?Pasos atr¨¢s en la transici¨®n energ¨¦tica? Ni para coger impulso

?Qu¨¦ me responder¨ªa si le preguntase sobre la evoluci¨®n de la econom¨ªa? ?Y sobre cu¨¢l debe ser la energ¨ªa del futuro? Seguro que la respuesta a la primera pregunta es pesimista. Como dijo Her¨®doto, ¡°tu estado de ¨¢nimo es tu destino¡±. Pandemia, crisis econ¨®mica, inflaci¨®n, guerra, recesi¨®n, estanflaci¨®n¡­ Es dif¨ªcil recordar un solo a?o que no hayamos tenido nefastas noticias. Y, a pesar de ello, nuestra econom¨ªa no ha dejado de crecer desde el a?o 2014, exceptuando, claro, el 2020. Incluso el pr¨®ximo a?o, las previsiones de crecimiento de nuestra econom¨ªa var¨ªan entre el 1,4% y el 2,1%. Si juzg¨¢ramos nuestra econom¨ªa por nuestro estado de ¨¢nimo o por las noticias derrotistas que a veces leemos, estar¨ªamos en recesi¨®n permanente.

La respuesta a la segunda pregunta est¨¢ tambi¨¦n condicionada por nuestra visi¨®n negativa de los acontecimientos. La invasi¨®n de Ucrania ha trastocado del todo unos mercados energ¨¦ticos que ya experimentaban fuertes incrementos en 2021. La gasolina, la electricidad, el gas¡­ Precios disparados que repercuten sobre nuestra econom¨ªa, pues la movilidad, el transporte y todos los procesos industriales y productivos precisan energ¨ªa. La dependencia energ¨¦tica es, por tanto, una vulnerabilidad de nuestra econom¨ªa. Un mantra que llevamos repitiendo en la Asociaci¨®n de Empresas de Energ¨ªas Renovables desde hace ya 35 a?os. Espa?a es uno de los pa¨ªses de la Uni¨®n Europea con mayor dependencia de las importaciones f¨®siles. En 2021, Espa?a gast¨® m¨¢s de 46.575 millones en importaciones energ¨¦ticas. El d¨¦ficit econ¨®mico del sector energ¨¦tico, lastrado por estas importaciones f¨®siles, represent¨® en magnitud el 97% del d¨¦ficit global de toda la econom¨ªa espa?ola.

Vemos, por tanto, c¨®mo nuestro mix energ¨¦tico condiciona nuestra econom¨ªa. Las dos preguntas con la que abr¨ªamos este art¨ªculo est¨¢n mucho m¨¢s interrelacionadas de lo que parece, porque lo que decidamos hoy sobre las energ¨ªas que usemos ma?ana, condicionar¨¢ nuestra econom¨ªa.

Los ¨²ltimos a?os se han caracterizado por el consenso alrededor de la Transici¨®n Energ¨¦tica y el desarrollo de las energ¨ªas renovables. De hecho, estas energ¨ªas ya hab¨ªan protagonizado el European Green Deal, una serie de iniciativas para convertir a las renovables en uno de los pilares de la recuperaci¨®n econ¨®mica. Si las energ¨ªas limpias se consideraban fundamentales para el desarrollo econ¨®mico y la transformaci¨®n antes de la pandemia, mucho m¨¢s despu¨¦s de los distintos varapalos que ha sufrido nuestra econom¨ªa.

Sin embargo, los ¨²ltimos acontecimientos han sido aprovechados para desprestigiar a las energ¨ªas renovables y buscar romper ese consenso. Se ha inventado interesadamente el falso concepto de ¡°coste de la transici¨®n energ¨¦tica¡±. La idea que subyace en todas estas cr¨ªticas es similar: ¡°si estamos ante una crisis energ¨¦tica con precios disparados deber¨ªamos usar¡­¡±. Despu¨¦s se puede insertar cualquier ejemplo, desde reactivar antiguas centrales de carb¨®n a instalar nuevas plantas nucleares. Este razonamiento obvia los avances tecnol¨®gicos para integrarse en los sistemas energ¨¦ticos y la reducci¨®n de costes de las energ¨ªas renovables experimentados en la ¨²ltima d¨¦cada. E¨®lica y fotovoltaica, con reducciones de costes del 71% y el 90% respectivamente (Lazard, 2020), son hoy las tecnolog¨ªas el¨¦ctricas m¨¢s competitivas en costes. Tan baratas que el estudio de Lazard compara ya las nuevas plantas contra las existentes: es m¨¢s barato ya desmantelar centrales existentes e instalar nuevas renovables que seguir generando con las antiguas. Esta es la verdadera raz¨®n de su r¨¢pido desarrollo en todo el mundo.

Si hace una d¨¦cada no hubi¨¦ramos sufrido aquel par¨®n absoluto de m¨¢s de seis a?os en el desarrollo renovable en Espa?a, y hubi¨¦ramos continuado con el crecimiento que ten¨ªamos hasta entonces, el problema energ¨¦tico hoy ser¨ªa probablemente de la mitad. El impacto de las tensiones de los mercados energ¨¦ticos globales en nuestros precios locales ser¨ªa much¨ªsimo menor. Y los desarrollos tecnol¨®gicos para poder cubrir toda la demanda con renovables estar¨ªan mucho m¨¢s avanzados, sin tener que recurrir a las tecnolog¨ªas del siglo pasado. Es decir, estar¨ªamos viviendo la actual crisis energ¨¦tica mucho m¨¢s tranquilos y con un coste mucho menor.

Por tanto, cuando oigamos esos cantos de sirena que prometen energ¨ªas mejores usando otras fuentes, contrast¨¦moslos con los datos reales.

Espa?a no tiene petr¨®leo ni gas, aunque fueran energ¨ªas no contaminantes (que no lo son) y baratas (que no lo son), seguir¨ªan suponiendo una vulnerabilidad. Hay unas energ¨ªas que nuestro pa¨ªs tiene en cantidad, con recursos energ¨¦ticos generosos. El viento, el sol, el agua, la biomasa¡­ Incluso este a?o, en la peor sequ¨ªa europea de los ¨²ltimos 500 a?os, el 42% de la electricidad ha sido renovable. No ser¨¢ raro que lleguemos pronto a superar la mitad de la producci¨®n el¨¦ctrica. Sin embargo, la Transici¨®n Energ¨¦tica debe beneficiar a todos los sectores: biocarburantes en nuestros dep¨®sitos, calderas de biomasa, movilidad el¨¦ctrica, hidr¨®geno renovable para nuestra industria...

Las renovables son nuestro petr¨®leo, uno no contaminante, limpio y aut¨®ctono. Debemos apostar por ellas, sin dudas interesadas. Deben ser la palanca para crear empleo y desarrollar industria. En Espa?a, hoy contamos con m¨¢s de 111.000 trabajadores en un sector renovable que representa el 1,6% del PIB, pero el potencial es mucho mayor. Estamos hablando de un sector con unas inversiones mundiales de 365.900 millones de euros anuales, inversiones lideradas hoy por los Estados Unidos capitalistas y la China comunista, como vemos, la energ¨ªa y la econom¨ªa no entienden de posiciones pol¨ªticas.

La revoluci¨®n renovable no entiende de ideolog¨ªas, solo entiende de tecnolog¨ªa, econom¨ªa y salud para los ciudadanos, el medioambiente y el planeta. Por lo tanto, la pr¨®xima vez que le pregunten sobre el desarrollo renovable, recuerde: ?pasos atr¨¢s en la transici¨®n energ¨¦tica? ?Ni para coger impulso!

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