Los 15 leones atrapados por la guerra en Sud¨¢n que hubo que rescatar dos veces
Una misi¨®n internacional logra poner a salvo en Sur¨¢frica a un grupo de animales despu¨¦s de sacarlos de la capital Jart¨²n y tener que volver a por ellos por una extensi¨®n del conflicto
El pasado junio, la organizaci¨®n de bienestar de los animales Four Paws, con sede en Viena (Austria), recibi¨® una sorprendente llamada de auxilio. Desde Sud¨¢n, en medio de una guerra civil entre el ej¨¦rcito regular y el grupo paramilitar del pa¨ªs, los trabajadores de un refugio de especies silvestres en la capital, Jart¨²n, ped¨ªan ayuda para rescatar a sus fieras. La petici¨®n rozaba lo imposible: requer¨ªa adentrarse en el epicentro de las hostilidades para intentar sacar de all¨ª a una decena de leones y hienas.
Con apenas v¨ªas de comunicaci¨®n abiertas en Sud¨¢n, los trabajadores del centro y el equipo de rescate tardaron tres meses en conseguir los permisos de las partes enfrentadas para la operaci¨®n, aunque de ellos depend¨ªa la planificaci¨®n de toda la log¨ªstica. Para aquel entonces, dos terceras partes de los 150 animales del refugio hab¨ªan muerto, debido a enfermedades, la sed y el hambre. Tambi¨¦n se ha acusado a miembros de las paramilitares Fuerzas de Apoyo R¨¢pido de haberse comido a algunos. El resto estaba en los huesos.
¡°Los animales estaban en muy malas condiciones¡±, recuerda el veterinario Amir Khalil, que lider¨® la misi¨®n. ¡°No funcionaba nada y nadie pod¨ªa alimentar a los animales; no hab¨ªa comida, ni agua, ni electricidad¡±, evoca, notando que ¡°durante la guerra, muchos de los animales comenzaron incluso a comerse unos a otros¡±. Hab¨ªa que actuar r¨¢pido.
A finales de noviembre, el equipo encabezado por Khalil consigui¨® llegar al santuario y colocar a casi 50 espec¨ªmenes en varias jaulas fabricadas poco antes en una ciudad portuaria del pa¨ªs. Su plan inicial era rescatar a 15 leones y cinco hienas, pero en el ¨²ltimo momento decidieron llevarse tambi¨¦n a una treintena de individuos de otras especies de los que no se les hab¨ªa hablado previamente, entre ellos, dos ¨¢guilas, una cig¨¹e?a, gacelas, ciervos y gatos monteses.
Desde el sur de Jartum, y con el ruido de los combates de fondo, la comitiva puso rumbo a Wad Madani, la capital de otro estado sudan¨¦s llamado Gezira. La principal dificultad del viaje consist¨ªa en atravesar la tierra de nadie que separa las l¨ªneas del frente, un territorio de unos ocho kil¨®metros donde reina la criminalidad. La intenci¨®n era realizar el trayecto durante el d¨ªa, para que fuera menos inseguro, pero la carga adicional de trabajo les retras¨® y tuvieron que ponerse en marcha al atardecer, cuando ca¨ªa ya noche.
Khalil eligi¨® la opci¨®n que le pareci¨® m¨¢s segura: mand¨® acelerar al conductor del microb¨²s en el que viajaba su equipo para salir de la zona lo m¨¢s r¨¢pido posible, y esperar a los dos camiones que transportaban a los animales en el primer pueblo bajo control del ej¨¦rcito. ¡°Por mi experiencia, nadie se dedicar¨¢ a robar leones: ?qui¨¦n parar¨¢ a un gran cami¨®n para robar leones?¡±, explica Khalil, conocido como el veterinario de la guerra.
El primer cami¨®n con los animales lleg¨® un poco despu¨¦s de que el equipo al mando de la evacuaci¨®n se detuviera en el punto acordado, pero el segundo se retras¨® porque fue asaltado por un grupo de criminales que robaron el dinero y el tel¨¦fono al conductor. Las fieras, sin embargo, se encontraban bien. Llegados al final del viaje, los animales fueron divididos. Algunos fueron puestos en libertad, otros fueron reubicados en un parque nacional cerca de la frontera con Etiop¨ªa y el resto se qued¨® en otro parque nacional en Gezira.
Una vez acomodados, Khalil se qued¨® varios d¨ªas para hacer seguimiento de su evoluci¨®n, y a mediados de diciembre, cuando crey¨® que ya se encontraban a salvo en su nuevo hogar, se despidi¨® de ellos y se march¨®. Solo unas horas despu¨¦s, el egipcio recibi¨® una llamada: los paramilitares acababan de lanzar una ofensiva sorpresa sobre Gezira, y en apenas unos d¨ªas se hicieron con el control de todo el estado sin apenas oposici¨®n.
As¨ª fue como el equipo de Four Paws se encontr¨® viajando de nuevo a Sud¨¢n en enero, con la misi¨®n de volver a rescatar a los animales evacuados de Jartum. Pero dado que entrar en Gezira era demasiado peligroso, por la volatilidad de la situaci¨®n, esta vez se opt¨® por un plan diferente: funcionarios sudaneses se encargaron de trasladar a las fieras al estado de Gedaref, pasado el frente al este de Gezira, y all¨ª ser¨ªan recogidas.
El estado de los animales en este punto era cr¨ªtico: los leones presentaban heridas abiertas y lesiones que requer¨ªan atenci¨®n inmediata. Se encontraban visiblemente d¨¦biles. ¡°Un le¨®n puede o¨ªr 150 veces m¨¢s que nosotros, as¨ª que, si una bomba estalla a mi lado, el le¨®n la oir¨¢ m¨¢s fuerte; y hay aves que pueden oler a 12 kil¨®metros de distancia. As¨ª que estaban traumatizados, sienten m¨¢s que las personas¡±, se?ala Khalil.
Una vez se reunieron de nuevo con los animales, el equipo de Khalil deb¨ªa llegar hasta Puerto Sud¨¢n, que actualmente ejerce como capital provisional bajo control del ej¨¦rcito y cuenta con el ¨²nico aeropuerto comercial activo de Sud¨¢n. El vuelo de salida del pa¨ªs, sin embargo, no estaba programado hasta al cabo de dos d¨ªas. As¨ª que, para ahorrarles el calor sofocante del mar Rojo, el grupo opt¨® por hacer parada en un pueblo situado a 900 metros sobre el nivel del mar, que recibi¨® con sorpresa la inesperada visita de los felinos.
Desde Puerto Sud¨¢n, 15 leones, cuatro hienas y un gato salvaje embarcaron en un avi¨®n de carga que los sac¨® finalmente del pa¨ªs en direcci¨®n hacia la reserva jordana de Al Mawa, el mayor santuario de especies silvestres de Oriente Pr¨®ximo, situada al norte de la capital del pa¨ªs, Amm¨¢n. A la ma?ana de aterrizar, uno de los leones falleci¨®. ¡°Era el l¨ªder, el grandote que cuid¨® de toda su familia y los puso a salvo. Sufri¨® todo el tiempo, pero no se rindi¨® hasta que aterriz¨® en Jordania y pas¨® una noche¡±, cuenta Khalil.
A mediados de febrero, 11 de los leones emprendieron el que deber¨ªa ser su ¨²ltimo viaje, desde Jordania hasta la lejana Sud¨¢frica, donde han podido empezar una nueva vida en un santuario de grandes felinos con una superficie equivalente a 1.600 campos de futbol. All¨ª habitan m¨¢s de 100 animales, entre leones, tigres y leopardos, junto con otras especies t¨ªpicas de la zona que viven en libertad, como cebras, ant¨ªlopes y una gran variedad de aves. ¡°Ya se nota la diferencia: el sol, la paz, la energ¨ªa, los buenos alimentos, el cuidado; les cambi¨® inmediatamente¡±, comenta Khalil. ¡°El mejor remedio para estos animales es la naturaleza¡±, observa. Las hienas, el gato mont¨¦s y tres leones siguen en Jordania recibiendo cuidados.
En Sud¨¢n, los bandos se encuentran enzarzados en una guerra que ha devastado el pa¨ªs, matado a miles de personas, desplazado a millones y causado una de las peores crisis humanitarias del mundo. Alejado del peligro de Jartum, el veterinario egipcio considera que las partes enfrentadas deber¨ªan tomar nota de esta misi¨®n de evacuaci¨®n. ¡°Los animales pueden unir¡±, se?ala. ¡°Si fueron capaces de hacer esto por leones o hienas, ?no podemos realmente reencontrarnos?¡±.
Puedes seguir a Clima y Medio Ambiente en Facebook y X, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.