Pol¨¦mica con el Antropoceno: la humanidad todav¨ªa no sabe en qu¨¦ ¨¦poca geol¨®gica vive
Un comit¨¦ de expertos ha tumbado la propuesta de declarar un nuevo momento geol¨®gico, pero el propio presidente denuncia irregularidades en la votaci¨®n
La idea del Antropoceno ¡ªque la humanidad vive desde 1950 en una nueva ¨¦poca geol¨®gica caracterizada por la contaminaci¨®n humana¡ª se ha hecho tan popular en los ¨²ltimos a?os que hasta la Real Academia Espa?ola adopt¨® el t¨¦rmino en el Diccionario de la Lengua en 2021. Los acad¨¦micos se dieron esta vez demasiada prisa. El concepto sigue en el aire, en medio de una vehemente pol¨¦mica entre especialistas. Miembros del comit¨¦ de expertos que debe tomar la decisi¨®n en la Uni¨®n Internacional de Ciencias Geol¨®gicas (UICG) ¡ªla Subcomisi¨®n de Estratigraf¨ªa del Cuaternario¡ª han filtrado este martes al diario The New York Times que han votado mayoritariamente en contra de reconocer la existencia del Antropoceno. Sin embargo, el presidente de la Subcomisi¨®n, el ge¨®logo Jan Zalasiewicz, explica a EL PA?S que el resultado preliminar de la votaci¨®n se ha anunciado sin su autorizaci¨®n y que todav¨ªa quedan ¡°algunos asuntos pendientes con los votos que hay que resolver¡±. La humanidad todav¨ªa no sabe en qu¨¦ ¨¦poca geol¨®gica vive.
El qu¨ªmico holand¨¦s Paul Crutzen, ganador del Nobel de Qu¨ªmica por iluminar el agujero de la capa de ozono, plante¨® en el a?o 2000 que el planeta hab¨ªa entrado en una nueva ¨¦poca, provocada por el impacto brutal de los seres humanos. Un equipo internacional de especialistas, el Grupo de Trabajo del Antropoceno, ha analizado los hechos cient¨ªficos desde 2009 y el a?o pasado present¨® una propuesta para proclamar oficialmente esta nueva ¨¦poca geol¨®gica, marcada por la radiactividad de las bombas at¨®micas y los contaminantes procedentes de la quema de carb¨®n y petr¨®leo. El diminuto lago Crawford, a las afueras de Toronto (Canad¨¢), era el lugar indicado para ejemplificar el inicio del Antropoceno, gracias a los sedimentos de su fondo, imperturbados desde hace siglos.
La mayor¨ªa de los miembros de la Subcomisi¨®n de Estratigraf¨ªa del Cuaternario de la UICG ha votado en contra de la propuesta, seg¨²n el peri¨®dico estadounidense. El ge¨®logo brit¨¢nico Colin Waters, l¨ªder del Grupo de Trabajo del Antropoceno, explica a EL PA?S que se ha enterado por la prensa. ¡°Todav¨ªa no hemos recibido una confirmaci¨®n oficial directamente del secretario de la Subcomisi¨®n de Estratigraf¨ªa del Cuaternario. Parece que The New York Times recibe los resultados antes que nosotros, es muy decepcionante¡±, lamenta Waters.
El ge¨®logo reconoce que el dictamen, si se confirma, ser¨ªa el fin de su propuesta actual, pero no se rinde. ¡°Tenemos muchos investigadores eminentes que desean continuar como grupo, de manera informal, defendiendo las evidencias de que el Antropoceno deber¨ªa ser formalizado como una ¨¦poca¡±, afirma. A su juicio, los estratos geol¨®gicos actuales ¡ªcontaminados por is¨®topos radiactivos, micropl¨¢sticos, cenizas y pesticidas¡ª han cambiado de manera irreversible respecto a los del Holoceno, la ¨¦poca geol¨®gica iniciada hace m¨¢s de 10.000 a?os, tras la ¨²ltima glaciaci¨®n. ¡°Dadas las pruebas existentes, que siguen aumentando, no me sorprender¨ªa un futuro llamamiento a reconsiderar nuestra propuesta¡±, opina Waters, de la Universidad de Leicester.
El jefe del Grupo de Trabajo del Antropoceno sostiene que hay ¡°algunas cuestiones de procedimiento¡± que ponen en duda la validez de la votaci¨®n. La ge¨®loga italiana Silvia Peppoloni, jefa de la Comisi¨®n de Geo¨¦tica de la UICG, confirma que su equipo ha realizado un informe sobre esta pelea entre la Subcomisi¨®n de Estratigraf¨ªa del Cuaternario y el Grupo de Trabajo del Antropoceno. El documento est¨¢ sobre la mesa del presidente de la UICG, el brit¨¢nico John Ludden.
La ge¨®loga canadiense Francine McCarthy estaba convencida de que el lago Crawford convencer¨ªa a los esc¨¦pticos. Desde fuera parece peque?o, con apenas 250 metros de largo, pero su profundidad roza los 25 metros. Sus aguas superficiales no se mezclan con las de su lecho, por lo que el suelo del fondo se puede analizar como una lasa?a, en la que cada capa acumula sedimentos procedentes de la atm¨®sfera. Ese calendario subacu¨¢tico del lago Crawford revela la denominada Gran Aceleraci¨®n, el momento alrededor de 1950 en el que la humanidad empez¨® a dejar una huella cada vez m¨¢s evidente, con el lanzamiento de bombas at¨®micas, la quema masiva de petr¨®leo y carb¨®n y la extinci¨®n de especies.
¡°Ignorar el enorme impacto de los humanos en nuestro planeta desde mediados del siglo XX tiene potencialmente consecuencias da?inas, al minimizar la importancia de los datos cient¨ªficos para hacer frente al evidente cambio en el sistema de la Tierra, como ya se?al¨® Paul Crutzen hace casi 25 a?os¡±, advierte McCarthy.
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