El nuevo campo de batalla de la lucha ecologista: el supermercado
La crisis del mar Menor o el robo del agua en Do?ana aumentan la presi¨®n sobre los agricultores, que ven c¨®mo los hipermercados europeos, y ahora tambi¨¦n algunas cadenas presentes en Espa?a, les piden que rindan cuentas
Quiz¨¢s la soluci¨®n a los graves problemas del mar Menor y al robo del agua en Do?ana no est¨¦ en los campos de Murcia y Huelva, ni en los despachos de Madrid o en los tribunales. Tal vez la clave est¨¦ en la secci¨®n de frutas y verduras de un supermercado de Berl¨ªn, de M¨¢nchester o de Gij¨®n. Porque la batalla ecologista contra las malas pr¨¢cticas de la agroindustria se est¨¢ trasladando precisamente ah¨ª, al s¨²per. Presionadas por los consumidores, varias cadenas centroeuropeas llevan a?os sigui¨¦ndole la pista a las frutas y hortalizas en el sur de Espa?a, el segundo pa¨ªs con m¨¢s producci¨®n agr¨ªcola de la UE. M¨¢s del 90% de las exportaciones espa?olas de estos productos tienen como destino precisamente los mercados de la Uni¨®n, por lo que las acciones que tomen los supermercados europeos tienen una importancia vital. Tras el en¨¦simo episodio de mortandad de peces en el mar Menor, la cadena alemana ALDI ha sido la ¨²ltima en tomar una medida de presi¨®n: ha anunciado que rechazar¨¢ a partir de ahora vender frutas y verduras que contribuyan a agravar el problema del uso irregular del agua en las zonas m¨¢s conflictivas de Espa?a, como Murcia, Huelva y Daimiel. La medida afectar¨¢ a sus alrededor de 5.000 supermercados repartidos por nueve pa¨ªses europeos, incluidos los 350 establecimientos que tiene en Espa?a.
Nico Muzi, director en Europa de la ONG Mighty Earth, dedicada al seguimiento de los efectos negativos de la agricultura en el medioambiente y los derechos humanos, cree que los consumidores de Alemania, Reino Unido, B¨¦lgica y Francia ¡°son de los m¨¢s concienciados del mundo respecto a los impactos de la agricultura industrial¡±. Esta organizaci¨®n ha sido una de las que ha empujado para que la Comisi¨®n Europea elaborara la nueva ley contra la deforestaci¨®n que se acaba de presentar y que veta en la UE las importaciones de productos que favorezcan la reducci¨®n de los bosques tropicales. La norma se centra mucho en la huella que deja el consumo europeo en la Amazonia y el sudeste asi¨¢tico. Pero Muzi advierte: ¡°Nuestro nivel de consumo y nuestra forma de abaratar los costes hacen que no solo haya impactos en Sudam¨¦rica o Asia, sino tambi¨¦n en los valiosos ecosistemas que a¨²n quedan en Europa¡±. En su opini¨®n, el caso del mar Menor puede ser un ¡°punto de inflexi¨®n¡± al tratarse de un impacto local dentro de la UE, en un litoral que no le es ajeno al consumidor centroeuropeo. ¡°Para un ciudadano alem¨¢n, por ejemplo, el litoral de Murcia o de Almer¨ªa forma parte de su vida porque lo conoce bien¡±, explica Muzi.
Las patronales de agricultores saben que cada reportaje que los medios de comunicaci¨®n europeos difunden sobre da?os medioambientales por el uso irregular del agua en Murcia y Huelva, pero tambi¨¦n por la falta de reciclado del pl¨¢stico agr¨ªcola que cubre los invernaderos en Almer¨ªa, es una puerta que se les cierra para mantener o ampliar mercados dentro del continente. ¡°Tras el primer colapso ecol¨®gico del mar Menor, emitieron un documental en Inglaterra y, a la semana, los distribuidores ingleses llamaron porque quer¨ªan asegurarse de que no contribu¨ªan a ese problema¡±, ilustran fuentes del sector que piden el anonimato. En el Reino Unido, la organizaci¨®n Ethical Consumer publica una gu¨ªa que analiza la ¨¦tica y el respeto al medio ambiente detr¨¢s de 40.000 productos de 23 supermercados.
Desde Alemania, la cadena Edeka, que contrata empresas de teledetecci¨®n para verificar la localizaci¨®n de sus fincas y el uso legal del agua en Huelva, defiende: ¡°Nuestros empleados y empresas externas realizan visitas con frecuencia a las fincas para detectar cualquier violaci¨®n de los sistemas de certificaci¨®n. Los operadores del sur de Espa?a nos dan evidencias de la legalidad del agua empleada¡±, subrayan fuentes de la cadena, con 4.100 tiendas en Alemania, informa Elena G. Sevillano.
Hasta ahora la pelea para exigir a los agricultores espa?oles altos est¨¢ndares medioambientales solo la libraban gigantes brit¨¢nicos y alemanes como Tesco y Edeka, que mandaban con regularidad a sus propios auditores a Huelva para verificar que sus proveedores de fresas no esquilmaban el acu¨ªfero bajo los humedales m¨¢s valiosos de Europa. La mayor¨ªa de grandes cadenas espa?olas alegan que manten¨ªan una relaci¨®n de confianza con sus proveedores tradicionales y estos sol¨ªan mostrar licencias de riego cuya veracidad no era comprobada m¨¢s tarde con las confederaciones hidrogr¨¢ficas que las autorizan.
Pero el desastre del mar Menor ha hecho que ALDI mueva ficha tambi¨¦n en sus supermercados localizados en Espa?a. Adem¨¢s de interrogar a 80 productores murcianos para que aclaren si son ajenos a los pozos y plantas desalobradoras ilegales, el grupo analizar¨¢ el riego de sus 16 art¨ªculos de fruta y verdura m¨¢s vendidos procedentes de Andaluc¨ªa, Murcia, Castilla-La Mancha, Comunidad Valenciana y Madrid, identificados como ¡°puntos calientes¡± con escasez y mala calidad del agua. ¡°Hay un efecto est¨¦tico en la decisi¨®n de esta cadena, pero no he visto un movimiento tan grande hasta ahora¡±, opina Jes¨²s de la Cort, consultor internacional para los objetivos de desarrollo sostenible de Naciones Unidas y que trabaja para empresas onubenses que cultivan frutos rojos, el 80% de cuya producci¨®n se exporta a Europa.
Si hace d¨¦cadas la preocupaci¨®n era la seguridad alimentaria para evitar posibles intoxicaciones del consumidor, ahora el foco del consumidor responsable ha virado hacia la sostenibilidad medioambiental. ¡°Las secciones de productos ecol¨®gicos en los supermercados europeos se est¨¢n multiplicando¡±, pone como ejemplo Muzi, quien recuerda que la Comisi¨®n Europea tiene en marcha una estrategia, respaldada ya por los Veintisiete, para impulsar una producci¨®n m¨¢s verde. El compromiso es que al menos el 25% de las tierras agr¨ªcolas de la UE sean de producci¨®n ecol¨®gica a finales de esta d¨¦cada. Adem¨¢s, Bruselas est¨¢ haciendo un marcaje a los efectos negativos de la agroindustria y la ganader¨ªa; y acaba de denunciar a Espa?a ante el Tribunal de Justicia de la UE por no evitar la contaminaci¨®n con nitratos de las masas de agua. El Ministerio de Agricultura espa?ol ha rechazado ofrecer su visi¨®n a EL PA?S para este reportaje.
La inmensa mayor¨ªa de las cadenas de supermercados espa?olas disponen del sello Global Gap, pero este no obliga a los agricultores a justificar la procedencia del agua con la que riegan. Poco a poco, se ha extendido por centroeuropa el m¨®dulo Spring, que obliga a los auditores a pisar el terreno y verificar que el regad¨ªo coincide con la cartograf¨ªa p¨²blica de cultivos legales y que en Huelva fij¨® la Junta andaluza en un plan de 2014. Los grandes grupos espa?oles de distribuci¨®n responden que conf¨ªan en los certificados que les remiten los agricultores desde Huelva. Spring, en cambio ¨Dahora un anexo adquirido por Global Gap¡ª, multiplica el trabajo y la inversi¨®n para comprobar los permisos de riego. Prueba de ello es que ALDI ha debido posponer su exigencia a los proveedores de contar con Spring del pr¨®ximo 1 de enero hasta el 1 de julio de 2022.
Ignacio Ortiz, director general de la Asociaci¨®n Espa?ola de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados (Asedas), sostiene que su organizaci¨®n, que aglutina los intereses del 75% del sector de la distribuci¨®n, ¡°no puede hacer recomendaciones¡±: ¡°No es nuestra funci¨®n y, adem¨¢s, las normas de defensa de la competencia nos lo impiden¡±. Sobre el riego con agua ilegal, Ortiz a?ade: ¡°Hablamos de graves incumplimientos de normas medioambientales, que las autoridades deben empezar por perseguir y eliminar. La mayor¨ªa de productores cumple las normas y, antes de plantear otras exigencias de calidad, los distribuidores necesitamos que las autoridades hagan su trabajo y eliminen actuaciones ilegales¡±.
¡°Si las cadenas no se ponen las pilas para garantizar el uso legal del agua, tendr¨¢n problemas por las exigencias de los consumidores¡±, augura Felipe Fuentelsaz, coordinador de agricultura en WWF. Esta organizaci¨®n conservacionista ha elaborado una herramienta global para compa?¨ªas e inversores ¡ªllamada filtro del riesgo del agua¡ª que identifica un mapa de puntos calientes con escasez h¨ªdrica que se?ala en la Pen¨ªnsula a Murcia, Daimiel, Segovia, ?vila, Sevilla y Huelva. En todo el mundo, Espa?a encabeza la clasificaci¨®n denominada ¡°riesgo f¨ªsico¡±, que mide si las extracciones son acordes con la disponibilidad natural de recursos, solo despu¨¦s de pa¨ªses como Israel, L¨ªbano o Jordania.
¡°Es un paso importante, pero los supermercados espa?oles deben asegurarse de la capacitaci¨®n de los auditores y certificadores para conocer la normativa legal del contexto que auditen¡±, advierte Fuentelsaz, que ha elaborado la gu¨ªa de WWF para que los supermercados verifiquen el uso legal del agua en la agricultura. Desde el otro lado de la barrera en esta lucha, el presidente de la asociaci¨®n de los productores onubenses Interfresa, Jos¨¦ Luis Garc¨ªa-Palacios, alega sobre los agricultores irregulares: ¡°Nosotros ni animamos ni limitamos, pedimos que se cumpla la ley, porque en Huelva cada gota de agua cuenta. No toleramos a los que incumplen la normativa, pero desde luego tendremos que buscar una soluci¨®n entre todos, la v¨ªa no puede ser denunciar en Europa, que nos da una imagen nefasta¡±. La patronal fresera ha contratado a un equipo de expertos que dise?e un plan estrat¨¦gico para ¡°la sostenibilidad medioambiental y la responsabilidad humana¡±, as¨ª como un comit¨¦ ¨¦tico de buenas pr¨¢cticas.
Los invernaderos onubenses son un mar de contrastes entre las t¨¦cnicas de riego m¨¢s avanzadas y eficientes, los pozos ilegales, cultivos en hidropon¨ªa en auge ¡ªcon las ra¨ªces en un sustrato mineral elevado sobre el suelo¡ª y la miseria de los braceros inmigrantes empleados para doblar el espinazo y recoger bayas. Fuentelsaz, que cifra los cultivos ilegales en 1.653 hect¨¢reas gracias a la teledetecci¨®n por sat¨¦lite, concluye con una advertencia: ¡°Tenemos que ser valientes: los consumidores exigiendo, la Administraci¨®n velando por que se cumpla la ley y la distribuci¨®n chequeando sus proveedores para ofrecer productos saludables. Todos remando en la misma direcci¨®n porque siguen creciendo fincas ilegales que introducen su producto en el mercado¡±.
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