El PP fracasa en su intento en el Congreso de recuperar la caza del lobo
Los populares agitan de nuevo la batalla cultural sobre la ganader¨ªa y el ambientalismo, a la que se suma Vox
La ganader¨ªa y el medio ambiente funcionan como un c¨®ctel perfecto para desatar en el Congreso de los Diputados una de esas batallas culturales que se agitan al olor de las elecciones. Ocurri¨® en los pasados comicios en Castilla y Le¨®n a cuenta de las macrogranjas y este martes, con la cita andaluza ya acechando, reapareci¨® en la arena parlamentaria, ahora con la protecci¨®n especial otorgada al lobo como motivo. Por quinta vez en lo que va de legislatura, el PP llev¨® el asunto al Parlamento, en esta ocasi¨®n en forma de propuesta de ley para la ¡°conservaci¨®n del lobo¡±, cuyo prop¨®sito fundamental en la pr¨¢ctica era derogar la prohibici¨®n de cazarlo aprobada por el Gobierno el pasado septiembre. Como en todos los intentos anteriores, el PP se top¨® con la negativa de la izquierda. A cambio, propici¨® uno de esos choques ideol¨®gicos en los que siempre sobresale el verbo desatado de Vox y, con ¨¦l, la gresca inevitable.
Era el lobo, pero era mucho m¨¢s que el lobo. La derecha trataba de nuevo de fijar la idea de que el Gobierno est¨¢ empe?ado en una ¡°demonizaci¨®n de la ganader¨ªa¡±, en palabras de la diputada popular Milagros Marcos, cuando no directamente en ¡°destruir Espa?a¡±, seg¨²n el diagn¨®stico siempre m¨¢s subido de tono de un miembro de Vox, ?ngel L¨®pez Maraver en este caso. Por ah¨ª acab¨® derivando parte del debate, en el que emergieron de nuevo las declaraciones de hace meses del ministro de Consumo, Alberto Garz¨®n, contra la macrogranjas, que tanto juego dieron a la derecha en la campa?a de Castilla y Le¨®n.
Marcos, en su defensa de la iniciativa, argument¨® el rechazo comunidades aut¨®nomas y organizaciones del campo a las nuevas normas de protecci¨®n del lobo. Se?al¨® que en el ¨²ltimo a?o se han registrado 14.000 ataques a reses, ¡°40 al d¨ªa,¡± y que la poblaci¨®n de la especie ¡°ha aumentado en 142 manadas en 10 a?os¡±, un dato que se permiti¨® vincular con la desaparici¨®n de 80.000 explotaciones ganaderas. Su relato fue dram¨¢tico por momentos. ¡°Los ganaderos lloran de impotencia y viven con el coraz¨®n en un pu?o¡±, asegur¨®. La diputada popular, palentina, refiri¨® su propia experiencia: ¡°El otro d¨ªa sal¨ª a correr y me encontr¨¦ diez lobos¡±. Y concluy¨®: ¡°?A qui¨¦n debemos proteger m¨¢s, al lobo o a la gente?¡±.
Nadie puso m¨¢s ah¨ªnco en rebatir al PP que Juantxo L¨®pez de Uralde, el antiguo activista de Greenpeace que ahora ejerce de portavoz verde de Unidas Podemos. Cuando solo han transcurrido ocho meses desde la prohibici¨®n de cazar lobos, argument¨® L¨®pez de Uralde, es ¡°absolutamente imposible que se hayan producido los efectos¡± descritos por la diputada del PP. El diputado ecologista sostuvo que la poblaci¨®n de lobos en Espa?a est¨¢ estancada y minimiz¨® los da?os que ocasionan en la ganader¨ªa al asegurar que las v¨ªctimas de sus ataques no suman m¨¢s del 0,004% del total de reses. Para estos casos, insisti¨®, la Administraci¨®n ha creado una l¨ªnea de indemnizaciones a la que se destinaron el pasado a?o alrededor de 1,5 millones de euros.
Los argumentos del PP encontraron eco en diputados de comunidades con fuerte presencia ganadera. Uno de los m¨¢s furibundos cr¨ªticos del Gobierno, Isidro Mart¨ªnez Oblanca, de Foro Asturias, situ¨® la prohibici¨®n de cazar el lobo entre las ¡°grandes fechor¨ªas¡± de Pedro S¨¢nchez. Pero tambi¨¦n un aliado habitual del Ejecutivo, el regionalista c¨¢ntabro Jos¨¦ Mar¨ªa Maz¨®n, apoy¨® la propuesta del PP con una vehemencia poco habitual en ¨¦l: ¡°Desde septiembre en Cantabria ha habido 506 ataques con 690 cabezas de ganado muertas. Una cosa es proteger el lobo y otra permitir que lleguen a sus pueblos, entren en sus explotaciones y maten su ganado¡±. El PNV no apoy¨® la propuesta del PP porque consider¨® que impon¨ªa una regulaci¨®n a las comunidades aut¨®nomas, aunque su diputado Joseba Agirretxea se mostr¨® de acuerdo en que son necesarias medidas para proteger m¨¢s a los ganaderos.
Insultos de la ultraderecha
El debate estaba siendo intenso, sin llegar a las provocaciones ni a los ataques personales, hasta que compareci¨® Vox. Si Unidas Podemos hab¨ªa puesto en escena a su m¨¢s acreditado ecologista, la extrema derecha sac¨® a ?ngel L¨®pez Maraver, expresidente de la Federaci¨®n Espa?ola de Caza. Sus primeras palabras quisieron ser l¨ªricas: ¡°Esta ma?ana, al alba, en esas primeras luces que desperezan al choch¨ªn y al arcentor, mientras muchos de sus se?or¨ªas de este Gobierno socialcomunista a¨²n arrugaban las s¨¢banas, el lobo ha vuelto a matar¡±. Tras la lira, el estoque: L¨®pez Maraver llam¨® ¡°Teresita Rojo¡± a la vicepresidenta de Transici¨®n Ecol¨®gica, Teresa Ribera, y ¡°ecolojetas de moqueta¡± a los miembros de Unidas Podemos.
La bancada del Gobierno reaccion¨® indignada. ¡°?A usted no le han educado? ?No le han dicho que no se debe insultar?¡±, se revolvi¨® el socialista Omar Anguita. ¡°No podemos normalizar el insulto¡±, protest¨® L¨®pez de Uralde pidiendo amparo a la Mesa. As¨ª suelen acabar esto que llaman batallas culturales.
Puedes seguir a CLIMA Y MEDIO AMBIENTE en Facebook y Twitter, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.