C¨®mo el cerebro hace posible la consciencia
Se cumplen 25 a?os de la singular apuesta entre un neurocient¨ªfico y un fil¨®sofo, sobre si la creaci¨®n de la consciencia en el cerebro ser¨ªa un misterio ya resuelto por la ciencia a estas alturas
En Nueva York, el 23 de junio de 1998, en la reuni¨®n anual de la Asociaci¨®n para el Estudio Cient¨ªfico de la Consciencia (ASSC), el neurocient¨ªfico Christof Koch, por entonces profesor asistente en el California Institute of Technology (Caltech), apost¨® contra el fil¨®sofo David Chalmers que, en 25 a?os, es decir, actualmente, en 2023, ya habr¨ªamos desvelado uno de los grandes misterios de la ciencia: c¨®mo el cerebro hace posible la consciencia.
Conoc¨ª personalmente a Christof Koch nueve a?os despu¨¦s de esa apuesta, durante mi estancia sab¨¢tica en Caltech en 2007, y colabor¨¦ en experimentos de su laboratorio sobre los mecanismos cerebrales de la consciencia. En uno de los m¨¢s destacados de aquellos experimentos trat¨¢bamos de hallar c¨®mo anular la consciencia, c¨®mo ver sin ver, podr¨ªamos decir. Para ello, un aparato ¨®ptico especial permit¨ªa hacer llegar a cada ojo del sujeto experimental una imagen diferente. En un ojo se proyectaba continuamente una imagen fija, una cara, por ejemplo, y en el otro ojo se proyectaban im¨¢genes sucesivas, continuamente fluctuantes, de cuadros de Mondrian.
Cuando esto se hac¨ªa, la inevitable atenci¨®n a esas fluctuaciones en un ojo imped¨ªa que el sujeto fuera consciente de lo que ve¨ªa con el otro. Pero eso no imped¨ªa que su cerebro, inconscientemente, registrase la imagen de la cara, como se pod¨ªa comprobar cuando, m¨¢s tarde, esa misma imagen funcionaba mejor que cualquier otra (nunca vista) en un nuevo experimento de asociaci¨®n entre est¨ªmulos diferentes. Anulando la experiencia consciente se pretend¨ªa descubrir qu¨¦ m¨ªnimas partes del cerebro la hacen posible.
Ese tipo de experimentos y otros muchos realizados con t¨¦cnicas avanzadas (como la resonancia magn¨¦tica funcional y la electroencefalograf¨ªa computarizada) en diferentes pa¨ªses y laboratorios, han acabado por establecer dos teor¨ªas principales sobre c¨®mo el cerebro genera la consciencia. Una de ellas, propuesta por cient¨ªficos radicados en EE UU, como el italiano Julius Tononi y el propio Koch, es la teor¨ªa de la integraci¨®n funcional de la actividad de las neuronas: a d¨ªa de hoy, propone que la consciencia resulta espont¨¢neamente de la complejidad estructural de las partes posteriores de la corteza cerebral (millones de neuronas y trillones de interconexiones entre ellas). Esto significa que si la inteligencia artificial fuera capaz de construir un dispositivo con ese grado de complejidad, ese dispositivo ser¨ªa espont¨¢neamente consciente.
La otra es la teor¨ªa de la red o espacio de trabajo global, propuesta por cient¨ªficos como Gerald Edelman, Joseph Gally y Bernard Baars, seg¨²n la cual la consciencia surge cuando una determinada informaci¨®n es proyectada a diferentes ¨¢reas del cerebro, mediante una tambi¨¦n complicada red de interconexiones. Esta propuesta incluye como agente causal principal a la corteza prefrontal del cerebro.
En estos momentos, cuando se cumple el plazo de la sonada apuesta entre Koch y Chalmers, ninguna de esas dos teor¨ªas est¨¢ exenta de cr¨ªticas; es decir, ninguna ha avanzado lo suficiente como para considerarse una explicaci¨®n definitiva de la consciencia. La teor¨ªa de la integraci¨®n funcional no ha demostrado la sincronizaci¨®n entre ¨¢reas del cerebro que la har¨ªan posible, y la del espacio neuronal global no siempre radica en la corteza prefrontal. Es por ello que la apuesta ha sido ganada por el fil¨®sofo Chalmers: en los 25 a?os transcurridos no hemos sido todav¨ªa capaces de desvelar el modo en que ha de funcionar el cerebro para hacer posible la consciencia.
Pero Koch, un rom¨¢ntico reduccionista, como ¨¦l mismo se ha llamado, no se rinde y ya habla de darle una segunda vuelta a la apuesta con Chalmers. Va en su resabido car¨¢cter alem¨¢n. Recuerdo un retiro en Santa B¨¢rbara (California), en el que particip¨¦ tambi¨¦n durante mi estancia en Caltech, y en el que los estudiantes llenaban el auditorio incluso en fin de semana cuando Koch era el conferenciante. Era un ¨ªdolo cient¨ªfico que, entre otras cosas, se permit¨ªa viajar a Espa?a para asistir a representaciones de ¨®peras de Wagner en el Liceo de Barcelona, acompa?ado por su colega, el neurocient¨ªfico Semir Zeki, catedr¨¢tico de Neurobiolog¨ªa en la Universidad de Londres.
Hace tiempo que Christof Koch dej¨® Caltech para incorporarse como investigador em¨¦rito al Allen Institute for Brain Science, en Seattle (estado de Washington), donde sigue empe?ado en descubrir los misterios de la consciencia. David Chalmers, actualmente codirector del Center for Mind, Brain and Consciousness en la Universidad de Nueva York, es posible que acepte la repetici¨®n de la apuesta y volvamos a quedar convocados para otros 25 a?os, a ver si hay m¨¢s suerte entonces.
Materia gris es un espacio que trata de explicar, de forma accesible, c¨®mo el cerebro crea la mente y controla el comportamiento. Los sentidos, las motivaciones y los sentimientos, el sue?o, el aprendizaje y la memoria, el lenguaje y la consciencia, al igual que sus principales trastornos, ser¨¢n analizados en la convicci¨®n de que saber c¨®mo funcionan equivale a conocernos mejor e incrementar nuestro bienestar y las relaciones con las dem¨¢s personas.
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