¡®Psyche¡¯, una misi¨®n a un asteroide que simula un viaje al centro de la Tierra
La NASA lanza ma?ana esta sonda espacial que llegar¨¢ en 2029 a un mundo hecho de metales, con el objetivo de descubrir las claves de la formaci¨®n del n¨²cleo de nuestro planeta
Por primera vez la ciencia va a explorar de cerca un mundo met¨¢lico. Ese es el objetivo de la misi¨®n Psyche, que la NASA lanzar¨¢ el viernes a las 16.19 (hora peninsular espa?ola) desde el Centro Espacial Kennedy en Florida (EE UU), usando un cohete Falcon Heavy de la compa?¨ªa SpaceX para propulsar la sonda fuera de la Tierra. As¨ª comenzar¨¢ un largo viaje de casi seis a?os a trav¨¦s del sistema solar, hasta llegar a un extra?o asteroide que es muy rico en metal; y eso lo convierte en uno de los cuerpos m¨¢s cercanos que nos pueden ayudar a conocer c¨®mo se form¨® la Tierra.
Cuando la nueva sonda de la NASA llegue al asteroide 16 Psique, en agosto de 2029, comenzar¨¢ a orbitarlo a diferentes alturas con el objetivo de determinar tanto su composici¨®n como su proceso de formaci¨®n, que son tan desconocidos como su forma concreta y el aspecto de su superficie. Ser¨¢ entonces cuando las c¨¢maras e instrumentos de Psyche (Psique en ingl¨¦s) comenzar¨¢n a revelar los enigmas del asteroide.
Con los datos que tenemos hasta ahora, cabe pensar que el asteroide es el coraz¨®n de un planeta fallido, que no lleg¨® a formarse de todo. Nunca nadie ha podido observar directamente el n¨²cleo met¨¢lico de un planeta, y la posibilidad de hacerlo ha impulsado esta misi¨®n espacial, pero no es la ¨²nica posibilidad y podr¨ªamos encontrarnos con algo totalmente diferente.
La primera hip¨®tesis es que 16 Psique sea lo que queda de un planetesimal (el precursor de un planeta), que era m¨¢s grande y que ya estaba diferenciado: ten¨ªa un n¨²cleo interno de hierro, separado de su manto rocoso, pero entonces sufri¨® impactos violentos que dejaron su n¨²cleo expuesto. Pero tambi¨¦n podr¨ªa haber otra explicaci¨®n para su superficie rica en metales: ese material pudo haber escapado desde el n¨²cleo, a trav¨¦s de un manto relativamente delgado de unos 25 kil¨®metros, como resultado de erupciones volc¨¢nicas de hierro; y este ferrovulcanismo explicar¨ªa tambi¨¦n la baja densidad del asteroide. La tercera hip¨®tesis, y la m¨¢s alternativa, describe a 16 Psique como un conjunto de material met¨¢lico que se acumul¨® cerca del Sol. Pero si esto fue as¨ª, faltar¨ªa por explicar c¨®mo pudo llegar este objeto astron¨®mico a su ubicaci¨®n actual, a una distancia tres veces mayor que la de la Tierra al Sol.
Esta misi¨®n de bajo coste ¡ªseg¨²n los est¨¢ndares de la NASA, pues su presupuesto es algo menor a 1.000 millones de d¨®lares¡ª transportar¨¢ durante casi 4.000 millones de kil¨®metros una sonda del tama?o de una furgoneta peque?a hasta el cintur¨®n principal de asteroides (entre Marte y J¨²piter), donde orbita 16 Psique. Los instrumentos cient¨ªficos de la nave permitir¨¢n mapear y estudiar las propiedades de este asteroide de 226 kil¨®metros de di¨¢metro. Por ejemplo, observando la forma de sus cr¨¢teres obtendremos informaci¨®n sobre los procesos de impacto, la naturaleza del material o la edad que tiene, y esos datos tambi¨¦n nos indicar¨¢n si se form¨® en condiciones similares al n¨²cleo de la Tierra.
El n¨²cleo terrestre no es un lugar lleno de dinosaurios donde pueda desarrollarse una rocambolesca aventura como la que imagin¨® Julio Verne en su Viaje al centro de la Tierra. Tampoco est¨¢ hueco, como dedujo equivocadamente Edmund Halley a partir del valor de la densidad relativa de la Luna dado por Isaac Newton. El n¨²cleo de la Tierra est¨¢, simple y llanamente, hecho de metal; y eso, de por s¨ª, ya lo hace fascinante.
Aunque la tecnolog¨ªa actual solo nos permite perforar unos 12 kil¨®metros, y el n¨²cleo se encuentre a 3.000 kil¨®metros de profundidad, esto no es impedimento para que podamos inferir de qu¨¦ est¨¢ compuesto. Del mismo modo que no tenemos que cortar y abrir en canal la pierna a una ni?a para saber si se ha roto la tibia. La f¨ªsica del proceso es la misma si se quiere deducir lo que hay dentro de una pierna o de la Tierra. Pero en este ¨²ltimo caso se utilizan las medidas de las ondas que transportan los terremotos en diferentes puntos del planeta, en lugar de analizar la transmisi¨®n de las ondas de rayos X, como en una radiograf¨ªa.
Tambi¨¦n sabemos que el n¨²cleo terrestre est¨¢ muy caliente, debido a la lenta desintegraci¨®n de elementos radiactivos residuales de la formaci¨®n del planeta, y que adem¨¢s est¨¢ sometido a una presi¨®n de varios millones de veces la atmosf¨¦rica. Pero saber todo esto sin poder verlo ni llegar a ¨¦l, no acaba con la curiosidad cient¨ªfica, sobre todo si existe la m¨¢s m¨ªnima oportunidad de observar algo que se le parezca m¨ªnimamente. Y es aqu¨ª donde aparecen objetos como 16 Psique.
Este asteroide, al que los economistas han puesto precio, no es de bajo coste. Estiman que vale 70.000 veces toda la econom¨ªa mundial actual. Es un mundo de metal compuesto fundamentalmente de hierro y n¨ªquel posiblemente similar al n¨²cleo de la Tierra. Y ah¨ª radica su inter¨¦s cient¨ªfico, ya que este tipo de asteroides met¨¢licos son las piezas con las que se construyen los planetas. Para entender c¨®mo ocurre este proceso intentamos juntar toda la informaci¨®n a la que tenemos acceso de un modo u otro. Y para ello la sonda Psyche orbitar¨¢ al asteroide escrutando su composici¨®n, topograf¨ªa y tambi¨¦n la posible presencia de un campo paleomagn¨¦tico, fosilizado en el asteroide desde el momento de su formaci¨®n.
La arqueolog¨ªa de las rocas espaciales
Un asteroide es una roca que orbita en el espacio alrededor del Sol, igual que los planetas, pero no es ni tan grande para ser clasificada como un planeta ni tan peque?a como para ser considerada un meteoroide. Y pese a lo que pudiera parecer, al tratarse de rocas, los asteroides son un grupo extremadamente diverso. Para distinguir y clasificar los m¨¢s de 100.000 asteroides conocidos nos fijamos en la luz solar que reflejan. Dependiendo de la composici¨®n qu¨ªmica de su superficie, que revela esa luz reflejada, se pueden clasificar en diferentes tipos, a los que se asigna una letra.
Por ejemplo, la C es de carbon¨¢ceos, que son oscuros: por eso se conocen pocos de este tipo en las partes m¨¢s alejadas del sistema solar. La S es para los silicatos, que son brillantes y, por tanto, f¨¢ciles de ver; si en alg¨²n momento tenemos alguno en trayectoria de colisi¨®n con la Tierra, mejor que sea de este tipo. Y luego est¨¢n los M, de metales; como 16 Psique, que es un asteroide de clase M bastante grande.
Psique fue uno de los primeros asteroides descubiertos, tal y como refleja el n¨²mero 16 que lleva en su nombre. El astr¨®nomo italiano que lo descubri¨® en 1852 decidi¨® bautizarlo en honor a la personificaci¨®n griega del alma, que toma la forma de una mujer con alas de mariposa. Con la misi¨®n que se lanza hoy, y que retoma ese nombre, aprenderemos nuevos detalles de la historia del sistema solar. As¨ª, el conocimiento que salga de esta nueva expedici¨®n espacial nos llevar¨¢ al pasado y, quiz¨¢s, tambi¨¦n hacia el interior de nuestro planeta.
Vac¨ªo C¨®smico es una secci¨®n en la que se presenta nuestro conocimiento sobre el universo de una forma cualitativa y cuantitativa. Se pretende explicar la importancia de entender el cosmos no solo desde el punto de vista cient¨ªfico sino tambi¨¦n filos¨®fico, social y econ¨®mico. El nombre ¡°vac¨ªo c¨®smico¡± hace referencia al hecho de que el universo es y est¨¢, en su mayor parte, vac¨ªo, con menos de un ¨¢tomo por metro c¨²bico, a pesar de que en nuestro entorno, parad¨®jicamente, hay quintillones de ¨¢tomos por metro c¨²bico, lo que invita a una reflexi¨®n sobre nuestra existencia y la presencia de vida en el universo. La secci¨®n la integran Pablo G. P¨¦rez Gonz¨¢lez, investigador del Centro de Astrobiolog¨ªa, y Eva Villaver, Directora de la Oficina Espacio y Sociedad de la Agencia Espacial Espa?ola, y profesora de Investigaci¨®n del Instituto de Astrof¨ªsica de Canarias.
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