La cruel enfermedad de Huntington: hay esperanza
Nuevos estudios avanzan en la b¨²squeda de una soluci¨®n para esta enfermedad neurol¨®gica hereditaria
En 1653, en las colonias inglesas de Nueva Inglaterra, Ellin, esposa de Nickolas Haste, fue injustamente juzgada y condenada a la horca por brujer¨ªa. Al menos siete mujeres como ella, tambi¨¦n consideradas brujas, padecieron persecuci¨®n. Posiblemente todas ellas proced¨ªan de familias que unas d¨¦cadas antes hab¨ªan llevado al Nuevo Mundo el corea de Huntington, una enfermedad neurol¨®gica hereditaria que se manifiesta por movimientos err¨¢ticos incontrolables y que puede acabar con la vida de quien la sufre. Las enfermedades se vuelven crueles cuando tienen car¨¢cter hereditario.
Cuando en 1630 el rey Carlos I de Inglaterra permiti¨® a la Iglesia anglicana perseguir a los no creyentes y los inconformistas, la caza de brujas y de quienes por sus alteraciones motoras parec¨ªan tener connivencia con el diablo se convirti¨® en un deber sagrado de la poblaci¨®n. Ello forz¨® a muchas familias que padec¨ªan el corea a huir a Am¨¦rica. Una de ellas fue la de John Winthrop, quien en 1630 zarp¨® con once barcos del puerto de Yarmouth en Inglaterra para Salem, en Massachusetts. De ese modo, los genes del corea de Huntington saltaron al Nuevo Mundo, donde, desafortunadamente, sus poseedores fueron tambi¨¦n perseguidos por similares razones, es decir, por puritanismo e intolerancia. Pero el corea de Huntington no era solo una enfermedad inglesa, pues tambi¨¦n hab¨ªa afectado a colectivos humanos de otras partes de Europa, como Francia, Irlanda, Alemania y Noruega.
La enfermedad debe su nombre al m¨¦dico norteamericano George Huntington, quien estudi¨® a pacientes cuyas familias la hab¨ªan padecido en sucesivas generaciones y la describi¨® en 1872 se?alando su car¨¢cter altamente hereditario, sus s¨ªntomas coincidentes con otros coreas, aunque de mayor y progresiva gravedad, su mayor prevalencia en hombres que en mujeres, su tendencia al suicidio y su consideraci¨®n de muy grave solo en los adultos. Ahora sabemos que el corea o enfermedad de Huntington es una enfermedad 100 % heredable, que generalmente se inicia entre los 35 y 42 a?os, pudiendo originar en su curso cambios de personalidad, como depresi¨®n, p¨¦rdidas de atenci¨®n, irritabilidad y agresi¨®n, adem¨¢s de impedimentos de memoria cuando la enfermedad progresa.
Desgraciadamente, hasta la demencia puede llegar a los enfermos con los a?os, pues, adem¨¢s de una amplia p¨¦rdida de neuronas y degeneraci¨®n en los n¨²cleos del interior del cerebro relacionados con el control de los movimientos autom¨¢ticos (n¨²cleos estriados, caudado y putamen), la enfermedad tambi¨¦n puede originar p¨¦rdidas de neuronas en la corteza cerebral, particularmente en la corteza frontoparietal, lo que explica los s¨ªntomas tard¨ªos de demencia en los enfermos. El responsable de todo ello es un gen bien conocido (un gen autos¨®mico dominante) que expresa y forma prote¨ªnas modificadas que se agrupan formando bolas o agregados entre las neuronas (de modo parecido a lo que ocurre en la enfermedad de Alzheimer) que acaban destruy¨¦ndolas, originando as¨ª las dificultades de los enfermos para controlar sus movimientos. Por ahora, la enfermedad no tiene cura, pudiendo acabar con la vida del enfermo.
Pero la comunidad cient¨ªfica est¨¢ esperanzada, pues esa situaci¨®n puede cambiar gracias a trabajos como el que vienen desarrollando desde hace tiempo investigadores de la compa?¨ªa farmac¨¦utica internacional Charles River, cuyo enfoque terap¨¦utico se ha centrado en dise?ar peque?as mol¨¦culas (generalmente de ¨¢cidos nucleicos como ARN, ADN) que puedan adherirse al gen que causa la enfermedad impidiendo con ello que se exprese y se formen dichas prote¨ªnas y sus agregados. Aunque los primeros ensayos cl¨ªnicos no han dado los resultados esperados, recientemente, un nuevo trabajo de un amplio grupo de investigadores (entre los que hay varios nombres espa?oles), realizado en colaboraci¨®n con una organizaci¨®n privada dedicada al desarrollo de procedimientos terap¨¦uticos para la enfermedad de Huntington (Cure Huntington Disease Initiative), ha descrito y publicado en el Journal of Medicinal Chemistry, una nueva clase de peque?as mol¨¦culas inhibidoras que ya han mostrado capacidad para mitigar la enfermedad en modelos animales.
Como en los experimentos anteriores, lo que pretenden conseguir los investigadores con esas nuevas mol¨¦culas es que no se formen los agregados de prote¨ªnas que matando las neuronas originan la enfermedad. Tienen ya varias mol¨¦culas candidatas que est¨¢n a punto de ser precl¨ªnicamente probadas en pacientes. Seg¨²n Diana Miszczuk, directora asociada de Farmacolog¨ªa del sistema nervioso central en Charles River, y sus colegas, para quienes muchos pacientes acaban convirti¨¦ndose en amigos, esto es todav¨ªa el principio, pero los trabajos que se llevan a cabo y sus resultados son prometedores. Enfrentarse a toda una familia portadora de los genes de la enfermedad de Huntington resulta dram¨¢tico para los terapeutas cuando no les pueden ofrecer ninguna esperanza de curaci¨®n, pero lo que ahora nos consuela es saber que se est¨¢n abriendo puertas para convertir esa esperanza en realidad.
Ignacio Morgado Bernal es catedr¨¢tico em¨¦rito de Psicobiolog¨ªa en el Instituto de Neurociencias y en la Facultad de Psicolog¨ªa de la Universidad Autonoma de Barcelona. Autor de Materia gris: la apasionante historia del conocimiento del cerebro (Ariel, 2021).
Materia gris es un espacio que trata de explicar, de forma accesible, c¨®mo el cerebro crea la mente y controla el comportamiento. Los sentidos, las motivaciones y los sentimientos, el sue?o, el aprendizaje y la memoria, el lenguaje y la consciencia, al igual que sus principales trastornos, ser¨¢n analizados en la convicci¨®n de que saber c¨®mo funcionan equivale a conocernos mejor e incrementar nuestro bienestar y las relaciones con las dem¨¢s personas.
Puedes seguir a MATERIA en Facebook, Twitter e Instagram, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.