Vecinos y ecologistas abren el debate del peaje urbano anticontaminaci¨®n en Barcelona
La propuesta busca penalizar a los veh¨ªculos con uno o dos pasajeros, que pagar¨ªan cuatro euros al d¨ªa
Barcelona da una vuelta de tuerca en la lucha contra la contaminaci¨®n que provoca el tr¨¢fico y abre un nuevo debate: el peaje urbano. Entidades vecinales y ecologistas de la capital catalana han puesto sobre la mesa un peaje como el que desde hace a?os tienen ciudades como Mil¨¢n, Londres o Estocolmo. L...
Barcelona da una vuelta de tuerca en la lucha contra la contaminaci¨®n que provoca el tr¨¢fico y abre un nuevo debate: el peaje urbano. Entidades vecinales y ecologistas de la capital catalana han puesto sobre la mesa un peaje como el que desde hace a?os tienen ciudades como Mil¨¢n, Londres o Estocolmo. La propuesta busca disuadir el uso individual del coche y supondr¨ªa pagar cuatro euros al d¨ªa a los veh¨ªculos que circulen con solo uno o dos ocupantes, lo que permitir¨ªa reducir el tr¨¢fico un 21%, aseguran, e ingresar 370 millones de euros que se destinar¨ªan a mejorar el transporte p¨²blico, carriles bici y un 10% a la sanidad p¨²blica.
La propuesta llega cuando decenas de ciudades espa?olas preparan Zonas de Bajas Emisiones (ZBE), espacios vetados a los coches m¨¢s contaminantes, tal y como prev¨¦ la Ley del Cambio Clim¨¢tico para las 149 poblaciones de m¨¢s de 50.000 habitantes (o las de 20.000 con m¨¢s poluci¨®n) antes de que acabe este a?o. Barcelona implant¨® su ZBE en 2020 y ya no da m¨¢s de s¨ª: ha conseguido el objetivo que se fij¨®, reducir un 11% las emisiones de di¨®xido de nitr¨®geno (NO2) y rebajar los veh¨ªculos m¨¢s contaminantes del 20% al 4% del parque circulante.
A un a?o de las elecciones municipales de mayo de 2023, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau (BCom¨²), no se plantea endurecer las actuales restricciones, aunque su gobierno ha estudiado nuevas actuaciones, entre las que figuran el peaje y prohibir circular a los veh¨ªculos con etiqueta amarilla de la Direcci¨®n General de Tr¨¢fico. Ahora, los coches, motos o furgonetas que no pueden entrar son los que no tienen etiqueta.
Mientras, y vista la falta de calendario del Ayuntamiento, las entidades como la Plataforma por la Calidad del Aire, Eixample Respira (impulsores de la revuelta escolar para proteger los colegios de la contaminaci¨®n y el ruido) y Ecologistas en Acci¨®n, dan una vuelta de tuerca y han lanzado su propuesta de peaje urbano. Critican la ¡°inacci¨®n¡± de las administraciones y buscan presionarlas. Desde Eixample Respira, Guille L¨®pez recuerda que ¡°el 69% de los coches particulares que entran o salen de la ciudad se desplazan entre zonas donde llega el metro, tranv¨ªa o tren¡± y que ¡°la ocupaci¨®n media de los veh¨ªculos que circulan por Barcelona es de 1,19 personas¡±.
El peaje ¡°es la medida m¨¢s efectiva para disuadir el uso del coche¡±, a?ade, y se?ala que funciona en 19 ciudades europeas, con reducciones de hasta el 30% del tr¨¢fico. ¡°El mensaje es que un coche de una tonelada circulando con una persona de 80 kilos es un privilegio: no te prohibimos circular, pero debes compensar los costes ambientales¡±, defiende, y asegura que cuatro euros estar¨ªa ¡°en la franja baja¡± de los peajes contra la contaminaci¨®n existentes en Europa.
En Barcelona, el ¨¢rea de implantaci¨®n del peaje ser¨ªa la misma que la ZBE (casi 100 kil¨®metros cuadrados que comprenden Barcelona y parte de sus municipios colindantes) y contempla que cualquier veh¨ªculo que circule con una o dos personas pague cuatro euros al d¨ªa. No ser¨ªa un peaje f¨ªsico, con barreras, sino que se controlar¨ªa con c¨¢maras que leen las matr¨ªculas (habr¨ªa que pagar la v¨ªspera) y la Guardia Urbana. Estar¨ªan exentos de la tasa los veh¨ªculos de emergencias, especiales, personas con discapacidad o rentas bajas que necesitan el coche para trabajar. En cambio, la propuesta s¨ª incluye en el pago a transportistas, repartidores y profesionales que para trabajar necesitan un veh¨ªculo (fontaneros, lampistas, carpinteros, etc¨¦tera).
Las patronales del motor, transportistas, comerciantes, hoteleros, restauradores y agentes comerciales ya han puesto el grito en el cielo. Tambi¨¦n entidades como AsoPARC, de afectados por las restricciones de circulaci¨®n. De hecho, el grueso de las patronales o asociaciones que rechazan el peaje son los que recurrieron judicialmente la ZBE. Un recurso que ganaron: la justicia anul¨® la ZBE por ¡°excesiva¡±, pero sigue vigente porque se puede recurrir. El Ayuntamiento ya ha presentado un recurso de casaci¨®n ante el Tribunal Supremo y, mientras, las entidades que llevaron la ZBE a los tribunales piden ejecutar provisionalmente la anulaci¨®n.
Desde el Colegio Oficial de Agentes Comerciales, su director, Jordi Mart¨ª, entiende que ¡°no se puede poner en el mismo saco la movilidad personal y la profesional. No es lo mismo llevar al ni?o al cole en coche, que estar pendiente de un pedido¡±, dice, y a?ade: ¡°No puedes hacer pagar un peaje por baja ocupaci¨®n a trabajadores que la ciudad necesita para funcionar. Los comerciales van solos en el coche¡±. El Gremio de Transportes y Log¨ªstica de Catalu?a recuerda que ¡°cada d¨ªa entran en Barcelona 30.000 furgonetas y camiones¡±. ¡°Es un servicio p¨²blico¡±, recalca su presidente, Antonio Mart¨ªnez, que a?ade que el 80% de ellos son trabajadores del sector aut¨®nomos y ¡°est¨¢n muy tocados por la subida del gas¨®leo¡±.
Colau ya ha respondido que estudiar¨¢ la propuesta, ¡°porque la actual contaminaci¨®n y el hecho de que 1,6 millones de coches que circulan por Barcelona sean de fuera es insostenible¡±. La alcaldesa entiende, con todo, que habr¨ªa que hacerlo ¡°con un amplio consenso¡± y junto al ?rea metropolitana (que congrega la capital y los 35 municipios que la rodean) y la Generalitat.
En el resto de Espa?a, ni Madrid, ni Sevilla, ni Valencia se plantean peajes contra la contaminaci¨®n. En Madrid, lo descartan, se?alan fuentes del ¨¢rea de Medio Ambiente. El plan del alcalde Jos¨¦ Luis Mart¨ªnez-Almeida (PP) pasa por desplegar Madrid 360: 21 anillos con el objetivo de llegar a prohibir la circulaci¨®n de los coches sin etiqueta en 2025. El ¨²ltimo cambio comenz¨® el 1 de mayo. Desde este d¨ªa los coches sin etiqueta de fuera de Madrid no pueden acceder al per¨ªmetro de la M30.
En Sevilla, el alcalde, Antonio Mu?oz (PSOE), ha descartado recientemente el peaje: ¡°No forma parte de las intenciones del Gobierno municipal la aplicaci¨®n de esa medida¡±. A un a?o de las elecciones es una cuesti¨®n inc¨®moda y C¨®rdoba o M¨¢laga est¨¢n en la misma posici¨®n. En 2020, Sevilla puso en marcha el plan Respira para impulsar la movilidad sostenible y reducir las emisiones. En julio restringir¨¢ el tr¨¢fico en el casco antiguo y el conjunto de Triana a vecinos y clientes de establecimientos hoteleros y tur¨ªsticos. En episodios de alta contaminaci¨®n, la zona de bajas emisiones que comprende Sevilla y parte de su entorno no permiten circular a veh¨ªculos sin etiqueta. La Plataforma Sevilla por el Clima exige al ayuntamiento que controle el acceso a la zona de bajas emisiones antes de 2023.
En Valencia, el alcalde Joan Rib¨® (Comprom¨ªs), descarta implantar un peaje urbano porque afectar¨ªa, considera, a las personas con menores rentas. ¡°No nos gusta¡±, ha afirmado el primer edil. Mientras, la Concejal¨ªa de Movilidad Sostenible, que dirige Giuseppe Grezzi, est¨¢ a punto de licitar la estructura t¨¦cnica para implantar las Zonas de Bajas Emisiones. Y en paralelo, Las Naves, un espacio de innovaci¨®n municipal, ha subvencionado un estudio piloto promovido por la Asociaci¨®n Mesura que plantea precisamente implantar una ecotasa en la ciudad. Un plan piloto al que el Ayuntamiento valenciano no se vincula, al menos de momento.
El catedr¨¢tico em¨¦rito de Ingenier¨ªa Ambiental de la Universidad Polit¨¦cnica de Catalu?a, Jos¨¦ Mar¨ªa Baldasano, ac¨¦rrimo defensor de las Zonas de Bajas Emisiones, valora la idea de un peaje urbano en Barcelona, pero enmarcada en otras actuaciones como la mejora del transporte p¨²blico o repensar la distribuci¨®n urbana de mercanc¨ªas. ¡°Los peajes metropolitanos implantados a partir de los a?os 60 no disuadieron el uso del coche, pero a nivel urbano puede funcionar y hay experiencias claras de reducci¨®n del flujo de veh¨ªculos, pero hay que pensarlo bien para no afectar a las clases trabajadoras, como ocurre con las ZBE¡±, apunta. ¡°En cualquier caso, deber¨ªa ir acompa?ado de una mejora sustancial del transporte p¨²blico metropolitano y de un plan sobre la ¨²ltima milla de reparto¡±.
En l¨ªnea parecida a Baldasano, el investigador del CSIC Xavier Querol recuerda que su proyecto Air Use, premiado por la Comisi¨®n Europea, contemplaba un paquete de medidas para reducir la contaminaci¨®n en cualquier ciudad que incluye el peaje: ¡°Propon¨ªamos varias fases para mejora la calidad del aire. Transporte p¨²blico metropolitano, peaje urbano y permitir solo aparcamiento en la calle a residentes, ZBE, mejorar la distribuci¨®n de mercanc¨ªas, y el redise?o urbano¡±. En Mil¨¢n el tr¨¢fico se ha reducido un 35% desde 2015 y en Estocolmo la misma cifra desde 2007.
Javier Ortigosa, ingeniero de caminos y doctor en ingenier¨ªa del tr¨¢fico, parte de la premisa de que reducir el n¨²mero de veh¨ªculos en una ciudad ¡°no solo implica mejoras en la salud y espacio p¨²blico, sino que tiene impactos positivos en todo el sistema de transporte p¨²blico regional¡±. Ortigosa se muestra partidario de ¡°actuar sobre la demanda, estableciendo mecanismos de tarificaci¨®n que reducen el tr¨¢fico sin generar congesti¨®n¡±, y cita ¡°regular el precio del aparcamiento, o establecer peajes para circular o entrar y salir en una ciudad¡±. Las ciudades que han aplicado mecanismos de peaje han conseguido reducciones de m¨¢s del 20% del tr¨¢fico, recuerda, ¡°lo que tambi¨¦n comporta beneficios en los sistemas de transporte p¨²blico, el gasto energ¨¦tico y el sanitario¡±.
Con informaci¨®n de Manuel Viejo, Eva Saiz y Cristina V¨¢zquez.
En Londres, Estocolmo y Mil¨¢n tambi¨¦n los transportistas pagan la tasa
En los peajes de congestión o contra la contaminación de Londres (Reino Unido), Estocolmo (Suecia) y Milán (Italia), todos anteriores a 2010, también los vehículos de reparto pagan la tasa. En Londres hay dos coronas. La Congestion Charge, de lunes a viernes de siete de la mañana a seis de la tarde, que abarca el equivalente a las zonas 1 y 2 del transporte público, en el centro, supone 15 libras (17,70 euros) al día, con un descuento del 90% para los residentes. En un perímetro más amplio se ha fijado la ULEZ (Ultra Low Emission Zone, Zona de Emisiones Ultra Bajas) que afecta a los vehículos más contaminantes (un 20% de los que circulan), informa Rafa de Miguel. Esta segunda corona se aplica cualquier día a cualquier hora y tiene un coste diario de 12,50 libras (14,70 euros). El control de acceso y pago se realiza con cámaras que captan las matrículas y hay descuentos para vehículos eléctricos.
En el caso de Estocolmo, también hay dos niveles de restricción, la calle de Hornsgatan (céntrica y comercial) y un segundo perímetro más amplio que abarca toda la ciudad. Los precios, que se pagan al cruzar puentes de acceso a la ciudad, oscilan (en función de la franja horaria) entre 10 y 13 euros al día en la zona más restringida y 1 y 4 euros en la más extensa. Las excepciones al peaje son los vehículos de emergencia, autobuses, vehículos de diplomáticos, motos y militares. En Milán, la restricción se aplica en el centro, vetado completamente a los coches más contaminantes. El resto, los días laborables en horas de trabajo pagan cinco euros para entrar; dos euros en el caso de los residentes.
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