a colaborar. Incluso se nombr¨® a Manogaran como editor asociado de esa revista espa?ola, publicada por la UNIR, una instituci¨®n privada de educaci¨®n online creada en 2008, que tiene m¨¢s de 50.000 alumnos en Espa?a y Am¨¦rica Latina. El propietario de la UNIR, Miguel Arrufat, ya es una de las 50 personas m¨¢s ricas de Espa?a, con una fortuna de 600 millones de euros, seg¨²n la revista Forbes.

La persona denunciante, que asegur¨® ser una extrabajadora del investigador indio, explic¨® el modus operandi de la trama. Las editoriales cient¨ªficas han creado en los ¨²ltimos a?os un nuevo modelo de negocio. Ya no son los lectores los que pagan para leer las revistas, sino que son los propios autores de las investigaciones los que pagan ¡ªhabitualmente entre 2.000 y 6.000 euros, costeados por instituciones p¨²blicas o privadas¡ª para que sus estudios sean publicados en acceso abierto a todo el mundo. Es un incentivo perverso. Para multiplicar los beneficios, algunas revistas, anta?o semanales o mensuales, sacan ahora n¨²meros especiales cada pocos d¨ªas o incluso varios al d¨ªa. La revista en la que m¨¢s han firmado los cient¨ªficos espa?oles en los ¨²ltimos cinco a?os, International Journal of Environmental Research and Public Health (editorial MDPI), public¨® el a?o pasado 17.000 estudios, 13 veces m¨¢s que en el ejercicio anterior. A comienzos de 2023, esta revista ten¨ªa m¨¢s de 3.000 n¨²meros especiales abiertos, seg¨²n los c¨¢lculos del economista italiano Paolo Crosetto. Ocho para cada d¨ªa del a?o. La editorial MDPI, fundada por el qu¨ªmico chino Shu-Kun Lin, publicaba menos de 400 n¨²meros especiales anuales hace una d¨¦cada. Este a?o va camino de 56.000.

La trama de Gunasekaran Manogaran propon¨ªa n¨²meros especiales a centenares de revistas de las principales editoriales. La denunciante calcula que una de cada 20 revistas aceptaba. Una vez al mando de esos especiales, el equipo de Manogaran colaba estudios fraudulentos o irrelevantes, que adem¨¢s citaban otros trabajos previos de la trama. En ciencia, que un estudio anterior sea muy mencionado es un indicador de calidad, pero este sistema est¨¢ corrompido por las trampas. En la red de Manogaran se citan unos a otros para despuntar artificialmente.

Gonz¨¢lez Crespo y sus colegas tambi¨¦n participaron en varios de esos n¨²meros especiales contaminados, como editores invitados o como coautores de trabajos concretos. ¡°La editorial que retract¨® mis art¨ªculos [Springer Nature le ha retractado tres y Elsevier le ha retirado otro] no lo hizo por ning¨²n fallo en su contenido cient¨ªfico, sino por una actuaci¨®n incorrecta de Manogaran, de la cual hemos sido v¨ªctimas. Ni yo ni los dem¨¢s participantes en los art¨ªculos ¨¦ramos conocedores en lo m¨¢s m¨ªnimo de los procedimientos inadecuados de este se?or¡±, explica Gonz¨¢lez Crespo a EL PA?S.

Gunasekaran Manogaran, especializado en inteligencia de datos en el Instituto de Tecnolog¨ªa de Vellore (India), es un personaje escurridizo. En la foto que suele enviar a los congresos cient¨ªficos aparece con perilla, una media sonrisa, chaleco de vestir y corbata morada. Sin embargo, es como si nadie lo hubiese visto en persona. Las llamadas a su tel¨¦fono m¨®vil indio se cortan abruptamente con una voz enlatada: ¡°El n¨²mero al que intenta llamar no est¨¢ disponible¡±. Tampoco contesta a los mensajes de este peri¨®dico en ninguna de sus tres direcciones habituales de correo electr¨®nico. Una portavoz de la Universidad de California en Davis s¨ª confirma que Manogaran fue un investigador postdoctoral all¨ª durante un par de a?os, hasta junio de 2020. El cient¨ªfico indio tambi¨¦n se presentaba como investigador visitante en la UNIR, pero Rub¨¦n Gonz¨¢lez Crespo afirma que simplemente le ofrecieron dar una conferencia online que nunca se produjo.

La denunciante acus¨® en su primer mensaje a otros ocho cient¨ªficos de colaborar con la trama de Manogaran; entre ellos, los espa?oles ?scar Sanju¨¢n y Vicente Garc¨ªa D¨ªaz y el colombiano Carlos Enrique Montenegro, seg¨²n la documentaci¨®n facilitada a EL PA?S por el ingeniero brit¨¢nico Nick Wise, que investiga fraudes cient¨ªficos. Los tres se?alados son colaboradores habituales del vicerrector Rub¨¦n Gonz¨¢lez Crespo y todos tienen o han tenido cargos en la revista de la UNIR. Los cuatro amigos, que colaboran desde hace a?os, niegan rotundamente haber participado voluntariamente en la trama de Manogaran.

Este diario habl¨® por primera vez con el ingeniero inform¨¢tico Vicente Garc¨ªa D¨ªaz, profesor de la Universidad de Oviedo, el 4 de septiembre, por tel¨¦fono. Garc¨ªa D¨ªaz reconoci¨® entonces que hab¨ªa firmado algunos estudios con coautores asi¨¢ticos desconocidos sin haber hecho nada en ellos. ¡°Un amigo m¨ªo de otra universidad me dijo que ten¨ªa un colega, que era este Gunasekaran, que buscaba a m¨¢s colaboradores. Me dijo que necesitaban a gente de Occidente para firmar los estudios, porque las revistas rechazan los art¨ªculos si todos los coautores son de pa¨ªses como India, Pakist¨¢n e Ir¨¢n. Pens¨¦ que yo no perd¨ªa nada y le hac¨ªa un favor¡±, cont¨® Garc¨ªa D¨ªaz. El investigador espa?ol asegura que no cobraba por ceder su nombre. Ya le han retractado cinco estudios, incluido uno sobre la programaci¨®n de operaciones industriales, firmado junto a un coautor de Pap¨²a Nueva Guinea y otro del Instituto de Tecnolog¨ªa de Vellore, el centro en el que estudi¨® Manogaran. La denunciante an¨®nima afirm¨® que el indio mont¨® su f¨¢brica de estudios con j¨®venes investigadores de Vellore, que recib¨ªan a cambio la posibilidad de publicar alg¨²n trabajo en revistas cient¨ªficas internacionales. Garc¨ªa D¨ªaz respondi¨® as¨ª a las preguntas de este peri¨®dico:

¡ª?Usted conoce a alguno de los coautores de los cuatro estudios que le han retractado?

¡ªYo dir¨ªa que no, porque creo que son estudios en los que [Manogaran] me puso como coautor, no los conozco.

¡ª?Y usted lleg¨® a leer estos estudios antes de que se publicaran? ?O pon¨ªan su nombre directamente?

¡ªPon¨ªan mi nombre directamente. Y yo la verdad es que me fie, porque no sab¨ªa que la gente pod¨ªa hacer esas cosas de comprar un estudio o fabricar un estudio. Como vi que Manogaran ten¨ªa buen curr¨ªculum, pens¨¦ autom¨¢ticamente que sus art¨ªculos eran buenos.

¡ªEst¨¢ feo poner el nombre en un estudio en el que no se ha hecho nada.

¡ªS¨ª, toda la raz¨®n, pero, sinceramente, no le di ninguna importancia. S¨¦ que es feo, pero en teor¨ªa era simplemente para facilitar que las revistas tuvieran en cuenta los estudios, para que no fueran indios todos los coautores. Tampoco le di mucha importancia, porque no ten¨ªa tiempo para dedicarme a esos art¨ªculos y estaba con otros que de verdad s¨ª son m¨ªos.

La versi¨®n de Garc¨ªa D¨ªaz no encajaba con la de sus tres colegas, que prefirieron contestar por escrito y tras unos d¨ªas de reflexi¨®n. El vicerrector de la UNIR asegur¨® el 20 de septiembre: ¡°Nunca permito que se a?ada mi nombre en un trabajo donde no he participado¡±. El ingeniero ?scar Sanju¨¢n, profesor en la UNIR, respondi¨® el 23 de septiembre: ¡°Nunca aceptar¨ªa colaborar en un estudio fraudulento. [¡­] Esto es una fuente de ruido de la que soy v¨ªctima¡±. El 26 de septiembre, Garc¨ªa D¨ªaz cambi¨® su versi¨®n, alegando que no se hab¨ªa ¡°expresado correctamente¡±. Ahora asegura que s¨ª particip¨® superficialmente en sus cuatro estudios eliminados, y afirma que en un principio minti¨® porque le daba verg¨¹enza que le retractaran investigaciones propias. ¡°Mi conciencia est¨¢ muy tranquila, porque no he hecho nada malo. Yo solo soy una v¨ªctima en esta historia¡±, declara.

El vicerrector de la UNIR presume de ser uno de los cient¨ªficos m¨¢s citados del mundo, seg¨²n la clasificaci¨®n de la Universidad de Stanford (EE UU). Una de las razones de su aparente ¨¦xito es que es muy productivo. En 2021 lleg¨® a publicar un nuevo estudio casi cada semana, con tem¨¢ticas muy diversas, como los genes asociados al alzh¨¦imer, los sistemas de detecci¨®n de accidentes de tr¨¢fico y las redes de sensores subacu¨¢ticos. Gonz¨¢lez Crespo y Manogaran firmaron juntos tres trabajos, relacionados con el v¨ªdeo digital, las tecnolog¨ªas 6G de telefon¨ªa m¨®vil y la inteligencia artificial. Una persona que ha trabajado con el vicerrector considera ¡°sospechoso¡± que sea uno de los m¨¢s citados del mundo, a la vista de sus modestos resultados cient¨ªficos. Otro antiguo compa?ero lo resume as¨ª: ¡°Es como si has nacido en un barrio obrero y de repente te plantas un d¨ªa en casa con un Jaguar y un Rolex¡±.

El directivo de la UNIR es tajante. ¡°Ning¨²n estudio que yo firmo es fraudulento. Tampoco lo deber¨ªan ser los estudios de otros muchos cient¨ªficos que hayan firmado de buena fe junto a Manogaran. No se puede confundir a las v¨ªctimas con su victimario¡±, recalca Gonz¨¢lez Crespo. Manogaran tambi¨¦n es uno de los cient¨ªficos m¨¢s citados del mundo, seg¨²n el listado de la empresa Clarivate, en el que se han colado multitud de investigadores mediocres que simplemente explotan las fisuras del sistema. Al autor indio ya le han retractado ¡ªseg¨²n la base de datos del portal especializado Retraction Watch¡ª 14 estudios firmados por ¨¦l mismo, incluidos trabajos sobre enfermedades del coraz¨®n y tratamientos del coronavirus.

Gunasekaran Manogaran est¨¢ ilocalizable, pero sigue activo. Su nombre aparece en el comit¨¦ t¨¦cnico de unas conferencias que se impartir¨¢n en la ciudad china de Nanchang a finales de noviembre. Se presenta ahora como miembro de la Universidad Distrital Francisco Jos¨¦ de Caldas, en Bogot¨¢. Es la instituci¨®n de su colaborador colombiano, el ingeniero inform¨¢tico Carlos Enrique Montenegro, al que ya le han retractado ocho estudios con coautores asi¨¢ticos, con tem¨¢ticas muy variadas, como la depresi¨®n infantil, las plataformas de comercio electr¨®nico y la influencia de la pol¨ªtica en las emociones en la oficina. Montenegro asegura que Gunasekaran Manogaran ¡°no trabaj¨® ni trabaja¡± en la Universidad Distrital. ¡°En todo lo que sale mi nombre y en los art¨ªculos en los cuales aparezco son porque siempre he trabajado en ellos y he aportado¡±, afirma.

El ingeniero colombiano y el vicerrector Rub¨¦n Gonz¨¢lez Crespo han colaborado en m¨¢s de 20 estudios, incluido un trabajo sobre sensores inal¨¢mbricos en las ciudades, encabezado por la investigadora china Xintian Lei, de la Escuela de Literatura y Econom¨ªa de Fujian. El estudio, publicado en una revista de Springer Nature, fue retractado a finales de 2022. Otro trabajo firmado por los dos y Vicente Garc¨ªa D¨ªaz, sobre la internet de las cosas, fue retractado el 14 de junio, sin que la editorial pudiese localizar al primer autor, Qin Xin. El quinto coautor, Mamoun Alazab, de la universidad australiana Charles Darwin, declar¨® que ignoraba que ese estudio se hubiese publicado. Montenegro, doctorado en la Universidad de Oviedo, es adem¨¢s directivo de la UNIR en Colombia. La entidad de La Rioja presumi¨® el a?o pasado de haber entrado en una de las principales clasificaciones universitarias del mundo, la de la revista brit¨¢nica Times Higher Education, que exige haber publicado al menos 1.000 estudios cient¨ªficos.

La psic¨®loga Izabela Zych, de la Universidad de C¨®rdoba, fue la profesora espa?ola que recibi¨® el mensaje an¨®nimo a las 04.40 de la noche. Zych era, desde apenas dos meses antes, editora jefa de una revista especializada en el estudio de los comportamientos violentos, Aggression and Violent Behavior, de la editorial Elsevier. La persona denunciante la avis¨® de que hab¨ªa dos n¨²meros especiales corrompidos por la trama de Manogaran, previos a la llegada de Zych. Uno de los editores invitados era el ingeniero inform¨¢tico Vicente Garc¨ªa D¨ªaz, que asegura que dio permiso a Manogaran para que gestionara el n¨²mero especial en su nombre.

Tras recibir el chivatazo, Elsevier retir¨® 69 estudios publicados en Aggression and Violent Behavior, incluido un trabajo sobre la influencia de la inteligencia emocional en la innovaci¨®n empresarial, firmado por Rub¨¦n Gonz¨¢lez Crespo, ?scar Sanju¨¢n y una investigadora china. Sanju¨¢n tambi¨¦n era coautor de un estudio sobre psicolog¨ªa cognitiva aplicada al entrenamiento de los deportistas aficionados, junto a un colega chino y otro indio. En el n¨²mero especial, supuestamente coordinado por Vicente Garc¨ªa D¨ªaz, se col¨® incluso un estudio chino sobre la ense?anza universitaria del ingl¨¦s, siendo una revista dedicada a la violencia. El comit¨¦ de ¨¦tica de Elsevier determin¨® que ¡°el n¨²mero de pruebas de malas conductas excedi¨® el umbral requerido para actuar¡±, seg¨²n explica Andrew Davis, vicepresidente de comunicaci¨®n de Elsevier. ¡°Las f¨¢bricas de estudios son una amenaza para la integridad de la investigaci¨®n¡±, advierte.

El ingeniero Nick Wise, de la Universidad de Cambridge, no recibi¨® el mensaje an¨®nimo aquella noche de abril de 2022, pero ¨¦l ya sab¨ªa que algo ol¨ªa mal. Wise, de 31 a?os, toca el tromb¨®n en sus ratos libres en la banda Colonel Spanky¡¯s Love Ensemble, pero tambi¨¦n se entretiene investigando fraudes en la ciencia como un detective aficionado. El ingeniero comenz¨® inspeccionado estudios muy toscos sobre inteligencia artificial que, sin embargo, eran citados en otros cientos de trabajos. Tirando del hilo se top¨® con las peculiares investigaciones de la revista Aggression and Violent Behavior. ¡°Bastaba leer el t¨ªtulo para saber que eran basura o, al menos, irrelevantes¡±, recuerda.

Wise ha compartido los resultados de sus pesquisas con EL PA?S y la revista estadounidense Undark, que en junio adelant¨® la existencia de una parte de la trama de Manogaran. El brit¨¢nico calcula que el grupo del indio ha logrado dirigir al menos 67 n¨²meros especiales en casi medio centenar de revistas diferentes, con m¨¢s de 1.250 estudios y unos 70 cient¨ªficos participando como editores invitados. Wise ha detectado la venta de coautor¨ªas en un n¨²mero especial gestionado por Vicente Garc¨ªa D¨ªaz y colegas indios en la revista Healthcare Analytics, de la editorial Elsevier. ¡°Es un negocio extremadamente lucrativo. Se llega a pagar 1.000 euros por la autor¨ªa de un estudio. Y 1.000 euros por 1.000 estudios es un mill¨®n de euros. Es muy f¨¢cil que hayan ganado varios millones a lo largo de los a?os¡±, apunta Wise. ¡°Manogaran es el fundador y est¨¢ al mando. Respecto a los dem¨¢s, no s¨¦ si reciben dinero, pero est¨¢ claro que obtienen una gran cantidad de publicaciones y de citas¡±, a?ade.

El qu¨ªmico Chris Graf, director de integridad de Springer Nature, urge a cambiar los actuales m¨¦todos de evaluaci¨®n de la ciencia, que recompensan a los investigadores ¡ªcon ascensos, aumentos de sueldo o m¨¢s financiaci¨®n¡ª en funci¨®n de su producci¨®n medida al peso, no por su calidad. Este sistema se conoce popularmente como ¡°publica o muere¡±. ¡°Los editores se enfrentan a un adversario intr¨¦pido: las f¨¢bricas de estudios cient¨ªficos. Estas organizaciones est¨¢n generando ingresos significativos y tratan de encontrar formas de eludir los controles de los editores. En esta carrera armament¨ªstica, seguiremos invirtiendo m¨¢s recursos¡±, afirma Graf. Su editorial ya ha retractado una quincena de estudios de Manogaran y sus colaboradores espa?oles. Nick Wise advierte de que el misterioso cient¨ªfico indio prepara publicaciones en otras revistas cient¨ªficas, como Intelligent Data Analysis (editorial IOS Press). ¡°Manogaran sigue editando n¨²meros especiales¡±, alerta.

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