Los l¨ªmites de la ciencia para saber qu¨¦ est¨¢ pasando con los insectos
Aunque los signos que revelan el declive de estos seres vivos son alarmantes, investigadores espa?oles muestran la dificultad para conocer su situaci¨®n real de forma cient¨ªfica incluso con las mejores colecciones de datos
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Con los insectos se da una inquietante paradoja: los entom¨®logos llevan tiempo avisando de que cada vez son m¨¢s las se?ales alarmantes sobre su situaci¨®n (gente de cierta edad puede incluso percibir por ella misma que algo ha cambiado en el campo); sin embargo, desde un punto de vista cient¨ªfico, la falta de datos continuados sobre las poblaciones de estos peque?os seres hace muy dif¨ªcil calibrar la verdadera envergadura del problema. Y esto a su vez complica tambi¨¦n la posible respuesta. Ahora un estudio de investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN), la Universidad de Murcia y dos instituciones brit¨¢nicas, publicado en Biodiversity and Conservation, muestra que esta barrera para saber lo que est¨¢ ocurriendo con estos artr¨®podos no desaparece ni siquiera con los inventarios m¨¢s completos que existen.
¡°Nos preguntamos cu¨¢les son los mejores datos de insectos del mundo y encontramos que estos son los de mariposas en Gran Breta?a¡±, cuenta Jorge Lobo, entom¨®logo del MNCN, que explica que existen m¨¢s de 10 millones de registros de 58 especies de lepid¨®pteros en este territorio recopilados durante m¨¢s de 200 a?os, de 1800 a 2014. Una cantidad de informaci¨®n excepcional para los insectos solo disponible en escasos lugares como este por la gran afici¨®n naturalista brit¨¢nica y por la atracci¨®n concreta a las bellas mariposas.
Aunque ya se ha llegado a hablar de ¡°apocalipsis de los insectos¡±, existen distintas complicaciones para demostrar de forma cient¨ªfica el colapso de estos animales. Como se?ala Lobo, una de ellas es que entre estos artr¨®podos son comunes las fuertes variaciones interanuales en sus poblaciones, con bruscas bajadas y subidas. Puede ocurrir que un simple temporal en el momento inadecuado o un fuerte impacto de origen humano haga caer los ejemplares de una especie en una determinada zona y que un tiempo despu¨¦s vuelva a multiplicarse su n¨²mero. Para determinar que se est¨¢ produciendo realmente un declive se necesitan inventarios continuados para poder comparar en distintos lugares y en periodos largos, lo que resulta bastante raro para estas especies en el conjunto del planeta.
En el caso de las mariposas de Gran Breta?a, con tantos registros desde 1800 para una cantidad no tan elevada de especies (hay casi el mismo n¨²mero de lepid¨®pteros en la ciudad de Madrid) se podr¨ªa pensar que ya se conoce todo sobre la distribuci¨®n de estos insectos en esta ¨¢rea del mundo. Seg¨²n el investigador del MNCN, ¡°la sorpresa es que no¡±. Los cient¨ªficos espa?oles detectaron que el inventario estaba incompleto en un tercio del territorio analizado, en concreto, en bastantes sitios del norte de Gran Breta?a. ¡°Nos preguntamos por qu¨¦ y nos dimos cuenta de que esto se debe a la entrada en estas zonas septentrionales de especies que provienen del sur. La naturaleza es din¨¢mica y por eso nuestra capacidad para detectar lo que est¨¢ ocurriendo es limitada¡±, destaca Lobo.
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A pesar de su tama?o, los insectos pueden moverse kil¨®metros para buscar mejores condiciones, lo que de nuevo complica saber lo que est¨¢ sucediendo. ¡°A veces no se produce tanto una extinci¨®n como un cambio en la distribuci¨®n¡°, indica el investigador. ¡°Lo que tenemos hoy no nos permite conocer la verdad, pues en el momento en el que logramos suficiente informaci¨®n, la verdad ha cambiado¡±, se?ala.
Aun as¨ª, esto no hace desaparecer la monta?a de evidencias que advierten sobre el retroceso de estos artr¨®podos. Como advierte Lobo, hay datos preocupantes: ¡°Somos bastantes los cient¨ªficos que aseguramos que hay un declive en las poblaciones de insectos y una p¨¦rdida de biodiversidad notable¡±.
Investigaciones en Alemania, el Reino Unido o Puerto Rico han registrado incre¨ªbles desplomes de la biomasa de insectos, es decir, del peso de estos animales en determinadas ¨¢reas. Y, en Espa?a, el propio investigador del MNCN ha constatado una dr¨¢stica ca¨ªda de los escarabajos peloteros (aquellos que construyen y ruedan bolas de excremento). En las colectas de esta familia de escarabajos anteriores a 1950, alrededor de un 30% correspond¨ªan a peloteros, pero en la actualidad no llegan al 5%. ¡°Blanco y en botella, la diferencia es tan notoria que no caben otras explicaciones¡±, incide Lobo.
Sin embargo, hay otros resultados discrepantes. Tambi¨¦n en Espa?a, un estudio de 2018 del investigador Carlos Herrera en la sierra de Cazorla no encontr¨® ning¨²n declive en la abundancia de polinizadores entre 1997 y 2017 a pesar de cambios significativos en la temperatura o las precipitaciones, lo que sugiere que la reducci¨®n no es igual en todas partes.
Una revisi¨®n de 73 trabajos cient¨ªficos publicada en 2019 en Biological Conservation, del ec¨®logo espa?ol Francisco S¨¢nchez-Bayo, de la Universidad de S¨ªdney (Australia), advert¨ªa de que al ritmo actual un 40% de las especies de insectos podr¨ªan extinguirse en las pr¨®ximas d¨¦cadas. Pero poco despu¨¦s cient¨ªficos finlandeses de la Universidad de Jyv?skyl? respondieron a este art¨ªculo con un an¨¢lisis en Rethinking Ecology en el que acusaban a la investigaci¨®n de alarmista y criticaban algunos aspectos de la metodolog¨ªa, sin poner en duda el declive de los insectos.
¡°El patr¨®n que emerge es preocupante, pero tenemos solo datos puntuales. Desde un punto de vista cient¨ªfico no deber¨ªamos ser alarmistas si los datos no son completamente fiables, pero es que las se?ales son alarmantes y hay que decirlo¡±, destaca Lobo.
?C¨®mo conseguir remediar la falta de datos fiables si no son suficientes ni siquiera las mejores colecciones de registros del mundo? Para solucionar esta falta de informaci¨®n, teniendo en cuenta el movimiento din¨¢mico de la naturaleza, los investigadores de este trabajo consideran que cada pa¨ªs deber¨ªa elegir una serie de zonas para realizar inventarios continuados. Al igual que existen estaciones meteorol¨®gicas fijas que registran las variaciones del tiempo en cada momento, proponen que haya estaciones de medici¨®n de la biodiversidad.
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