Los primeros ¡®Homo sapiens¡¯ llegaron a la ¡®Espa?a vac¨ªa¡¯ antes de lo que se pensaba
Un estudio desvela que nuestra especie habit¨® en el centro peninsular hace unos 33.000 a?os, a pesar de que era un territorio fr¨ªo y hostil
Un equipo de paleoantrop¨®logos ha hallado los restos de los primeros miembros de nuestra especie que poblaron la ¨¢spera e inh¨®spita meseta interior de la pen¨ªnsula Ib¨¦rica. Se trata de multitud de afilados cuchillos de piedra, azagayas para matar a distancia y huesos de caballos y ciervos devorados por Homo sapiens hace unos 33.000 a?os en La Malia, un abrigo rocoso cerca del municipio de Tamaj¨®n, en Guadalajara, que actualmente tiene 148 habitantes censados.
El nuevo hallazgo contribuye a aclarar qu¨¦ sucedi¨® en uno de los momentos m¨¢s intrigantes de la historia de la evoluci¨®n humana. Hace unos 42.000 a?os, los ¨²ltimos neandertales del interior de la Pen¨ªnsula abandonaron el territorio en busca de refugios c¨¢lidos en el sur. Apenas unos 2.000 a?os despu¨¦s, esta especie humana genuinamente europea, que hab¨ªa sobrevivido durante decenas de miles de a?os a las peores glaciaciones imaginables, se extingui¨® por completo. La gran pregunta es si los sapiens tuvimos algo que ver.
Hasta ahora se pensaba que el centro de la Pen¨ªnsula era un territorio demasiado fr¨ªo y hostil para los primeros miembros de nuestra especie que llegaron a Iberia. La teor¨ªa era que prefirieron quedarse en las zonas costeras. El interior se pensaba completamente deshabitado durante 15.000 a?os despu¨¦s de la desaparici¨®n de los ¨²ltimos neandertales. Pero ahora un equipo de paleoantrop¨®logos liderado por Nohemi Sala, paleoantrop¨®loga del Centro Nacional de Investigaci¨®n sobre Evoluci¨®n Humana de Burgos, acaba de demostrar que los sapiens llegaron mucho antes, hace entre 36.000 y 31.000 a?os, casi un suspiro despu¨¦s de la marcha de los neandertales.
¡°Lo m¨¢s significativo es que ampliamos nuestra idea sobre las capacidades de nuestra especie para colonizar territorios hostiles¡±, resalta la investigadora. ¡°Es adem¨¢s un momento muy especial en el que desaparecen los neandertales y llegan los sapiens¡±, a?ade la investigadora. Los hallazgos muestran que en contra de lo que se pensaba, la meseta interior fue tierra de nadie durante mucho menos tiempo, y que los Homo sapiens supieron conquistarla.
Los restos hallados en Guadalajara pertenecen a la cultura auri?aciense, responsable de algunas de las primeras obras de arte conocidas, como el enigm¨¢tico hombre con cabeza de le¨®n tallado en hueso o las espectaculares pinturas rupestres de Chauvet, en Francia. En la Malia no hay arte, pero s¨ª mucha tecnolog¨ªa para la caza a distancia y la supervivencia. La dataci¨®n de los restos habla de que este abrigo rocoso estuvo habitado en momentos puntuales durante miles de a?os. Hay un primer momento hace unos 33.000 a?os y un segundo hace unos 27.000.
En ese intervalo, explica Sala, el centro de la Pen¨ªnsula cambi¨® de forma radical. De ser un paisaje relativamente templado y cubierto de bosque se transform¨® en un lugar muy fr¨ªo y con poca vegetaci¨®n. En este entorno, acechar a la caza habr¨ªa sido mucho m¨¢s complicado para los reci¨¦n llegados. Aun as¨ª, los dos niveles de restos analizados muestran que su forma de vida basada en la caza del caballo y el ciervo no cambi¨® sustancialmente. Los resultados del trabajo se han publicado este mi¨¦rcoles en Science Advances.
El nuevo estudio aumenta el misterio de la desaparici¨®n de los neandertales. No se deber¨ªa concluir, advierte Sala, que estuvieran menos adaptados a su entorno o que se hubiesen acostumbrado a un clima m¨¢s ben¨¦volo y que el cambio repentino provocase su desaparici¨®n. Lo que s¨ª sabemos ahora es que los sapiens tardaron mucho menos en ocupar el vac¨ªo que dejaron en el centro peninsular. Estudios recientes de ADN han demostrado que esos primeros Homo sapiens auri?acienses que ya sab¨ªan matar a distancia y crear obras de arte tambi¨¦n se extinguieron sin dejar rastro. Despu¨¦s llegaron otras oleadas, incluida la que pint¨® los bisontes de Altamira.
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