Crecer en un barrio con contaminaci¨®n, crecer en un barrio con aire limpio
Una investigaci¨®n que ha seguido el crecimiento de 3.700 menores muestra que la poluci¨®n afecta al peso del reci¨¦n nacido y al desarrollo pulmonar y cognitivo
Cuando Bel¨¦n Hinarejos fue a hacerse en 2005 su primera ecograf¨ªa de embarazo, la de las 12 semanas de gestaci¨®n, una enfermera en el Centro de Atenci¨®n Primaria de San F¨¦lix en Sabadell le propuso formar parte de una investigaci¨®n. As¨ª fue c¨®mo empez¨® el seguimiento cient¨ªfico del desarrollo de su hijo, Roger. Entonces era un feto de apenas unos gramos, pero hoy est¨¢ a punto de cumplir 15 a?os y las pruebas contin¨²an. Ambos forman parte de las m¨¢s de 3.700 madres y 3.700 hijos monitoreados en siete ¨¢reas del pa¨ªs dentro del proyecto INMA coordinado por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal). Una investigaci¨®n con voluntarios que dura ya 20 a?os, la mayor de este tipo en Espa?a, con resultados que muestran el impacto de la contaminaci¨®n en el tama?o al nacer, el desarrollo de la funci¨®n pulmonar o el cognitivo.
¡°Yo soy de ciencias, trabajo de t¨¦cnico de laboratorio y la investigaci¨®n siempre me ha atra¨ªdo, pens¨¦ que no ten¨ªa nada que perder¡±, comenta Hinarejos, que sin recibir nada a cambio acept¨® que le comenzaran a sacar muestras de sangre y tener que rellenar interminables cuestionarios sobre su salud, su alimentaci¨®n, sus h¨¢bitos de vida¡ Varias de las preguntas se centraban en su lugar de residencia: un piso en una calle de Sabadell con mucho tr¨¢fico de coches y altos niveles de contaminaci¨®n atmosf¨¦rica. Al mismo tiempo, en las ecograf¨ªas de embarazo, tambi¨¦n se empezaron a tomar medidas del hijo que llevaba dentro, como el tama?o de la cabeza, el f¨¦mur o el peso. Roger naci¨® el 10 de mayo de 2006, casi un mes antes de lo que le tocaba. Pese a tratarse de un beb¨¦ prematuro, pes¨® cerca de tres kilos.
Maite Lemus trabajaba antes en un banco, pero lo dej¨® para pasarse a la docencia. ¡°Estaba harta¡±, dice. Tambi¨¦n huy¨® de la contaminaci¨®n de Valencia y se mud¨® a una casa tranquila a las afueras de la ciudad, con una terraza desde la que se ve el mar Mediterr¨¢neo y la Sierra Calderona. ¡°Buscaba calidad de vida¡±, recalca la valenciana, a la que reclutaron para el estudio a finales de 2004, cuando fue al hospital de La Fe para la primera ecograf¨ªa de embarazo. Su hija Arantxa naci¨® el 10 de junio de 2005. ¡°Cualquier investigaci¨®n que pueda ayudar a la salud hay que apoyarla¡±, incide Lemus, que cuenta que m¨¢s de 15 a?os despu¨¦s a ella misma le acaban de tomar sangre y hacer una citolog¨ªa.
Uno de los primeros resultados obtenidos con los datos de los voluntario fue que, en promedio, los beb¨¦s cuyas madres viv¨ªan en zonas con un aire m¨¢s contaminado pesaban menos y ten¨ªan menor tama?o al nacer. Una relaci¨®n con la poluci¨®n que resultaba todav¨ªa m¨¢s clara con las embarazadas que pasaban m¨¢s tiempo en casa. Son varios los trabajos cient¨ªficos publicados al respecto dentro del proyecto, como el aparecido en 2011 en la revista Environmental Health Perspectives, con la informaci¨®n de 2.505 madres y 2.505 beb¨¦s, entre ellos Roger y Arantxa. Los investigadores estimaron la exposici¨®n a di¨®xido de nitr¨®geno (NO?) y benceno de las embarazadas y compararon las medidas de los peque?os al nacer. ¡°Descubrimos que los ni?os de las madres de zonas m¨¢s contaminadas llegaban a pesar en promedio 70 o 80 gramos menos que los de la misma ciudad en zonas menos contaminadas¡±, detalla Jordi Sunyer, uno de los autores del trabajo cient¨ªfico y primer director del proyecto INMA. ¡°Esto no se deb¨ªa a diferencias sociales, porque la mayor¨ªa de la gente en las ¨¢reas m¨¢s contaminadas ten¨ªa una mejor educaci¨®n y m¨¢s oportunidades de una mejor vida¡±, se?ala.
Uno de los primeros resultados obtenidos con los datos de los voluntarios es que, en promedio, los beb¨¦s cuyas madres viv¨ªan en zonas con un aire m¨¢s contaminado pesaban menos y ten¨ªan menor tama?o al nacer
En el parto en el que naci¨® Roger en Sabadell, una de las enfermeras que recogieron muestras del cord¨®n umbilical fue Silvia Fochs, que luego ha acabado ocup¨¢ndose de su seguimiento, junto al de otros muchos ni?os y ni?as. ¡°Somos como sus t¨ªas, los hemos visto nacer¡±, comenta con emoci¨®n. De forma peri¨®dica, por lo general cada dos a?os, contactan con las madres y los hijos para fijar una nueva visita en la que llevar a cabo m¨¢s pruebas y m¨¢s cuestionarios. Adem¨¢s, en este tiempo han ido recogiendo muestras biol¨®gicas de todo tipo que se guardan en congeladores a 80 grados bajo cero de temperatura. Se preservan as¨ª para que los investigadores puedan disponer de este material seg¨²n van progresando los trabajos cient¨ªficos y porque quiz¨¢ en el futuro sirvan para extraer una informaci¨®n importante que ahora se desconoce. ¡°Todav¨ªa queda orina de embarazo de hace 16 a?os para seguir investigando¡±, destaca Fochs.
El origen del proyecto INMA est¨¢ en los estudios comenzados en 1997 en Ribera d¡¯Ebre y Menorca, as¨ª como otro arrancado en 2000 en Granada. Estas tres investigaciones con voluntarios fueron la base para lanzar entre 2001 y 2002 un programa mucho m¨¢s ambicioso con la incorporaci¨®n de otros cuatro estudios de seguimiento (tambi¨¦n denominados de cohorte) en Asturias, Guipuzkoa, Valencia y Sabadell (Barcelona). Estas siete ¨¢reas coordinadas para armonizar sus trabajos cient¨ªficos representan una mina de informaci¨®n para los investigadores.
En Europa hay estudios de este tipo todav¨ªa mucho m¨¢s grandes: si aqu¨ª los beb¨¦s son ya adolescentes, en Finlandia contin¨²an activas investigaciones con personas nacidas en los a?os sesenta y ochenta, y en el Reino Unido las hay que siguen ahora a los hijos de los primeros hijos.
Si aqu¨ª los beb¨¦s son ya adolescentes, en Finlandia contin¨²an activas investigaciones con personas nacidas en los a?os sesenta y ochenta, y en Reino Unido las hay que siguen ahora a los hijos de los primeros hijos
A los cuatro a?os de vida, una de las pruebas realizadas a Roger fue una espirometr¨ªa. Esta consiste en soplar en un aparato (espir¨®metro) que mide la cantidad de aire que uno puede retener y la velocidad de flujo pulmonar. Aunque este tipo de test se suele realizar con mayores edades, los ensayos con 1.175 ni?os de Sabadell y Gipuzkoa funcionaron y dieron de nuevo unos resultados interesantes. La investigaci¨®n publicada esta vez en Thorax en 2015 encontr¨® una relaci¨®n entre la exposici¨®n prenatal al aire contaminado provocado por el tr¨¢fico y un d¨¦ficit de la funci¨®n pulmonar en ni?os de preescolar. ¡°Vimos que hab¨ªa un cierto retraso en c¨®mo maduraban estos pulmones vinculado a la contaminaci¨®n atmosf¨¦rica¡±, recalca el investigador Jordi Sunyer.
Durante su infancia, han sido m¨²ltiples las pruebas realizadas a los ni?os y los sistemas utilizados para recoger las muestras. A veces se ha pedido a los peque?os que lleven mochilas con captadores de contaminaci¨®n. Y ha habido incluso ocasiones en las que las enfermeras han acudido a las propias casas de las familias para aspirar el polvo de los colchones o para colocar alg¨²n medidor en las ventanas con el que analizar el aire. ¡°Creo que empec¨¦ a ser consciente de lo que ocurr¨ªa a los siete a?os, yo sab¨ªa que era para hacer un experimento con gente de mi edad¡±, afirma Arantxa. ¡°Me han hecho pruebas de todo tipo, pero siempre me ha gustado mucho, me siento importante y me divierte¡±, asegura.
¡°Creo que empec¨¦ a ser consciente de lo que ocurr¨ªa a los siete a?os, yo sab¨ªa que era para hacer un experimento con gente de mi edad¡±, afirma Arantxa. ¡°Me han hecho pruebas de todo tipo, pero siempre me ha gustado mucho, me siento importante y me divierte¡±
A Roger el a?o pasado le toc¨® llevar durante un tiempo un reloj para medir pulsaciones y un cintur¨®n que monitoreaba su actividad f¨ªsica y las horas de sue?o. Tambi¨¦n tuvo que cargar con un captador para medir la contaminaci¨®n en su clase del colegio. ¡°Es verdad que algunas pruebas son un poco pesadas, pero es para una buena causa¡±, comenta el de Sabadell. ¡°Esto es muy interesante para el futuro, pues la contaminaci¨®n tiene consecuencias graves para la salud y el medio ambiente¡±.
Como detalla Ll¨²cia Gonz¨¢lez, psicopedagoga del CIBER (Centro de Investigaci¨®n Biom¨¦dica en Red) de Epidemiolog¨ªa y Salud P¨²blica, que realiza el seguimiento de Arantxa y otros ni?os de Valencia, los cuestionarios resultan clave para obtener informaci¨®n no solo de lo que comen o de sus h¨¢bitos, sino tambi¨¦n de su desarrollo mental. Para estudiar su cerebro, a partir de los cuatro a?os se utilizan adem¨¢s juegos de ordenador. Resultan m¨¢s objetivos para medir sus capacidades cognitivas. En uno de los ejercicios utilizados van apareciendo objetos en la pantalla durante siete minutos ¡ªun barco, una pelota, un caballo ¡ª y los peque?os deben dar siempre a la barra espaciadora del teclado, excepto cuando aparece una equis. Sirve para medir su capacidad de atenci¨®n.
A partir de los datos obtenidos con este mismo juego de ordenador ¡ªen Asturias, Guipuzkoa, Sabadell y Valencia¡ª, los investigadores determinaron en un estudio publicado en 2017 Environmental International que la mayor exposici¨®n a contaminaci¨®n por NO?, principalmente durante el embarazo y, en menor medida, tras el parto, se asocia tambi¨¦n con una funci¨®n atencional deficiente en los ni?os de 4 a 5 a?os. ¡°Con contaminaci¨®n, hemos encontrado mucha relaci¨®n con la funci¨®n atencional, la memoria, el desarrollo mental y la motricidad; lo que adem¨¢s resulta muy consistente con los resultados de otros estudios¡±, recalca M¨°nica Guxens, investigadora de ISGlobal que particip¨® en este trabajo cient¨ªfico y actual directora del proyecto INMA. ¡°En cambio, no hemos encontrado relaci¨®n con TDAH [trastorno por d¨¦ficit de atenci¨®n e hiperactividad], rasgos de autismo, depresi¨®n, ansiedad y agresividad, aunque s¨ª lo han hecho otros estudios de cohorte de EE UU¡±.
¡°Con contaminaci¨®n, hemos encontrado mucha relaci¨®n con la funci¨®n atencional, la memoria, el desarrollo mental y la motricidad; lo que adem¨¢s resulta muy consistente con los resultados de otros estudios¡±, recalca M¨°nica Guxens, directora del proyecto INMA
¡°Nos quedan muchas preguntas que contestar¡±, incide Guxens, que explica que ahora las investigaciones buscan conocer mejor la relaci¨®n de la contaminaci¨®n con la obesidad infantil o con precursores de posibles patolog¨ªas cardiovasculares en el futuro. No obstante, en estos 20 a?os de proyecto ya se ha mostrado que la poluci¨®n del aire, aparte de causar enfermedades en los ni?os (como asma u otros problemas respiratorios), tambi¨¦n puede afectar a funcionalidades de los peque?os, aunque est¨¦n sanos. ?Hasta qu¨¦ punto condiciona en la vida tener un menor desarrollo cognitivo o de la funci¨®n respiratoria? ¡°No est¨¢ claro, pero lo ideal es que el cerebro crezca en su plenitud, nadie quiere tener un menor desarrollo¡±, responde la directora de INMA.
¡°No es lo mismo que alguien tenga un coeficiente de inteligencia de 85 y le baje 5 puntos a otro con 135 al que le baje a 130¡±, se?ala a su vez el investigador Jordi Sunyer, que incide en que de forma individual cada caso es diferente y depende de las potencialidades predeterminadas para cada ni?o. ¡°No tenemos la certeza de que estos impactos funcionales sean muy determinantes para el desarrollo, el bienestar o la salud de una persona, pero lo que s¨ª sabemos es que a nivel colectivo esto tiene una gran importancia socioecon¨®mica¡±, subraya. ¡°Estas diferencias se notan mucho a escala de un barrio entero o una poblaci¨®n entera expuesta a altos niveles de contaminaci¨®n¡±.
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