Las mariquitas ¡®secuestran¡¯ el veneno de sus presas para convertirse en poderosas enemigas
La larva de este insecto es capaz de expulsar un l¨ªquido que contiene las toxinas de otras especies para poder defenderse de sus depredadores
Una larva de mariquita posada en un cactus de Valencia es el objetivo de una tropa de hormigas. Las obreras se acercan para atacarla, pero no cuentan con que esta sabe c¨®mo defenderse: se prepara, tensa su cuerpo blanco y peludo con fuerza para expulsar una gota de l¨ªquido espeso, rojo y brillante. La estrategia funciona y las depredadoras huyen como si de un insecticida se tratase. El color intenso de su veneno sugiri¨® a los investigadores que observaron el comportamiento, que lo que estaba arrojando era ¨¢cido carm¨ªnico, una sustancia qu¨ªmica que durante siglos se ha utilizado como colorante rojo en textiles y cosm¨¦ticos. Pero esta especie no es capaz de producirlo. ¡°Entonces, ?de d¨®nde lo ha obtenido?¡±, se pregunt¨® ?ngel Plata, entom¨®logo del Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias, que junto a su equipo, descubri¨® que la larva hab¨ªa secuestrado el veneno de su presa: una cochinilla.
A esta pr¨¢ctica se le conoce como robo de toxinas y es com¨²n en algunas especies de insectos y ranas. Los animales secuestran las toxinas de sus presas y luego las utilizan para defenderse. Las ranas venenosas, por ejemplo, acumulan reservas de alcaloides nocivos cuando se alimentan de insectos t¨®xicos, seg¨²n explica Plata. Esto puede ocurrir siempre que el depredador y la presa que intercambian las toxinas hayan coevolucionado, pues solo as¨ª tienen los mecanismos necesarios para tolerar, almacenar y despu¨¦s utilizar el veneno. Lo sorprendente es que con la mariquita y la cochinilla este no era el caso.
La interacci¨®n entre la mariquita y la cochinilla demuestra una capacidad in¨¦dita que no se cre¨ªa posible: los depredadores pueden secuestrar y utilizar toxinas novedosas, aun cuando no hay una adaptaci¨®n evolutiva mutua. Los cient¨ªficos han publicado los resultados de esta investigaci¨®n en la revista Proceedings of the Royal Society B.
A medida que los humanos se propagan, introducen especies a donde van, dejando a muchos animales expuestos a defensas bioqu¨ªmicas que nunca hab¨ªan encontrado antes. La cochinilla, por ejemplo, es una especie invasora que lleg¨® a Europa en las tunas que se trajeron desde M¨¦xico en el siglo XVI.
La mariquita (Cryptolaemus montrouzieri), que desempe?a el papel de presa y depredador, tambi¨¦n es una especie ex¨®tica. Originaria de Australia, ahora vive en al menos 64 pa¨ªses. Plata se interes¨® por las defensas qu¨ªmicas de este insecto en sus observaciones de trabajo de campo en los alrededores de su ciudad, cuando se percat¨® que para desayuno, almuerzo y cena se sirve tuna, donde abundan las cochinillas.
Las larvas blancas de la mariquita presentan un comportamiento conocido como sangrado reflejo, en el que expulsan hemolinfa al ser atacadas. Este suele ser un l¨ªquido amarillo, pero durante los experimentos en el laboratorio, cuando Plata y su equipo frotaron a la larva para activar su modo defensivo, el veneno se ti?¨® de rojo. Conten¨ªa el ¨¢cido carm¨ªnico de la cochinilla, que resulto ser un arma eficaz contra las hormigas hambrientas.
El descubrimiento no solo tiene implicaciones interesantes en la comprensi¨®n de las interacciones entre especies en entornos invadidos por especies ex¨®ticas, sino que sugiere tambi¨¦n que los organismos tienen una notable capacidad de adaptaci¨®n y flexibilidad en respuesta a cambios en su entorno. Lo mismo ha dicho Gema Trigos, investigadora del departamento de insectos sociales y mirmec¨®filos del Museo e Instituto de Zoolog¨ªa en Polonia que no ha participado en el estudio de Plata, pero lo encuentra ¡°fascinante¡±. Para Trigos, el art¨ªculo, que tambi¨¦n se ha publicado en la revista Science, hace ver adaptaciones que no se cre¨ªan posibles: ¡°Pensamos que la naturaleza est¨¢ totalmente estructurada y que es inamovible, pero todas las interacciones son susceptibles a cambios¡±.
Incluso en nuevos ambientes, los animales pueden adaptarse a las toxinas disponibles y usarlas para defenderse contra enemigos a¨²n m¨¢s poderosos, seg¨²n demuestra el estudio. Adem¨¢s, en opini¨®n de Trigos, los resultados plantean nuevas perspectivas en la b¨²squeda de estrategias de control de plagas agr¨ªcolas que podr¨ªan aprovechar la capacidad de los organismos para utilizar y manipular toxinas de presas ex¨®ticas. Una idea que Plata destaca tambi¨¦n. Explica que la mariquita fue introducida en el Mediterr¨¢neo con el prop¨®sito de proteger los huertos de c¨ªtricos de las cochinillas, que representaban una gran amenaza e incluso se le conoce como ¡°destructor de cochinillas¡±. Aunque puede ser ¨²til en distintos ecosistemas, advierte que su efectividad puede verse limitada por la presencia de hormigas y otros depredadores. Sin embargo, la investigaci¨®n demuestra que su capacidad va m¨¢s all¨¢, pues es capaz de aprovechar otras especies no nativas para fortalecerse en ambientes desconocidos.
Los resultados tambi¨¦n sirven como advertencia sobre las posibles consecuencias imprevistas de las invasiones de especies. Plata se?ala que la propagaci¨®n de insectos que producen toxinas puede alterar la estructura de las redes alimentarias y tener efectos adicionales en los ecosistemas nativos.
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