El ascenso de la extrema derecha pone en jaque las pol¨ªticas medioambientales
Los pactos de PP y Vox ignoran la crisis clim¨¢tica y dejan al partido ultra las ¨¢reas ligadas al campo. Expertos y ecologistas alertan del peligro de contagio de las posiciones radicales a los conservadores moderados en Espa?a y Europa
Vox ha colocado al mundo rural en el encabezamiento de su lista de prioridades en los pactos con el PP en las autonom¨ªas. Y se est¨¢ traduciendo en que el partido de extrema derecha se queda con las consejer¨ªas de Agricultura, como pas¨® en Castilla y Le¨®n el pasado a?o y como est¨¢ ocurriendo ahora en la Comunidad Valenciana y Extremadura, donde la formaci¨®n asumir¨¢ una ¨²nica cartera en la Junta: la de Gesti¨®n Forestal y Mundo Rural. Pero esa apuesta de Vox tambi¨¦n se materializa en promesas en los acuerdos con el PP que apuntan contra las pol¨ªticas medioambientales que el partido ultra suele presentar como enemigas del campo. Los pactos contemplan, por ejemplo, la ampliaci¨®n de regad¨ªos, la reducci¨®n de normas ambientales que supuestamente lastran al campo, la rebaja de las limitaciones en espacios protegidos, la reversi¨®n de pol¨ªticas europeas que frenan el uso de pesticidas o las pr¨¢cticas pesqueras agresivas...
No solo es importante lo que figura, tambi¨¦n lo que no est¨¢: en ninguno de los pactos difundidos hasta ahora se menciona el cambio clim¨¢tico, y tampoco hay medidas para combatir o adaptarse a esta crisis. A ello se unen los anuncios de ayuntamientos de ciudades como Valladolid, Elche o Palma de Mallorca de supresi¨®n de carriles bici. O el freno en las instituciones europeas de la ley de restauraci¨®n de la naturaleza y el bloqueo que Italia pretende de los nuevos l¨ªmites de emisiones de los coches.
Cient¨ªficos, representantes pol¨ªticos y ecologistas se han puesto en alerta ante el riesgo que supone el avance de la extrema derecha para las pol¨ªticas medioambientales, un fen¨®meno que se extiende por Europa, como explica Christoph Richter, del Instituto para la Democracia y la Sociedad Civil, un organismo de investigaci¨®n alem¨¢n. ¡°Los partidos de la derecha radical, a pesar de tener algunas diferencias, a menudo ponen en duda el conocimiento cient¨ªfico de la crisis clim¨¢tica y sus consecuencias¡±, apunta este soci¨®logo especializado en el impacto en las pol¨ªticas medioambientales del ascenso de los ultraconservadores. Esto tiene ¡°implicaciones directas para las pol¨ªticas¡±, como ocurri¨® con las victorias de Donald Trump en EE UU y Jair Bolsonaro en Brasil. ¡°Con los crecientes ¨¦xitos electorales de los partidos de extrema derecha en Europa, esas tendencias tambi¨¦n se est¨¢n volviendo m¨¢s visibles aqu¨ª¡±, sostiene Richter.
En Alemania, est¨¢ ocurriendo con la llamada ley de calefacci¨®n, que pretende impulsar las bombas de calor en los hogares frente a los sistemas que queman combustibles f¨®siles. El debate, explica Richter, ¡°se est¨¢ llevando a cabo desde un punto muy emocional, con populismo y en algunos casos de desinformaci¨®n¡±, lo que demuestra que los partidos de extrema derecha en Alemania ¡°tienen bastante ¨¦xito en influir en el debate p¨²blico sobre las medidas de protecci¨®n del clima¡±.
En Italia, donde los ultras han llegado a lo m¨¢s alto con la primera ministra, Giorgia Meloni, la acci¨®n contra las pol¨ªticas medioambientales se centra en el potente sector automovil¨ªstico, tanto dentro del pa¨ªs (el tambi¨¦n ultraconservador Matteo Salvini quiere eliminar restricciones de circulaci¨®n), como en Bruselas, donde la presi¨®n para retrasar la entrada en vigor del veto a los combustibles f¨®siles ha sido uno de los caballos de batalla del Gobierno, informa Daniel Verd¨².
Estas posiciones de los radicales han contagiado a las formaciones m¨¢s moderadas. Forza Italia, filial del Partido Popular Europeo y socio de Meloni, ha entrado tambi¨¦n en esa guerra. Antonio Tajani, vicepresidente del Ejecutivo y coordinador de Forza Italia, lo resum¨ªa as¨ª hace unas semanas en una entrevista con EL PA?S. ¡°No me gusta la pol¨ªtica de Frans Timmermans [vicepresidente de la Comisi¨®n Europea], por ejemplo, porque va a da?ar a los trabajadores, a la agricultura y a la industria¡±. ¡°La pol¨ªtica medioambiental no puede hacerse contra los trabajadores¡±, a?ad¨ªa Tajani.
¡°Tengo la sensaci¨®n de estar viviendo una distop¨ªa¡±, confiesa Eva Salda?a, directora de Greenpeace en Espa?a. ¡°Estamos en riesgo de retroceder muchos a?os¡±, advierte sobre los pactos en Espa?a la responsable de esta organizaci¨®n ecologista, que critica con dureza las posiciones de Vox, aunque rechaza que Greenpeace se vaya a alinear con ning¨²n partido. La misma postura defiende Asunci¨®n Ruiz, directora en Espa?a de SEO/BirldLife, otra de las ONG de referencia: ¡°Somos una organizaci¨®n apartidista, pero no podemos mirar hacia otro lado ante lo que est¨¢ sucediendo, estamos muy preocupados por el avance de partidos que est¨¢n utilizando los progresos en pol¨ªticas ambientales como arma arrojadiza con el falso discurso de que los avances ambientales van en contra del progreso y el bienestar¡±.
¡°Es un error situar la agenda medioambiental como algo ideol¨®gico, porque es el principal motor de desarrollo econ¨®mico, es una oportunidad¡±, a?ade Juan Carlos del Olmo, responsable en Espa?a de WWF. Al dirigente de esta organizaci¨®n tambi¨¦n le preocupa la deriva en Europa con movimientos ¡°antiambientales¡±. Pone como ejemplo la ley de restauraci¨®n de la naturaleza que se tramita en el Parlamento Europeo, a la que no solo se est¨¢ oponiendo la ultraderecha, tambi¨¦n el Partido Popular Europeo.
Contagio
Ese contagio del discurso y las posiciones ultras a los partidos conservadores cl¨¢sicos es lo que m¨¢s temen la mayor¨ªa de los consultados para este reportaje. Richter explica que algunos miembros de las formaciones democristianas en Alemania han asumido las ¡°narrativas esc¨¦pticas¡± de la extrema derecha, ¡°probablemente esperando reducir el apoyo a AfD¡±, las siglas de Alternativa para Alemania, partido ultraconservador que est¨¢ creciendo en las encuestas. ¡°Pero los estudios han demostrado repetidamente que la adopci¨®n del contenido de la extrema derecha conduce a la normalizaci¨®n de esas ideas en los discursos p¨²blicos, lo que al final beneficia solo a esos partidos¡±, advierte Richter.
¡°Lo m¨¢s preocupante es la posici¨®n de la derecha tradicional¡±, coincide R¨¦mi Parmentier, un hist¨®rico activista medioambiental franc¨¦s. ¡°Se est¨¢ rompiendo el cord¨®n sanitario¡±, advierte. ¡°Se est¨¢ rompiendo el consenso sobre el Pacto Verde¡±, a?ade el europarlamentario socialista Javier L¨®pez. Ese Pacto Verde, que lanz¨® en 2019 una Comisi¨®n Europea encabezada por la conservadora Ursula von der Leyen, es el gran marco que se ha fijado la UE para esta d¨¦cada para luchar contra el cambio clim¨¢tico, proteger la naturaleza y desarrollarse. Pero L¨®pez considera que est¨¢ en riesgo: ¡°El problema es que el avance de la ultraderecha no solo intoxica todo el debate p¨²blico, sino que tambi¨¦n est¨¢ moviendo las posiciones del PP europeo¡±. El Partido Popular ha rechazado ofrecer su punto de vista para este art¨ªculo. ¡°De momento, no vamos a hablar de estos temas¡±, es su respuesta a EL PA?S.
Vox tampoco ha contestado. Pero las redes y los archivos de los medios est¨¢n plagados de intervenciones que muestran el pensamiento de este partido. Estas palabras de Malena Nevado, diputada de Vox por C¨¢ceres, en Es Radio tras el incendio en el parque de Monfrag¨¹e hace un a?o, resumen muchas de las fobias medioambientales de la formaci¨®n: ¡°El campo est¨¢ abandonado por estas pol¨ªticas verdes que vienen de la UE y de la Agenda 2030, y la verdad es que [los habitantes de las zonas rurales] est¨¢n muy cansados de no poder ni siquiera retirar un ¨¢rbol ca¨ªdo¡±.
Los caladeros y los bulos
La Agenda 2030 es el leviat¨¢n en esta historia. Es lo que apuntala la mayor¨ªa de las teor¨ªas conspiratorias y mentiras que distribuye la f¨¢brica de bulos y que han puesto al medio ambiente en el punto de mira. La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible se adopt¨® a trav¨¦s de una resoluci¨®n que respaldaron todos los pa¨ªses presentes en la ONU (192 naciones) en 2015 e incluye unas metas sin vinculaci¨®n legal para los firmantes. Busca mejorar el bienestar de la humanidad, reduciendo la pobreza, y del planeta. Sin embargo, para los desinformadores que extienden los bulos, es un oscuro plan de las ¨¦lites.
¡°No hemos sabido hacer entender qu¨¦ son los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)¡±, admite la economista Laurence Tubiana, consejera delegada de la European Climate Foundation y una de las arquitectas del Acuerdo de Par¨ªs. ¡°Hay una falta de explicaci¨®n de los beneficios de la acci¨®n clim¨¢tica y lo que se ha vendido es que los ODS son las ¨¦lites contra el pueblo, un mensaje que es f¨¢cil que cale cuando la gente no lo conoce¡±, advierte Tubiana. En los bulos, a los que se suma en muchas ocasiones Vox, pone el foco Hugo Mor¨¢n, secretario de Estado de Medio Ambiente. ¡°Quienes enarbolan estos mensajes saben perfectamente que lo que est¨¢n diciendo no es cierto, porque tienen acceso al conocimiento y la suficiente formaci¨®n para entender lo que dice la ciencia¡±. ¡°Est¨¢n enga?ando intencionadamente¡±, afirma Mor¨¢n.
¡°Recurren a las fake news y la desinformaci¨®n para atraer a los segmentos vulnerables de la sociedad¡±, insiste Parmentier. ¡°Las fake news van dirigidas a los agricultores, ganaderos y cazadores, como ya ocurri¨® con Trump y Bolsonaro¡±, abunda este activista. La b¨²squeda de votos en los caladeros del descontento es un factor com¨²n de los partidos ultraconservadores. Y las pol¨ªticas de ¡°transformaci¨®n verde¡± pueden acarrear ¡°costes sociales¡± para ¡°grandes segmentos de la poblaci¨®n¡±, detalla Richter. ¡°Esto ofrece una oportunidad de movilizaci¨®n favorable para que la derecha radical se presente como oposici¨®n a las pol¨ªticas de los partidos democr¨¢ticos, que supuestamente gobiernan alejados de los intereses de la gente com¨²n¡±, apunta. El europarlamentario Javier L¨®pez cree que ante esta situaci¨®n no sirve solo la cr¨ªtica a las posiciones de la extrema derecha: ¡°Hay que hablar de frente de los costes de la transici¨®n, y especialmente en el mundo rural¡±. Porque, de lo contrario, esta poblaci¨®n ser¨¢ atra¨ªda hacia las posiciones m¨¢s radicales.
En un contexto en el que la extrema derecha tambi¨¦n ha ganado peso en Suecia y Finlandia, lo que ocurra en Espa?a tras el 23 de julio inquieta a muchos activistas y expertos en pol¨ªticas medioambientales. ¡°Espa?a debe conservar las pol¨ªticas clim¨¢ticas que ha mantenido hasta ahora, porque son un modelo para Europa¡±, expone Tubiana.
Al margen de lo que ocurra en Europa ¡ªalgo b¨¢sico, porque es en Bruselas donde los Veintisiete fijan las principales pol¨ªticas medioambientales¡ª, los efectos del avance de la ultraderecha se est¨¢n empezando a notar en Espa?a tambi¨¦n en el ¨¢mbito local. Algunos ayuntamientos ahora gobernados por PP y Vox han anunciado, por ejemplo, la eliminaci¨®n de carriles bici y de restricciones al tr¨¢fico. ¡°Es una pena que estos temas est¨¦n tan politizados¡±, lamenta Sasha Khomenko, una biom¨¦dica del ISGlobal y experta en contaminaci¨®n urbana. ¡°Son medidas de sentido com¨²n¡±, dice sobre las restricciones al tr¨¢fico, uno de los principales responsables de la contaminaci¨®n que mata al a?o a decenas de miles de personas en Europa.
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