Ola de calor en el lugar m¨¢s fr¨ªo del planeta: qu¨¦ significa que haya 40 grados de m¨¢s en la Ant¨¢rtida
Los cient¨ªficos advierten del aumento de la frecuencia de estos episodios en las zonas polares, lo que tendr¨¢ importantes consecuencias por el deshielo
Hace unos d¨ªas, los term¨®metros registraron una marca ins¨®lita en la Ant¨¢rtida. En la base italofrancesa de Concordia, a 75 grados Sur de latitud, en la zona m¨¢s fr¨ªa del planeta, se midieron 40 grados de temperatura por encima de la media. Si por esas fechas, lo habitual son unos -55?, el 18 de marzo los term¨®metros marcaron -12?. Fr¨ªo, pero mucho menos de lo esperado. Aunque no hubo deshielo, las im¨¢genes satelitales de Sentinel detectaron en la costa c¨®mo en el glaciar Totten aument¨® tambi¨¦n el calor, y se pod¨ªa ver una nieve m¨¢s oscura (signo de que se trata de capas m¨¢s antiguas). Mientras tanto, en el otro extremo del planeta, en el ?rtico, se registr¨® tambi¨¦n una ola de calor que aument¨® la temperatura 30 grados por encima de su media para un mes de marzo. Y sin sol.
La Ant¨¢rtida y el ?rtico no dejan de batir r¨¦cords de temperaturas que est¨¢n poniendo en entredicho las peores previsiones de los modelos sobre el cambio clim¨¢tico en el planeta. Para finales de siglo, varios cient¨ªficos prev¨¦n que la cantidad de olas de calor polar como estas se dupliquen en la mayor parte de la Ant¨¢rtida Occidental y se tripliquen en el vasto interior de la Ant¨¢rtida oriental, incluso en un escenario moderado de cambio clim¨¢tico. As¨ª lo alertan en un art¨ªculo publicado en la revista Nature, y los ¨²ltimos eventos parecen confirmarlo. Tambi¨¦n en el ?rtico estas subidas son cada vez m¨¢s comunes.
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Las consecuencias: se prev¨¦ el aumento de un deshielo polar que no solo incrementar¨¢ el nivel del mar en toda la Tierra, sino que trastocar¨¢ las corrientes oce¨¢nicas y con ellas, la vida tal como la conocemos, al ponerse en riesgo el fr¨¢gil equilibrio de los hielos, especialmente en la Ant¨¢rtida Occidental y el ?rtico.
¡°En general, ambas oleadas en los polos tienen que ver con el cambio clim¨¢tico, pero no est¨¢n conectadas; es normal que hayan acabado coincidiendo en el tiempo porque en el ?rtico cada son m¨¢s frecuentes, pero lo m¨¢s incre¨ªble en este caso es su amplitud, especialmente en la Ant¨¢rtida. Cuarenta grados de diferencia sobre lo normal son muchos grados m¨¢s¡±, se?ala el cient¨ªfico chileno Ra¨²l Cordero, de la Universidad de Santiago de Chile, firmante del trabajo en Nature.
Y es que no es un hecho aislado. Cordero recuerda que el 7 de enero se midieron 11,4? en la base argentina Belgrano II, situada muy al sur, en el mar de Weddell, y un mes despu¨¦s, el 8 de febrero, hubo otra subida espectacular en la pen¨ªnsula Ant¨¢rtica (13,7? en la base coreana King Sejong y hasta 12? en la base ucrania Vernadsky), lo que provoc¨® el derrumbe de una plataforma de hielo de 3.800 kil¨®metros cuadrados. Aunque no se ha llegado a los 18,2? r¨¦cord de hace dos a?os, si a eso se a?ade que ha sido el verano austral con menos banquisa (placas de hielo flotante) desde hace 45 a?os, el panorama, dicen los expertos, no aventura buenas noticias.
¡°Las olas de calor pueden causar importantes episodios de deshielo y un aumento de las nevadas o las precipitaciones. En el interior de la Ant¨¢rtida, suponen m¨¢s nevadas, pero en la costa traen lluvia y deshielo, justo lo que ha pasado ahora. De cara al futuro, tambi¨¦n se prev¨¦ que haya m¨¢s nevadas, pero el derretimiento aumentar¨¢ mucho m¨¢s. Estos episodios, adem¨¢s, incrementan la inestabilidad de los acantilados de hielo: la nieve se derrite dentro por el calor y al recongelarse presiona sobre sus paredes y los desintegra. Todo ello puede acelerar la p¨¦rdida de masa de hielo. Solo la Ant¨¢rtida se prev¨¦ que aumente entre 1 y 1,7 metros el nivel del mar global para 2100¡å, explica la investigadora Irina Gorodetskaya, de la Universidad de Aveiro (Portugal), autora principal en el sexto informe del IPCC (el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Clim¨¢tico).
De hecho, pocos d¨ªas despu¨¦s de la ola de calor, la plataforma de hielo milenario conocida como ¡®Conger¡¯, justo en la Ant¨¢rtida Oriental, y con una extensi¨®n de entre 800 y 1.200 kil¨®metros cuadrados seg¨²n los primeros c¨¢lculos, colaps¨® totalmente, como han detectado los sat¨¦lites. Esta plataforma se ven¨ªa debilitando desde hace tiempo y seg¨²n algunas fuentes , la subida de las temperaturas podr¨ªa haber sido la puntilla.
Conger ice shelf in East #Antarctica, with a surface of ~1,200 square kms (460 square miles), has collapsed
— World Meteorological Organization (@WMO) March 28, 2022
This coincided with record heat in the coldest part of the world and record low Antarctic sea ice#Sentinel2 ???? images via @defis_eu ¨L?before and ¨K?after#ClimateChange pic.twitter.com/LbNbZKzhFS
La explicaci¨®n cient¨ªfica de c¨®mo se produjo esta ¨²ltima ola de calor en una zona donde el impacto del cambio clim¨¢tico ha sido menor est¨¢ en los r¨ªos atmosf¨¦ricos. Hay que recordar que no lejos de esa base Concordia est¨¢ la rusa Vostok, que tiene desde hace casi 40 a?os el r¨¦cord de temperatura m¨¢s fr¨ªa registrada en la Tierra, con -89?. ¡°La Ant¨¢rtida Oriental siempre ha sido muy fr¨ªa ¡ªse?ala Cordero¡ª pero en este caso, un r¨ªo atmosf¨¦rico llev¨® aire h¨²medo y m¨¢s c¨¢lido desde Australia hasta el Domo C, donde est¨¢ Concordia, y se qued¨® atrapado, haciendo un efecto de microinvernadero¡±.
Esos r¨ªos c¨¢lidos no suelen llegar hasta all¨ª porque hay una muralla de vientos circumpolares que llegan desde poniente y que impiden su entrada. ¡°Ha sido algo excepcional¡±, comenta el meteor¨®logo Sergi Gonz¨¢lez, investigador del grupo ant¨¢rtico de Agencia Estatal de Meteorolog¨ªa (Aemet). ¡°Ahora, el agujero de la capa de ozono refuerza estos vientos y adem¨¢s, en marzo, esa muralla est¨¢ m¨¢s reforzada. Habr¨¢ que investigarlo, pero lo importante es la acumulaci¨®n de este tipo de eventos, al final son m¨¢s las olas de calor que las de fr¨ªo y si no hubiera un cambio clim¨¢tico global, su n¨²mero ser¨ªa igual¡±.
A¨²n trat¨¢ndose de episodios concretos, es la repetici¨®n de estas anomal¨ªas y su intensidad en los ¨²ltimos a?os lo que aumenta la alarma, y los expertos temen que incluso los modelos clim¨¢ticos actuales, que luego se recogen en los informes de expertos del IPCC, pueden estar subestimando la realidad. ¡°Como vemos con esta reciente ola de calor en la Ant¨¢rtida, los modelos son muy conservadores, dir¨ªa yo, y la realidad nos demuestra que el cambio clim¨¢tico no es cuesti¨®n del futuro, sino del presente. Estos eventos extremos a¨²n no se comprenden bien, y los modelos clim¨¢ticos pueden subestimarlos¡±, reconoce la cient¨ªfica Gorodetskaya desde Portugal.
En todo caso, que el cambio clim¨¢tico afecta a la Ant¨¢rtida no es nuevo. Trece de las 17 estaciones meteorol¨®gicas que llevan m¨¢s de 30 a?os midiendo las temperaturas ya registran aumentos en sus medias anuales; y los investigadores auguran que para finales de este siglo, las olas de calor en la zona oriental aumentar¨¢n su duraci¨®n de 9 a 25 d¨ªas por temporada y en la zona occidental de 9 a 18 d¨ªas. Tambi¨¦n lo har¨¢n las temperaturas, hasta en cinco grados, si bien consideran que seguir¨¢n por debajo de cero en el interior de la meseta ant¨¢rtica.

¡°Las proyecciones muestran no solo que las olas de calor polares aumentar¨¢n en el futuro, sino que cada fracci¨®n del grado del calentamiento global importa: las temperaturas extremas que ocurr¨ªan una vez cada 50 a?os en un clima sin influencia humana, ahora puede que se presenten cada 10 a?os y para un nivel de calentamiento global de dos grados, ser¨¢n 14 veces m¨¢s frecuentes¡±, alerta Gorodetskaya. Con todo, las emisiones contaminantes que lo provocan siguen aumentando a nivel global, y el actual contexto internacional no favorece que se tomen medidas dr¨¢sticas.
¡°Si esta diferencia de 40 grados hubiera ocurrido en la pen¨ªnsula Ant¨¢rtica, hubiera habido en pocos d¨ªas un deshielo de a?os¡±, se?ala Francisco Navarro, especialista en glaciares de la Universidad Polit¨¦cnica de Madrid. Navarro tiene muy presente el deshielo que se produjo en la ola de calor de 2020 en los glaciares que monitoriza desde hace d¨¦cadas en Isla Livingston. ¡°La onda t¨¦rmica puede tardar un a?o en penetrar a 15 metros de profundidad y si es persistente, el problema a¨²n es mayor¡±, asegura.
Menos ha sorprendido la ola de calor en el ?rtico, ya en una situaci¨®n de deshielo alarmante que casi triplica la del resto del planeta. All¨ª estos aumentos de temperatura puntuales afectan con inmediatez a sus habitantes y a la fauna e incrementan el riesgo de incendios forestales. En el ?rtico siberiano, en verano de 2020, se han llegado a registrar 38? y en Groenlandia, en agosto de 2021, hubo 23,4? en otra oleada c¨¢lida. Ahora se han acercado, en pleno invierno y sin sol en el horizonte, a los cero grados en algunas zonas.
¡°En la Ant¨¢rtida, el impacto no es tan sensible inmediatamente, pero tambi¨¦n la fauna sufre. Adem¨¢s, nos falta comprensi¨®n de los llamados episodios de alto impacto y baja probabilidad, como es un hundimiento repentino de la capa de hielo de la Ant¨¢rtida Occidental, pero las consecuencias en aumento del nivel del mar y la desestabilizaci¨®n del sistema clim¨¢tico ser¨ªan enormes, si no catastr¨®ficas, se?ala Gorodetskaya, que en unos d¨ªas viaja al ?rtico para volar en el HALO, el Avi¨®n de Investigaci¨®n de Gran Altitud y Largo Alcance de Alemania. ¡°Volar¨¦ a lo largo de las intrusiones de aire c¨¢lido para medir la transformaci¨®n de esa masa de aire en su ruta. Quiero comprobar la transici¨®n de nevadas a lluvias en r¨ªos atmosf¨¦ricos tanto en el ?rtico como en la Ant¨¢rtida¡±, explica. Precisamente, el HALO estos d¨ªas pasados ya vol¨® sobre el ¡°r¨ªo de viento c¨¢lido¡± que llegaba a Groenlandia desde Canad¨¢.
Sobre si podremos volver a la situaci¨®n previa al calentamiento global en los polos, no es optimista: ¡°Podemos ralentizarlo, pero la respuesta del sistema ant¨¢rtico es irreversible. Incluso si se desacelera o se detiene, el impacto durar¨¢ m¨¢s de 100 o incluso 1.000 a?os. Cada grado m¨¢s de temperatura y cada ola de calor compromete a varias generaciones futuras a volcarse en las llamadas emisiones negativas, es decir, a reducir el carbono en la atm¨®sfera, incluso mucho despu¨¦s de que las emisiones humanas lleguen a cero. Los cambios en el hielo marino del ?rtico s¨ª que son reversibles porque var¨ªan de forma lineal con la temperatura global de la superficie, no hay un punto de inflexi¨®n. Pero cuanto m¨¢s esperemos, mayor ser¨¢ el impacto y m¨¢s largo ser¨¢ el per¨ªodo de irreversibilidad¡±.
En lo que todos coinciden es en que habr¨¢ que seguir investigando en ambos polos para comprender mejor estos fen¨®menos y sus impactos, pero que las acciones para frenar las emisiones que los provocan son urgentes y no hay conflicto que las deba frenar.
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